A las buenas, querido lector.
Antes que nada déjame desearte un feliz año nuevo. No creo demasiado en estas cosas sobre los años, porque al fin y al cabo sólo hemos dado una vuelta más al sol y del 31 al 1 sólo cambian números, pero como me gusta unirme a todo lo que me encuentro, no voy a ser menos en querer que, de corazón, este año sea tu año. Y el mío, qué narices.
Y sí, sé que te lo estoy felicitando a finales de enero, pero es que yo soy muy así.
Dejando todo eso de lado, lo primero que me viene a la mente es la de tiempo que llevamos sin estar en contacto a través de este medio. Pero supongo que era necesario el parón navideño para dejarte mascar toda la info anterior y, sobre todo, que tuvieras claro cada uno de los pasos descritos en los textos anteriores.
Si todo ha ido como la seda, que supongo que sí, ahora mismo te encuentras en un punto en el que tienes un manuscrito de una calidad incalculable deseando ser leído por miles, qué miles… ¡MILLONES!, de lectores.
Ojalá eso llegue, te lo digo en serio. Pero lo más normal es que te estés preguntando qué paso es el que has de dar. Pues cuidado, porque aquí viene una de las decisiones más importantes que debes de tomar con tu trabajo:
¿Lo envías para una publicación tradicional o te lanzas de cabeza para una autopublicación?
Ojalá pudiera darte una respuesta concreta. Algo definitivo y con la clave del éxito, pero una vez más, no la hay.
Pero ojo, no te asustes, porque cuando no tenemos una respuesta clara a lo que buscamos siempre nos queda sopesar los pros y los contras de cada una de las opciones para ver en nuestra balanza particular si nos interesa una cosa o la otra.
Como siempre, te ofreceré mi visión. Mi punto de vista. Esto no quiere decir que tenga que ser el tuyo. Pero también es cierto que los años me han dado la experiencia para poder contarte lo que te voy a contar, por lo que puedes tomártelo en serio.
Comencemos por la publicación tradicional.
Está claro que es el sueño de todo escritor (o no, créeme cuando te digo que hay casos que no la quieren ni regalada, pero eso es por una serie de contras que te contaré). Yo me incluyo en el grupo de los que soñaban con una publicación de toda la vida, con su librito maquetado, con su cubierta, sus hojas con ese olor tan característico y, sobre todo, colocado en los principales estantes de mi país. Pero no es tan fácil llegar a este punto. Ni siquiera es relativamente fácil. Vamos, que te olvides de la palabra fácil. Bórrala.
Publicar a día de hoy con una editorial tradicional es harto complicado. No nos engañemos: ser escritor es un sueño que comparte mucha gente y por el que también muchos han optado en los tiempos de crisis, al ser una posibilidad sin inversión (no entraré en eso, ya que no quiero ni pensar el dinero que llevo yo gastado en viajes para documentarme, material y demás) y que sólo requiere de tu talento para ponerte a ello (tampoco entraré en eso). Es por eso que la oferta de escritores ha crecido hasta límites insospechados, las editoriales están recibiendo manuscritos muy por encima de sus posibilidades (y viabilidades) de publicación y el mercado está completamente saturado. De ahí que vayan a lo seguro.
¿Y qué es lo seguro?
Pues sí, no nos vamos a engañar, algo que antes de salir ya tenga asegurada una venta bastante grande. Y no por ello tiene que incluir una calidad en el trabajo, sino más bien que lo que se publique ya tenga unos lectores que comprarían lo que fuera de esa persona que se va a publicar.
Sí, incluyo en este paquete a los llamados hoy “influencers”. De todo tipo, no me importa la red social que machaquen ni nada, hablo en el más amplio sentido de la propia definición. Y, ojo, no me atreveré a criticar esto porque, bueno, son personas que viven un buen momento y deben exprimirlo al máximo. Y las editoriales no son tontas. Esto es un negocio, hay que vender y ellos venden. Decir que sólo se publica a este tipo de personas también es un error, porque el catálogo está lleno de magníficos escritores que siguen publicando a día de hoy sin ningún problema de esta forma. Pero son gente, generalmente, consagrada y con lo mismo, con un mínimo de ventas asegurado debido a su trayectoria.
¿Quiere decir eso que ni debes intentarlo?
No. No sería tan tonto de decirte que no lo hagas. No intento decir que todo lo que se les envía se les pase por alto y dejen escapar auténticas joyas (que pasa, vaya que si dejan), pero sí trato de hacerte ver que es muy difícil que una gran editorial (incluso pequeña) apueste por ti, porque el mercado está muy saturado y se necesitan garantías de venta. Pero lo dicho, no son imbéciles y si acaban leyéndolo y eres muy bueno, no te van a dejar pasar.
