Podemos prever lo que van a hacer los animales, pero hemos olvidado cómo. También sabíamos cómo orientarnos mediante el viento o las estrellas, o si estaba a punto de sobrevenir una borrasca. De esto último nos avisaban, por ejemplo, los pájaros. De hecho, aún nos avisan. Pero no podemos entenderlos. Aún tenemos al alcance, con todo, recuperar esas habilidades hasta llegar al punto de interiorizarlas por completo, de manera que operen más bien como un instinto, el instinto natural al que alude el título de este libro, que en el subtítulo anuncia las claves para recuperarlo que el lector se va a encontrar dentro. Y ciertamente, es este un volumen de multitud de llaves y acertijos acerca de cómo funciona la naturaleza, desde el porqué de las ondas del viento en el agua hasta el porqué de la inclinación de un árbol hacia el este. Son todos comportamientos fácilmente explicables si uno les presta atención y que sirven, sobre todo, para orientarse en la naturaleza como un beduino en el desierto.
No es necesario para ello —para recuperar este que, en las circunstancias actuales, no cabe sino denominar sexto sentido—, nos advierte Tristan Gooley, viajar hasta grandes selvas vírgenes. Basta, apunta en las primeras páginas, con acercarse, como él, hasta una zona rural del sur de Inglaterra, a menos de dos horas de Londres. “Mi mejor oportunidad se encontraba en la tierra que conocía bien”. Allí practica la lectura de las estrellas hasta que no necesita siquiera fijarse en ellas. Y también observa las rutinas de vigilancia que emplean los animales, la rutinaria y la inducida, en función de lo cerca que estén sus depredadores. Por qué las ardillas evitan los árboles solitarios a la hora de buscar refugio o qué es lo que pasa cuando más de dos vacas en un prado miran en una misma dirección.
De lo que se trata es de detectar los patrones que se dan en la naturaleza y que permiten predecir lo que va a suceder. Para ello es importante, nos dice, observar todos sus fenómenos, y para ello sirven hasta los animales domésticos, nos advierte. Pero, sobre todo, acudir a dos grandes fuentes: la sabiduría indígena y la investigación científica. “Los cazadores-recolectores nos inspiran, los eruditos aumentan nuestro conocimiento y los animales más cerca de casa nos recuerdan que todavía podemos hacerlo”. Compendio, pues, de consejos verdaderamente útiles para interpretar los fenómenos naturales, este volumen funcionará más bien a modo de obra de consulta, de excepcional vademécum para el arte de orientarse al aire libre, para todos aquellos que quieran no tanto huir de la ciudad —empujados, por ejemplo, por una pandemia— como disfrutar y comprender en serio la naturaleza.
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Autor: Tristan Gooley. Título: El instinto natural. Editorial: Ático de los Libros. Venta: Todostuslibros
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