Nuestro cerebro, ese poderoso órgano, es capaz de almacenar en nuestra memoria acontecimientos que, en algunas ocasiones, se fijan de manera indeleble. A veces, ¡sin saber cómo!, ante un hecho histórico somos capaces de recordar con minuciosidad y detalle dónde estábamos, qué hacíamos, quién nos acompañaba, cómo lo vivimos y lo que sentíamos. Esto lo he percibido con algunos de los hechos históricos vividos en las fechas propuestas en la colección, coordinada por Jordi Canal (Olot, 1964), titulada La España del siglo XX en siete días, y compuesta por las siete fechas (hasta este momento se han publicado cuatro obras) que han marcado el devenir histórico de España a lo largo de algo más de cien años, ya que empieza en 1898 y termina en 2004. Diversos autores describen y analizan cada uno de los hechos históricos acaecidos en cada fecha. Las fechas y acontecimientos están recopilados en siete libros independientes:
- 3 julio 1898. El fin del Imperio español.
- 17 diciembre 1927. El triunfo de la literatura.
- 18 julio 1936. El día que empezó la Guerra Civil.
- 20 diciembre 1973. El día que ETA puso en jaque al régimen franquista.
- 23 febrero 1981. El golpe que acabó con todos los golpes.
- 25 julio 1992. La vuelta al mundo de España.
- 11 marzo 2004. El día del mayor atentado de la historia de España.
Las obras que narran las últimas cuatro fechas, todas ellas, las he vivido con intensidad. Recuerdo con claridad esos días. Creo que, en pocas palabras, puedo resumir lo que sentí en cada momento histórico:
El 11 de marzo de 2004, al enterarme de los atentados perpetrados, sentí indignación, miedo, tristeza y lástima por las personas que salieron a sus quehaceres diarios y se encontraron con la tragedia.
¡Cómo no recordar el 25 de julio de 1992! Día de satisfacción y alegría por demostrarnos que éramos capaces de organizar un acontecimiento mundial de la magnitud de unos JJOO.
Con incredulidad asistí, desde la media tarde del 23 de febrero de 1981, a lo que ocurría en el Congreso de los diputados. La sensación dominante fue de pánico, ya que, con la asonada militar, íbamos a perder la libertad, la paz y el progreso en que queríamos vivir, libremente, la inmensa mayoría.
Recuerdo, pese a ser un adolescente, lo que estaba haciendo el 20 de diciembre de 1973 cuando me enteré del atentado que asesinó al presidente del gobierno, Carrero Blanco. En aquel entonces, lo habitual era no entender de política, motivo por el que no fui capaz de comprender el alcance de la noticia hasta tiempo después.
Las tres primeras fechas a que hacen referencia los tres primeros libros son días que, por razón de edad, fue imposible vivirlos. Guardo en mi memoria los testimonios, siendo niño, de oír a mi padre, que nació en la primera década del siglo XX, contarme lo que recordaba de esas otras fechas: del 18 de julio de 1936, del Desastre del 98 y de la generación literaria del 27.
Todos estos recuerdos personales han pesado mucho al leer los libros publicados hasta el momento.
La colección está planteada desde un punto de vista novedoso, ya que permite entender, con profusión de detalles, la Historia de España en siete fechas que fueron determinantes, y al leer los libros en el orden publicado podemos darnos cuenta de que todas estas fechas están encadenadas y que el desarrollo de cada hecho histórico narrado generalmente conduce a enlazarse con el siguiente. Según se va avanzando en la lectura se llega a entender el alcance de muchos acontecimientos partiendo de la génesis, desarrollo y culminación de los episodios históricos analizados por los autores, que acometen la tarea de describir y examinar cada una de las fechas.
A Tomás Pérez Viejo (Caloca, Cantabria, 1954) le corresponde analizar el 3 de julio de 1898: El fin del Imperio español, basado en la derrota de España en el conflicto de Cuba y sus consecuencias. Es preciso remarcar algunos de los razonamientos que el profesor Pérez Viejo hace.
El llamado «Desastre», que supuso la pérdida de las últimas posesiones coloniales españolas de Cuba, Filipinas, islas del Pacífico y Antillas, afectó más en el aspecto anímico de los españoles que en el económico, ya que España dejó de emplear cantidades ingentes de dinero y vidas humanas en mantener unas colonias onerosas. El conflicto de la guerra contra los rebeldes de Cuba va más allá de una mera guerra de liberación, existiendo poderosas razones para que, desde los medios escritos de España y Estados Unidos, se dedicasen a jalear un conflicto que nunca se tuvo que haber producido. Pérez Viejo desglosa los pros y los contras de la derrota de España y desvela los auténticos motivos por los que Estados Unidos apoyó la sublevación y terminó declarando la guerra a España.
Entre los muchos hechos analizados se encuentra que Cuba hacía la guerra para dejar de ser colonia española, pero al entrar en la guerra Estados Unidos y derrotar a España pasó a ser dominada por los vecinos del norte, que se constituyeron en la nueva potencia mundial.
