Natalia M. Alcalde acude años atrás a Toledo con el objetivo de montar una exposición sobre el Greco, como parte de su trabajo habitual. Se aloja en el Hotel Antídoto, un espacio peculiar donde lo moderno y lo antiguo se entremezclan sin chirriar en absoluto, todo lo contrario. A Natalia el lugar le parece mágico, algo más que un espacio para alojarse, ya que la peculiar hospedería actúa a la vez de espacio cultural y a ella en aquellos momentos le parece un museo sobre la Movida Madrileña con foto de David Bowie en su habitación. Antídoto es el germen de la creación de Delirio (Cuadernos del Laberinto), el hotel de la calle Sangre de Cristo de Guanajuato que da título a la que es primera novela de Natalia. Con este principio y este hotel de nombre tan lorquiano, como el de la calle que lo alberga, Natalia pone en marcha un artefacto literario muy diverso en lo narrativo, con un esquema que varía entre el presente y el pasado, entre el horror y la injusticia, entre la tenacidad de unos personajes perfectamente delineados que buscan que se sepa la verdad y la resistencia de otros que se sienten como peces en el agua en el oscurantismo, la corrupción y el crimen.
Los personajes principales son Renata, Juanjo y Kika. Renata representa a algunos de los personajes de la tradición del realismo mágico latinoamericano, ya que tiene premoniciones a través de los sueños y practica la tirada de cartas del tarot, afición que comparte con la autora que, admiradora de Italo Calvino, cree como él que las cartas son una herramienta más para crear tramas. Calvino escribió en 1973 la obra El castillo de los destinos cruzados, tras cinco años de compleja elaboración, cuyos hilos narrativos se basan en interpretaciones propias de las cartas del tarot, convertidas en una especie de máquina combinatoria narrativa con múltiples posibilidades de combinación. Si en principio podría parecer algo extravagante, no lo es tanto, dado que lo metafórico de las cartas genera lo literario y desde este punto de vista las cosas ya no parecen tan caprichosas. Natalia llega incluso a echar las cartas del tarot a sus personajes como parte del proceso creativo y nos presenta ese mundo mágico de premoniciones y cartas del tarot de Renata ya desde el primer capítulo de la novela, que es donde el lector está más dispuesto a creer cualquier enunciado y a volver hasta él en cualquier capítulo posterior sin que rechinen sus expectativas.
Juanjo es amigo y antiguo profesor de literatura de Renata y Kika y es quien, en el momento en el que suceden los hechos, regenta el hotel Delirio, que no es solo una hospedería, sino que es la mente de Juanjo, un estado de ánimo que se ve en la decoración, en el propio nombre del hotel y en el nombre de la calle, tan metafóricos, tan extremamente dramáticos, tan lorquianos, en definitiva.
Pero la verdadera protagonista es Kika, una mujer transexual en un país, México, en el que no es fácil ser transexual. En un país en el que la gente importante puede hacer realidad sus más bajas fantasías y pasiones, aunque para ello tengan que pagar precios desorbitados o llevarse por delante a quienes quiera que se interpongan. En un país en que la muerte de una mujer o de un pobre no se investigan y si hace falta un culpable se busca y se fabrican las pruebas. Pero Kika es algo más aparte de la víctima, porque a Kika nos la podríamos haber encontrado fácilmente en Bajar es lo peor, la novela de Mariana Enriquez, junto a Facundo, Narval y Carolina; o incluso en el libro de relatos Última salida para Brooklyn, de Hubert Selby Jr., hablando en cualquier bar con Tralala, Georgette y el negro Abraham. Me temo que Natalia ha construido un personaje literariamente inmortal.
Delirio es una novela negra que denuncia el crimen, la corrupción y la violencia que asola México desde siempre, porque siempre es fiesta para los malos, escrita en clave de un realismo mágico que se entremezcla de manera admirable con un estilo hardboiled clásico, pero con esa cadencia latinoamericana que por momentos recuerda al compás narrativo, ya digo, de Mariana Enriquez, pero también de Elmer Mendoza o de los monólogos periodísticos de Leila Guerriero, tratando de manera impecable temas tan espinosos como la violencia, la homosexualidad y la transexualidad. Una maravilla.
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Autora: Natalia M. Alcalde. Título: Delirio. Editorial: Cuadernos del Laberinto. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
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