También es cierto que un rechazo editorial en los principios (incluso cuando ya llevas un tiempo) no significa nada. El tiempo acaba poniendo a cada uno en el lugar que se ha trabajado y si te lo trabajas, créeme que acabarás publicando por vía tradicional si es lo que deseas.
Ahora toca darte varios consejos para llegar “mejor” a una editorial. Primero, déjame recomendarte que te busques un agente literario. Es un poco como la búsqueda de editorial pero algo más sencillo. Más que nada porque un agente no debe invertir dinero (en lo habitual, vamos) en ti. No sólo te ayudará a buscar editorial, ya que tendrá contacto en muchas y eso facilita bastante la entrada, sino que velará por tus derechos a la hora de recibir tu remuneración por tu trabajo. Y es que, en la mayoría de casos, tu agente no cobra si no cobras tú, así que hazte una idea de si les interesa velar por ti. El segundo consejo te vale tanto para la búsqueda de editorial por tu cuenta como para la búsqueda de un agente literario. No entres a lo bestia. No trates de venderte como el mejor, porque no lo eres. Debes estar seguro a la hora de hablar de ti, pero no caigas en el error de intentar hacerles ver que si no cuentan contigo sus negocios irán a pique. No, porque no será así y ellos lo saben. En este país sólo hay una decena de figuras que podrían decir eso con seguridad y no somos ni tú ni yo. Así que véndete seguro pero sin caer en la prepotencia. Cree en tu trabajo, porque si no, no van a creer ellos en ti. Pero sé humilde. No pierdas jamás ese punto porque si no, el bofetón que te vas a llevar te va a doler.
No envíes tu manuscrito así, de buenas a primeras. Envía una especie de carta de presentación en la que debes contar un poco quién eres, de qué va tu obra y por qué deberían invertir su tiempo y dinero en ti. No olvides lo que te he contado más arriba. Si les interesas te pedirán, o bien una muestra del manuscrito, o bien entero. Eso ya es cosa de ellos.
No desesperes con los tiempos de respuesta. Pueden tardar perfectamente meses. O ni siquiera decirte nada. No olvides el volumen de trabajo que reciben A DIARIO, por lo que no te enfades ante el rechazo o la no respuesta. Y lo más importante, ni se te ocurra hablar mal de ellos. Que nunca sabes si en un futuro las tornas cambiarán.
Después de esto, lo suyo es contarte los pros y los contras de la edición tradicional. Al menos desde mi punto de vista.
Pros: Qué te voy a decir, que como te he dicho es el sueño de todo escritor. Te colocarán en librerías, cuanto más grande sea la editorial, incluso mejor posicionado estarás en los estantes. Digamos que es algo muy injusto, pero muchos no te consideran escritor hasta que tu libro no está en papel en una librería. Sí, lo sé, pero en muchos casos es así.
En la mayoría de casos, también, hay adelanto por parte de la editorial. No olvidemos que, aunque esto es un placer (me refiero el escribir) no deja de ser un trabajo. Que te paguen por él antes de incluso sacarlo a la venta es un plus que no se tiene con la autoedición.
Y luego está el prestigio que te otorga publicar de esta manera. A algunos les parecerá una tontería, pero existe y es importante a la hora de vender ejemplares.
Además, mucha gente no sabe o no quiere comprar online. Es por eso que tener el libro disponible en librerías es otra ventaja clara.
Contras: la libertad. Espero que esto no suene del todo mal, pero es cierto que eres más libre (para todo) cuando tu libro es autopublicado que cuando sale por editorial tradicional. Eso incluye que nadie te dirá nada a la hora de elegir tu portada, de elegir el estilo de lo que publicas o de que tu texto sea de una manera o de otra. Ojo, no digo que esto sea una contra muy mala, pero está ahí y es importante que la valores en tu balanza.
La presión por vender. Si no alcanzas un número mínimo de ventas habrás fracasado en la editorial. Se espera algo de ti y lo debes cumplir, por lo que cuando no llegas todo suele acabar. Esa presión es constante, porque no olvidemos que hay dinero (en algunos casos mucho) invertido en ti y en tu libro, por lo que es natural que se esperen resultados.
Los derechos. Al cederlos no puedes hacer lo que te dé la gana con el libro. Eso implica que te puede salir una muy buena oferta de traducción particular a otro idioma, pero como has cedido (o no) ese apartado a la editorial dependes de lo que ellos consideren. También está el tema de los derechos audiovisuales. Es por eso que un buen agente debe negociar un contrato justo para ambas partes. Sigue vigente su importancia en este papel.
Como ves, me he extendido en el tema de la publicación de este modo. Ahora toca la autoedición.
¿Qué es?
