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Editoriales independientes, y no tanto

Editoriales independientes, y no tanto

Hay editores que plantean este trabajo como algo sexy y seductor. Yo, que nunca he ligado con ese pretexto, lo considero un trabajo amable y amoroso, aunque a veces los amores se confunden y no sabemos qué pensar de esto. En este blog hablaré de todo ello y de otras cosas como las tendencias, marketing editorial, innovación digital, tecnología, diseño y por supuesto del libro impreso con todas sus bellezas. En más de una ocasión confesaré algún pecado propio y filtraré amores ocultos de otros editores. Prometo revelar los secretos del sector sin perder la compostura (demasiado). También los editores tenemos un corazón.

Raúl Alonso publica la primera entrega de la serie de artículos «Amor de editor»

En el vasto y complejo ecosistema del mundo editorial, las etiquetas y clasificaciones a menudo se convierten en herramientas de marketing tan poderosas como ambiguas. Entre estas, el término «editorial independiente» ha ganado un lugar prominente, evocando imágenes de pequeños sellos valientes que luchan contra los gigantes corporativos por el amor a la literatura. Sin embargo, como ocurre con muchas etiquetas en la industria cultural, la realidad es mucho más matizada y compleja.

El espectro editorial: de lo independiente a lo global

En un extremo del espectro, encontramos las editoriales verdaderamente independientes, aquellas que, como Pre-Textos, Editorial Kairós, Blackie Books o Impedimenta, han forjado su identidad a través de catálogos cuidadosamente curados, a menudo especializados en nichos específicos o en literatura de vanguardia. Estas editoriales suelen ser proyectos personales, impulsados por la pasión de sus fundadores y un compromiso inquebrantable con cierto tipo de literatura.

En el otro extremo, se alzan los gigantes globales como Planeta o Penguin Random House, conglomerados editoriales con una enorme capacidad de producción, distribución y marketing. Estos grupos, a menudo cotizados en bolsa, operan con una lógica empresarial que prioriza la rentabilidad y la cuota de mercado.

El surgimiento del modelo híbrido

Entre estos dos polos, ha emergido en los últimos años un modelo intermedio: las editoriales híbridas. Este término describe a pequeños sellos editoriales que, manteniendo su identidad y autonomía creativa, se agrupan bajo estructuras cooperativas para compartir gastos e inversiones en áreas como logística, administración y distribución.

"El término editorial independiente se ha convertido en los últimos años en un poderoso argumento de marketing"

Un ejemplo paradigmático de este modelo es AlmuzaraLibros, orquestada por Manuel Pimentel. Este ecosistema editorial reúne bajo su paraguas a sellos tan diversos como Toro Mítico (literatura infantil y juvenil), Sekotia (línea conservadora y humanismo cristiano), Editorial Cántico (corte literario, progresista y orientalismo), LID Editorial (libros de marketing y empresa), Arcopress (estilo de vida), Berenice (manuales y literatura), Erasmus (no ficción), Guadalmazán (divulgación científica), Pinolia (divulgación general), Mascarón de Proa (autopublicación), AlmuzaraUniversidad (libros académicos) o la propia Almuzara, que es una editorial generalista.

Lo que hace único a este modelo es su capacidad para preservar la diversidad editorial mientras se beneficia de las economías de escala. Cada sello mantiene su identidad de marca y su enfoque editorial, pero comparte recursos críticos que, de otro modo, podrían ser prohibitivos para una pequeña editorial.

La independencia: ¿virtud o necesidad?

El término «editorial independiente» se ha convertido en los últimos años en un poderoso argumento de marketing. Esta reflexión nos lleva a cuestionar el uso a veces indiscriminado del término. En este sentido, resultan clarificadoras las palabras de Jorge Herralde en una entrevista aparecida en la revista Publisher Weekly en español en marzo de 2021:

Las editoriales literarias independientes están condenadas a la excelencia, para decirlo en palabras de Pierre Bourdieu, mientras que los grandes grupos están condenados a ganar mucho dinero y así evitar convertirse en “absorbidos”. Otra característica: los grandes grupos compran catálogos, los de los sellos que han adquirido, mientras que las editoriales independientes los construyen, sin bajar el listón de la calidad teniendo muy presente la política de autor.

Esta reflexión nos lleva a cuestionar el uso a veces indiscriminado del término. No todas las editoriales que se proclaman independientes lo son por elección o por un compromiso con cierto tipo de literatura. En muchos casos, la independencia es más una condición impuesta por las circunstancias que una elección deliberada.

La biodiversidad editorial: un ecosistema en peligro

La proliferación de modelos editoriales, desde los gigantes globales hasta las pequeñas independientes, pasando por las híbridas, plantea preguntas fundamentales sobre el futuro de la industria del libro. ¿Estamos ante una saludable biodiversidad editorial o frente a un ecosistema en peligro?

