DJ Bigotón en Ibiza

Hay lugares que, a menudo para desgracia de sus propios habitantes, parecen tener unas resonancias míticas que atraen a gente de todo el mundo. Ibiza es uno de ellos. Consciente de la relación de la isla con grandes músicos, el Heavy del Bigotón decidió ir un verano. Fue allí, y no en la inauguración de los juegos olímpicos como mucha gente tiene el falso recuerdo, donde Freddie Mercury y Montserrat Caballé interpretaron «Barcelona»; donde Judas Priest grabaron dos discos, su batería adquirió unos estudios de grabación y su cantante, Rob Halford, viviría locas experiencias que posteriormente narraría en su muy recomendable autobiografía Confesiones; allí Bob Marley realizó su único concierto en España y fue donde Mike Oldfield, imbuido por la música electrónica, se inspiró para realizar uno de sus peores discos, Tr3s Lunas; de hecho el autor de Tubular Bells había vivido en una mansión ibicenca que acabó vendiendo al mismísimo Noel Gallagher de Oasis. Pues bien, el Bigotón no pudo alojarse en ninguna gran casa: es más, viendo los desorbitados precios de los alquileres, no pudo permitirse más que compartir una habitación con Vickens, su fotógrafo de gira, y para poder afrontar el gasto, tal y como vemos en las viñetas, trabajar como disc-jockey. No pudo acabar peor la experiencia, con una multitud de fans de la música dance enfurecidos por escuchar a Barón Rojo, Samson, High Tension, Rainbow o Saxon. Posteriormente, y narrando estos hechos, el Heavy del Bigotón se defendió diciendo: “¿Yo que sabía? A mí me dijeron que pinchara música house, así que puse la música que escucho en mi casa”.