Los textos que componen Plan de choque para derrotar el exceso futuro están escritos desde la óptica de una escatología sin economía de la salvación: un milenarismo a la altura de nuestros tiempos, como si todo estuviera, por decirlo con una de sus frases, «a punto de ser quemado vivo sin que queden registros» (p. 25). Benjamin Bratton es, ante todo, un filósofo del diseño, que ha realizado importantes contribuciones a la teoría contemporánea con libros como The Stack o La terraformación, y que en este Plan de choque…, recién publicado en nuestra lengua por Holobionte, muestra un modo más de ensayar su pensamiento haciendo delirar los géneros: se desliza desde el diario de viajes a la ficción especulativa y retorna por el camino de la filosofía estricta y la crónica, para luego irse a las tierras del collage, el cut-up o la reflexión arquitectónica. El estilo es, en buena medida, criptográfico, pone al lector en la situación de portador del código, invitado a desentrañar lo que se oculta a través del secreto, que es un hábito político y moral, como remarca el capítulo cinco.
De la robotización del hombre a la pérdida de la ciudad, de las tecnoutopías a las ficciones que infestan el mundo, de la correspondencia como urdimbre a la carga política del imaginario colectivo, de los centros de investigación abandonados a la historia monumental, de la arquitectura como atractora de violencia a un extracto de Francis Bacon, de las promesas de residuos a las imágenes que nos parasitan, del vampirismo a la importancia política de la escala cromática, de la automatización clínica a la guerra y el terrorismo. También encontramos muchos nombres propios: Deleuze, Sanzhi, Kojève, islas Spratly, Wilhelm Reich, Proyecto Manhattan, Alianza Anticomunista Argentina, Jean Genet, etc. Se trata de un caleidoscopio teórico-ficcional que entreteje las fantasías del diseño de seguridad con las fantasías del diseño de violencia.
Futurizando el presente y sacando lustre a las transformaciones inadvertidas de las últimas décadas, Bratton nos entrega en Plan de choque para derrotar el exceso futuro una apología de lo artificial (es decir, de aquello que se debe a la mano humana) y lo hace con conocimiento de causa: desde la huella, el vestigio y el deshecho, con altas dosis de post-11-S. Ahora bien, en lugar de componer un canto de sirenas, reabre las heridas, reactiva células (también terroristas), resucita tecnologías y recupera proyectos olvidados; no hallamos engaño, sino placer críptico que, la mayor parte del tiempo, consigue salir a flote, aunque haya cierta irregularidad a lo largo de los capítulos. De todos modos, su lectura provee de un viaje, lleno de badenes, con acelerones y frenazos, y por carreteras de pavimento indecente, hacia la pregunta: ¿cuándo sucederá el futuro?
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Autor: Benjamin Bratton. Título: Plan de choque para derrotar el exceso futuro. Traducción: Federico Fernández Giordano. Editorial: Holobionte. Venta: Todostuslibros.
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