Por un lado, la concentración de poder en manos de unos pocos conglomerados globales amenaza con homogeneizar la oferta literaria, priorizando bestsellers y fórmulas probadas sobre la experimentación y el riesgo. Por otro, la fragilidad económica de muchas editoriales independientes las hace vulnerables a las fluctuaciones del mercado y a las crisis económicas.

"A medida que el panorama editorial continúa evolucionando, quizás sea necesario repensar lo que significa ser independiente en el contexto actual"

En este contexto, el modelo híbrido emerge como una posible solución de compromiso e incluso de continuidad de sellos pequeños. Hablo por experiencia propia como fundador de Editorial Cántico. Hubo un momento en que recibí un email de Enrique Bunbury interesado en publicar un poemario que se titulaba MicroDosis. Me pedía que tuviera distribución internacional, especialmente en México, Colombia y EEUU. Yo me vi en una tesitura muy complicada porque realmente no tenía esa capacidad de distribución. Era un sello muy pequeño. Me encontraba en un momento en que la marca Cántico había logrado un cierto reconocimiento y pedía un impulso de crecimiento que mi capacidad financiera no podía abordar. Fue entonces cuando se me ocurrió contactar con Manuel Pimentel a través de LinkedIn. Fue un momento interesante porque no le conocía personalmente de nada, solo su faceta pública como editor, exministro y presentador de Arqueomanía. Mi sorpresa fue grande cuando me llamó al teléfono a los diez minutos de enviarle ese mensaje. Me propuso quedar para comer unos días después. En nuestro primer encuentro le expliqué que Cántico necesitaba un impulso financiero, una inyección de capital, para abordar los desafíos de crecimiento y respuesta que el libro de Bunbury reclamaba. Tenía curiosidad por conocer su modelo de negocio como fundador y director de Almuzara Libros. Él fue muy claro:  

Nuestro modelo permite a cada sello mantener su personalidad y su línea editorial, al tiempo que se beneficia de una estructura común que le da solidez y proyección. Es una forma de garantizar la diversidad sin renunciar a la eficiencia. En nuestro modelo, cada sello construye catálogo, y el conjunto crece por el valor de esos catálogos cuidados y diversos. 

El 1 de septiembre de este año se cumplen dos años desde que pasé de ser una editorial independiente a una editorial híbrida dentro de Almuzara Libros y realmente tanto la marca como el catálogo se han consolidado, además de haber triplicado la facturación. Este modelo ha sido un salvavidas para Cántico, que si bien ya no es una editorial independiente en sentido estricto, es un sello pequeño y comprometido con su catálogo que sobrevive con buenas expectativas. De lo contrario hubiera sucumbido, como ha ocurrido con muchos sellos independientes que han desaparecido durante los últimos años, incapaces de responder a las duras condiciones y presiones de un sector asfixiado por los grandes grupos, como ocurrió con El olivo azul o DVD Ediciones, entre otros muchos. 

El futuro: ¿hacia una nueva definición de independencia?

A medida que el panorama editorial continúa evolucionando, quizás sea necesario repensar lo que significa ser «independiente» en el contexto editorial actual. La verdadera independencia podría no residir tanto en la estructura de propiedad como en la libertad creativa y el compromiso con una visión editorial única.

Las editoriales híbridas, en este sentido, podrían representar un nuevo paradigma de independencia: uno que reconoce la necesidad de cooperación y eficiencia sin sacrificar la identidad y la visión individual de cada sello.

"El valor de una editorial, sea independiente, global o híbrida, reside en su capacidad para enriquecer el panorama literario"

En última instancia, el valor de una editorial, sea independiente, global o híbrida, reside en su capacidad para enriquecer el panorama literario, dar voz a nuevos autores y conectar a los lectores con obras que los inspiren, desafíen y transformen.

El debate sobre la independencia editorial, aunque importante, no debe eclipsar la verdadera misión de la industria: fomentar la diversidad literaria, apoyar a los autores y servir a los lectores. En un mundo cada vez más complejo y matizado, quizás sea hora de mirar más allá de las etiquetas y centrarnos en lo que realmente importa: la calidad, la originalidad y el impacto de los libros que publicamos.

Como industria, nuestro desafío es encontrar modelos que permitan la sostenibilidad económica sin comprometer la integridad creativa. Ya sea a través de la verdadera independencia, la colaboración híbrida o incluso dentro de las estructuras de los grandes grupos, el futuro del sector editorial dependerá de nuestra capacidad para adaptarnos, innovar y, sobre todo, seguir creyendo en el poder transformador de los libros.

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Boris Angel Ferrer
Boris Angel Ferrer
2 meses hace

Sea una editorial con capacidad económica y marketing o una híbrida o una purista independiente ( si es que la hay ) ojalá sobrevivan todas frente a la arremetida de las imágenes de los medios informáticos. Larga vida al libro.