El Desastre fue una losa en la moral de una parte de la población, pero también fue un elemento catalizador en la formación del movimiento literario más importante de los últimos siglos en España. El contexto histórico generado por el Desastre del 98 estigmatizó la autoestima de los españoles durante décadas del siglo XX en nuestra nación.
A José C. Mainer le corresponde analizar el 17 de diciembre de 1927: El triunfo de la literatura. La celebración del tricentenario del fallecimiento del poeta barroco del siglo XVII Luis de Góngora fue una celebración innovadora motivada por los jóvenes artistas participantes, con novedosas ideas que cambiaron los conceptos de las trasnochadas celebraciones, eliminando el olor a patrioterismo rancio y apolillado, tan característico, hasta entonces, de cualquier celebración académica. Esta innovación tuvo un papel decisivo en la revitalización de las letras españoles y de la reinvención estética y filológica de España. Desde la primavera de 1926, un grupo de jóvenes autores se ocupaba de reivindicar el papel de Góngora en la literatura. Este movimiento llamó la atención del mundo cultural, en concreto del Ateneo de Sevilla. La asociación cultural y literaria invitó a este grupo de jóvenes a celebrar y reivindicar la figura del poeta homenajeado. Según cuenta Jorge Guillén en una carta escrita a su esposa, desde Sevilla, le habla del término “intelectual”. Puede considerarse que las jornadas celebradas en diciembre del 27, en el Ateneo sevillano, es donde se emplea por primera vez el término “intelectual” para referirse a los escritores en general. En los debates que suscitan los jóvenes autores participantes sale a relucir el primer movimiento de reivindicación de la profesión de escritor. Los invitados son inmortalizados en dos fotos del certamen, y con todo lo vivido en esos días ven, por primera vez, la posibilidad de profesionalizar su oficio como autores, poder vivir de sus letras y de sus otras actividades íntimamente ligadas a ella, como conferenciantes, articulistas, entrevistadores, ponentes, etc. Por primera vez son conscientes de que es posible darse a conocer a ellos mismos y a su trabajo como autores, mediante publicidad, entrevistas, reportajes fotográficos… De Sevilla salen con la idea de lo que desean, que no es otra cosa que poder vivir de su profesión. De estos y otros logros es de donde el catedrático de Literatura española José Carlos Mainer acuña el título de la obra como El Triunfo de la Literatura y el término “el comercio de las letras”, que lo define como la simbiosis necesaria de editores, lectores y autores. Este movimiento de innovaciones traspasa el mundo de las letras y se instala en otras artes como el cine y la danza. Cada vez hay más alumnos en las universidades preocupados por formarse académicamente y aumentar su nivel cultural. En paralelo, los movimientos femeninos van cogiendo fuerza. Mainer hace una descripción muy detallada explicando los entresijos del cambio cultural que revitaliza el movimiento de las letras, desligándose de su antecesora, la Generación del 98.
A Juan F. Fuentes le corresponde analizar el 23 de febrero de 1981: El golpe que acabo con todos los golpes.
Érase una vez una nación en la que a lo largo de los últimos dos siglos se producían, con frecuencia, asonadas militares en contra del orden constitucional establecido. Ese país era España.
Como afirma el catedrático de Historia Contemporánea de la Complutense Juan Francisco Fuentes, el golpe del 23 de febrero de 1981 fue el primero retrasmitido en directo por radio y por televisión. Su fracaso trajo la consolidación de la democracia, ratificando lo afirmado en el título: El golpe que acabó con todos los golpes.
En 1931 Niceto Alcalá Zamora, presidente del gobierno, afirmó: “¡Felizmente, damos por finalizada la era de los pronunciamientos militares!”. Lo que no se imaginaba era que el pretorianismo en España continuaría latente para despertar y sumirnos en una gran tragedia.
A lo largo de toda la obra, el profesor Fuentes, con una precisión quirúrgica, va extrayendo cada uno de los acontecimientos que se desarrollaron, en orden cronológico, para después analizar los antecedentes históricos y consecuencias que llevaron a que se produjese el llamado “ruido de sables” previo a la conspiración que se llevó adelante. La ejecución de la rebelión militar se realizó en un circo de tres pistas y, a base de piruetas, se abortó el golpe del 23 de febrero por una concatenación de circunstancias que obligaron a que al final ganáramos todos y perdiesen los que siempre fueron salvapatrias.
La narración real, fiel a los acontecimientos, es entretenida, muy bien contada, basándose en multitud de hechos conocidos, y sacando a la luz otros muchos que solo se mantenían en la rumorología popular, desechando los falsos e interesados y dejando solo las certezas. Merecen especial atención los dos últimos capítulos del libro. El penúltimo capítulo narra “el fracaso del golpe y triunfo de la democracia”. El último capítulo, titulado “Verdades, mentiras y cintas de vídeo”, desmenuza las diversas teorías falsas que circularon durante tiempo.
