Un conocido neurólogo se vuelve loco. Lo ingresan en su propio hospital, lo atienden sus compañeros. Nadie es capaz de diagnosticar su enfermedad. Pero de alguna manera recobra la cordura y sobrevive para contarlo.
Sucedió de verdad. Aunque este libro, Las defensas, es una novela, no un reportaje. Una muestra de ese género híbrido que practica con maestría Gabi Martínez (Barcelona, 1971): historias reales ficcionalizadas; o ficciones basadas en eso tan borroso que denominamos “hechos reales”. En cualquier caso, con su séptimo libro ha logrado un artefacto –llamémoslo así– que conmueve y sorprende, que hace pensar, que duele. ¿De dónde surgió? “Fue él [el neurólogo] quien me abordó después de una firma de libros en Sant Jordi. “Tengo una historia que veo protagonizada por George Clooney en Hollywood“, me dijo sonriendo. En dos minutos, la resumió: “Era neurólogo y tras contraer una enfermedad desconocida sus propios compañeros le enviaron al psiquiátrico con un diagnóstico… que desde el principio él intuyó equivocado”.
Ese fue el origen de un libro que Gabi Martínez ha tardado tres años en terminar. Detrás hay una investigación minuciosa que consigue introducirnos en el mundo cerrado de los médicos y en el aún más cerrado de los psiquiatras. “Leí mucho, desde Oliver Sacks a Henry Marsh, además de entrevistar a numerosos enfermeros y doctores —explica el autor—. Entre ellos, Josep Dalmau, descubridor de la enfermedad que padece el protagonista. Ha sido un trabajo intenso y complicado pero el neurólogo real ha contribuido a abrir puertas decisivas y a asesorar constantemente sobre aspectos emocionales y técnicos que dan un vuelo muy íntimo a la historia”.
Íntimo porque sabemos los pensamientos del médico, sus deseos e inquietudes. Y su relación con el sexo, eso también. Las mujeres que pasan por su cama, que son muchas y muy diferentes. Y es curioso que sea en las conversaciones con mujeres —hermanas, madre, suegra, hijas, colegas— donde la escritura de Gabi Martínez alcanza su mayor verdad. También en el vínculo con los locos que el neurólogo conoce —y sufre— en el psiquiátrico donde es ingresado.
Mujeres y locos. Además: burguesía catalana, conflicto entre independentistas, entre nacidos en Cataluña y venidos de otras zonas de España, entre el amor y las apariencias, una hija okupa, una exmujer liada con un tipo acusado de corrupción, titulares con el caso Millet. Las capas de realidad y ficción se mezclan y superponen, y la trama se va desvelando lentamente entre pastillas y cantidades ingentes de whisky.
¿Qué pensará el verdadero protagonista de esta historia al ver su vida abierta en canal sobre la mesa de disección? “Él la ha leído. Después de un poderoso impacto, aceptó que se trataba de una obra independiente pero que transmitía una verdad y un sentimiento en los que se reconocía. Para sellar el final del libro ascendimos juntos al Pic de l’infern, la montaña donde él subía en los períodos de mayor estrés para intentar tranquilizarse”.
En cierto modo, Las defensas se lee como una cura. Empieza en el caos y poco a poco las piezas van encajando. Y a la vez, es una maratón de sentimientos que nos empuja sin pausa hasta el final. “Un día, ya terminado el libro y después de una charla con el protagonista, lloré delante del ordenador, liberando una tensión que había ido acumulando durante más de dos años y, curiosamente, no acababa de percibir que estaba ahí”.
Pues eso, lean este artefacto literario y déjense liberar.
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Autor: Gabi Martínez. Título: Las defensas. Editorial: Seix Barral. Venta: Amazon y Fnac
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