La anécdota es de sobra conocida: cuando Trent Reznor (1965), el místico líder de los Nine Inch Nails, escuchó por primera vez su tema «Hurt» interpretado por Johnny Cash (1932-2003) supo que la canción había dejado de pertenecerle. Según parece, y pese a su reticencia inicial hacia la versión, escuchar al muy envejecido Cash —tanto que le quedaba poquito para pisar el otro barrio— cantando la letra que él había escrito, dándole nueva vida, protagonizando un videoclip desgarrador que más parecía un testamento musical, le emocionó sobremanera. Y es que Cash, una de las mayores leyendas que ha dado la historia de la música, tiene ese poder: conquistar con su voz y su figura, poner de acuerdo hasta al más reacio, convencer a demócratas y a republicanos, a blancos y negros, al patriota y al proletario, enamorar a unos y otros.
Porque lo cierto es que su nombre es hoy reivindicado tanto por los que predican el evangelio del Man in Black como una verdad irrefutable —«visto el negro por los pobres y golpeados», «por aquellos que nunca han leído», «por los viejos enfermos y solitarios»…— como por quienes, con motivos no menos válidos, se aferran cual marines en la foto de Iwo Jima a las barras y estrellas a las que Cash cantó en «Ragged Old Flag» —paseada por el Álamo, Vietnam o dos guerras mundiales, «por allí a donde el Tío Sam la envió», «estoy muy orgulloso de esa vieja y andrajosa bandera»—, todo ello para quebradero de cabeza de biógrafos, críticos musicales y adeptos del relato unívoco.
Por eso, estas no son páginas para hablar de su relación con las drogas, la depresión, el alcoholismo, su primer matrimonio con Vivian Liberto (1934-2005) o el posterior con el que sería el amor de su vida, la también cantautora June Carter (1929-2003), sino para ahondar en aspectos generalmente pasados de puntillas en sus crónicas vitales: el libro se estructura en siete capítulos que comienzan con la infancia de Johnny en una pequeña comunidad algodonera surgida de las políticas del New Deal del presidente Roosevelt (1882-1945) y que funcionaba con criterios cercanos al cooperativismo —concepto de poco arraigo en EEUU, erróneamente percibido como próximo al socialismo—, y donde se cuenta la providencial visita de la primera dama, la traumática muerte de su hermano Jack o cómo él mismo se vio obligado a trabajar desde muy pronto. El programa de televisión The Johnny Cash Show —por el que pasaron muchas de las futuras grandes estrellas de la música y donde el rey del country iba introduciendo sus reflexiones— y un análisis minucioso de sus temas más explícitos valdrán en capítulos posteriores para reflexionar acerca de su posible racismo sureño de juventud —del que siempre pareció avergonzarse— y su denuncia del exterminio de los nativos americanos, colectivo al que apoyó públicamente y sin paliativos. Asimismo, se investiga su idealización del viejo Oeste de los forajidos y las fronteras, actitud que le llevó a ponerse siempre del lado de los rebeldes, los perdedores y los rechazados —porque ¿quién está más excluido de la sociedad que un presidiario como los del penal de Folsom?—, y a reconfortar con su música a quienes arriesgaban su vida por la patria.
En suma, Michael Stewart Foley explora las contradicciones de un hombre de raíces conservadoras cuyo pensamiento, sin embargo, no dejó de evolucionar durante toda su vida: podía apoyar la gestión del presidente Richard Nixon (1913-1994) al tiempo que pedía enérgicamente la paz en la Guerra de Vietnam. E igual que el propio Cash, el autor rechaza el dogmatismo y las posiciones preconcebidas, y disecciona con un enfoque humanista al que, sin ningún género de dudas, es uno de los titanes de la escena cultural contemporánea.
Ciudadano Cash se postula como una obra imprescindible para descifrar adecuadamente a un personaje que ha representado como pocos el verdadero espíritu estadounidense, si es que existe tal cosa: un icono de procedencia humilde, fe cristiana inquebrantable, dotado de talento, carisma y una genuina capacidad de empatía hacia quienes sufren. Porque quizás no todos estemos hechos para caminar por la cuerda floja. Es algo que solo les corresponde a los valientes; aunque eso signifique ir siempre a la contra.
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Autor: Michael Stewart Foley. Título: Ciudadano Cash. Traductor: Diego Galar Irurre. Editorial: Liburuak. Venta: Todostuslibros.
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