El catedrático Fuentes remarca una afirmación, documentada, de la diputada socialista Elena Valenciano cuando se presentó La gran desmemoria, de Pilar Urbano. Dice Valenciano:
“Quien nos libró del golpe fue su majestad el rey. Eso lo sé, porque lo vi. No es tan fácil, como se ve, borrar la experiencia colectiva ligada a la imagen, al menos parcial, de lo que ocurrió en los principales escenarios del golpe”.
Conocemos la verdad de lo ocurrido gracias a las imágenes de televisión, las miles de fotografías, las grabaciones de las conversaciones, además de la luz y taquígrafos de multitud de periodistas y políticos que vivieron los hechos, sin que otros se los contasen, sino que ellos, con su vivencia, dan fe y testimonio de lo ocurrido.
Mercedes Cabrera (Madrid, 1951) analiza el 11 de marzo de 2004: El día del mayor atentado de la historia de España.
La mañana del 11 de marzo de 2004, nos cuenta Mercedes Cabrera, catedrática de Historia del Pensamiento y los Movimientos Sociales y Políticos de la UCM, que, como número dos en la lista del PSOE por la circunscripción de Madrid a las elecciones generales que se celebrarían el domingo 14, al enterarse de la concatenación de atentados sufridos en diversas estaciones de ferrocarril de Madrid, su primer pensamiento fue que la autoría del atentado era de ETA, ya que para ella, como para todos los españoles, hablar de atentados era hablar del terrorismo vasco. Este es el punto de partida de Mercedes Cabrera, diputada que ocupó la cartera de Ministra de Educación y Ciencia del gobierno que había salido de las elecciones del domingo 14. Empieza a narrar todos los acontecimientos que ocurrieron, con la rigurosidad de un notario y con el conocimiento que otorga ser uno de los testigos de primera fila y tener acceso a la información de primera mano en todos los acontecimientos ocurridos. La descripción es minuciosa, rigurosa y ecuánime, ocupándose de recoger todas las opiniones y vaivenes que se fueron desvelando a medida que se conoció que los atentados no habían sido obra de ETA y sí del terrorismo islámico. Los días sucesivos a los atentados cada noticia que se conocía era más sorprendente y terrorífica que la anterior. A lo largo de la narración recoge testimonios, demostrando imparcialidad en lo expuesto, haciéndose eco de hasta las diversas teorías distintas de la oficial, y demostrando el papel tan importante que han tenido los periodistas en la lucha por desvelar la verdad de lo ocurrido, incluso frente a las versiones de los gobiernos.
Merece especial mención cómo, con valentía, va recogiendo todas las críticas que se realizan desde la sociedad a los políticos por no saber estar a la altura de las circunstancias y solo ser capaces de fomentar la crispación, justificarse y no buscar la unanimidad precisa para lograr el bien de los ciudadanos frente los atentados. Faltó grandeza de miras y hombres de Estado.
A lo largo del libro analiza los motivos que impulsaron el vuelco electoral, los diversos errores políticos y policiales, las complejas investigaciones, juicios, sentencias, etc., finalizando con un análisis de la herencia de la tragedia.
Como resumen de la colección La España del Siglo XX en siete días se puede afirmar que, con los diversos análisis efectuados y vistas las implicaciones de los distintos acontecimientos desarrollados en cada fecha propuesta, se pueden entender muchas de las razones que nos han llevado el momento histórico actual. Son siete fechas imprescindibles para entender que no son fechas aisladas sino que son fechas que se entrelazan y definen lo que ha sido el devenir de la Historia desde 1898 hasta hoy en día. Incluso podría ser necesario añadir una nueva obra que analizase una fecha de 2018 con objeto de completar nuestra Historia desde el año 1898 hasta hoy en día.
A Pilar Mera le corresponde analizar el 18 de julio de 1936: El día que empezó la Guerra Civil, del que está pendiente fijar la fecha de su próxima publicación. A Jordi Canal le corresponde el 25 de julio de 1992: La vuelta al mundo de España, pendiente de fijar fecha de publicación. Y Antonio Rivera analizará el 20 de diciembre de 1973: El día que ETA puso en jaque al régimen franquista, que el próximo marzo se pone a la venta.
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Coordinador. Jordi Canal. Colección: La España del Siglo XX en siete días. Editorial: Taurus.
Autor. Tomás Pérez Viejo, Título: 3 julio 1898: El fin del Imperio español. Editorial: Taurus.
Autor. José C. Mainer. Título: 17 diciembre 1927: El triunfo de la literatura. Editorial: Taurus.
Autor. Pilar Mera. Título: 18 julio 1936: El día que empezó la Guerra Civil Editorial: Taurus.
Autor. Antonio Rivera. Título: 20 diciembre 1973: El día que ETA puso en jaque al régimen franquista. Editorial: Taurus.
Autor. Juan F, Fuentes Título: 23 febrero 1981: El golpe que acabo con todos los golpes. Editorial: Taurus.
Autor. Jordi Canal Título: 25 julio 1992: La vuelta al mundo de España. Editorial: Taurus.
Autor. Mercedes Cabrera. Título: 11 marzo 2004: El día del mayor atentado de la historia de España. Editorial: Taurus.
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