Conocido especialmente por sus trabajos en el cine —algunos junto a Charlie Chaplin— y en el teatro, Edgar Neville tuvo otra faceta más oculta, la de poeta, en la que se atrevió, en pleno franquismo, a homenajear a Federico García Lorca y a condenar su asesinato en los albores de la Guerra Civil.
«Y hoy, Federico amigo, al pasar por Granada, he querido seguir ese camino por donde tus verdugos te llevaran en aquel espantoso último día, tu postrer madrugada», rezaba ese poema de Neville, que había trabado amistad con Lorca en Granada. Y añadía el poema que, al preguntar dónde estaban los restos de Federico, «nos responden miradas angustiadas, sin arrogancia ibérica, de sujetos que fueron los vecinos del crimen más injusto de mi patria», para más adelante proclamar: «Ya dirán dónde está cuando vayamos para llevarlo en hombros a la Alhambra, a que repose a los pies de una fuente que murmure: El crimen fue en Granada».
Aunque no se suele incluir a Neville en la Generación del 27, Inglada considera que se le podría «adscribir como dramaturgo del 27», y no cree que esta exclusión se deba a que permaneciera en España durante la dictadura franquista. «Hubo muchos poetas del 27 en el exilio, pero también otros casos como los de Dámaso Alonso, Gerardo Diego o Vicente Aleixandre que decidieron permanecer en España. El 27 no es una generación de exiliados, aunque sea lo que más se conoce, y hubo también gente sufriendo la España del franquismo«, precisa el editor.
Esta edición permite leer reunida en un solo libro la poesía de un personaje muy vinculado a Málaga y la Costa del Sol en los inicios de su «boom» turístico, ya que compró en los años 50 un chalé en Marbella que, quizás por nostalgia de sus años en Hollywood, bautizó como «Malibú» y que, después de la muerte de Neville, fue adquirido por el actor escocés Sean Connery. «Son poemas de desazón, de amor y de ímpetu de un hombre en los últimos años de su vida. Quizás vio una manera de exorcizar sus demonios a través de la poesía, como han hecho tantos poetas», señala Inglada.
La generación del 27, vino resabiada por gente como éste, mismo:
https://youtu.be/OOsRMECWKAE
Las obras completas de García Lorca fueron publicadas por Aguilar en 1966, nueve años antes de la muerte de Franco. También hay ediciones en los cincuenta. ¿Cómo iba a ser un tabú hablar de la muerte de Lorca? Si FGL era amigo de ‘franquistas’ como Pemán, Luis Rosales y Primo de Rivera. Qué pesados sois con el franquismo.
Camilo José Cela también incluyó en 1957 poemas poco conocidos de García Lorca en la revista que tenía a medias con Caballero Bonald. Si nos ponemos a rebuscar, veremos que el supuesto ‘tabú’ sobre Garcîa Lorca es discutible.