Es, simplemente, utilizar tus propios medios para que el libro acabe llegando a los lectores, sin editoriales de por medio (al menos al estilo tradicional, porque como verás, hay otras que te ayudan a publicar de este modo). Para ello cuentas con plataformas como Amazon o Casa del libro (por nombrar algunas) que te facilitan el subir el manuscrito y, en unos sencillos pasos, ya tener listo el ebook y hasta la publicación en papel lista para ser vendida online.
Como me estoy extendiendo mucho, voy a pasar rápidamente a los pros y contras.
Pros: Eres absolutamente dueño de todo tu trabajo. Tus derechos son al 100% tuyos y puedes hacer lo que te dé la gana con ellos. Puedes sacar las versiones que quieras, como prefieras y en los idiomas que quieras de tu trabajo sin dar explicaciones a nadie. Además de eso, todos los beneficios que genere la venta de tu novela serán exclusivos para ti. Y es que se me había olvidado comentarte antes que, olvidando el adelanto que te suelen dar las editoriales, los porcentajes que te quedan a ti luego son algo bajitos. También dependiendo del contrato que negocies, pero hablo de modo general. Pero, lo dicho, todo lo que genera la autoedición es para ti.
Libertad. Esto se sigue intuyendo con lo que te he comentado arriba. Eres libre de hacer todo lo que quieras con tu libro. Esto puede parecer una tontería, pero a veces tu libro se encuentra “atrapado” por la editorial por un número de años, con ellos no funciona, podría hacerlo de otra manera y no puedes hacer nada, por contrato. La libertad es importante.
Facilidad. Tendrías tu libro en el mercado rápidamente. Una vez finalizada su escritura y revisión, sólo necesitas unos días para que todo esté a punto para que pueda ser comprado por los lectores. Eso también es de agradecer.
Contras: Pues todos los pros que te he contado con la publicación tradicional. Sobre todo recalcar que, injustamente, en muchos casos no se toma en serio a un escritor porque no está en librerías. Es triste, muy triste, pero es así.
Ahora bien, déjame decirte que, frente a ambas posibilidades, el escritor seguirá jugando un papel fundamental a la hora de promocionar y vender el libro. No pensemos que ninguna de las dos te lo da mascado. El escritor deberá dejarse la piel en promoción, aunque de eso hablaremos en otro artículo. Pero quiero que tengas claro que en ambos casos coinciden como una contra.
Espero que más o menos te haya quedado claro. Si me pides consejo sobre qué hacer, yo probaría con una editorial tradicional y, si no resulta, en vez de desanimarte, tocar el otro palo. Aunque si prefieres intentarlo a muerte con la primera posibilidad o con la segunda, directamente, estará bien. Es tu decisión y debes meditarlo mucho.
Yo he publicado de ambas maneras y ahora mismo diría que, como todas tienen sus pros y contras, no me quedo con ninguna. Ambas son geniales opciones y, si te lo curras a la hora de la promoción, te irá bien. Sobre todo si lo has hecho bien hasta llegar a este punto.
Igualmente, si preguntas a cualquier escritor te podrá decir una cosa u otra según su propia experiencia. Es normal que le preguntes a Reverte y te diga que él sólo optaría por la publicación de toda la vida, pero es lógico que él lo diga. Conozco el caso de, por ejemplo, Fernando Gamboa, que te dirá que te tires de cabeza por la autopublicación, pero es que él, en este terreno es el rey sin discusión. No imagináis lo bien que le va a Fernando con este medio (y, ojo, que también ha publicado con tradicional y sabe de lo que habla, perfectamente). Así que, lo dicho, lo ideal es que encuentres tu equilibrio y optes por lo que te dé la gana.
Como he dicho antes, me estoy extendiendo demasiado y veo que sería muy positivo dejar una especie de guía sobre cómo autopublicar, ya que te puedes encontrar en ese punto y estar algo perdido sobre cómo hacerlo. Pues bien, se me acaba de ocurrir hacer un nuevo paréntesis y el próximo artículo dedicarlo a hacer esa guía para que sepas qué pasos seguir a la hora de autopublicar.
Si estás de acuerdo házmelo saber a través del mail Blasruizgrau@hotmail.com. O mi Twitter: https://twitter.com/blasruizgrau. En él me tienes las 24h/7d. Bueno, quizá algo menos, pero me tienes. Te recuerdo que pronto verá la luz mi próxima publicación editorial, que llegará de la mano de Oberón (Grupo Anaya) y del que ya tenemos el diseño de las cubiertas y el título (que os revelaré en el propio Twitter). También te recuerdo que surgió de mi primer blog aquí, en Zenda, Se ha desmitificado un crimen. Vais a alucinar. Os lo digo de verdad.
Nos vemos pronto. Espero haberte aclarado algo sobre el tema. Chao.
Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: