Estos versos hablan de un trágico episodio en la vida del joven poeta durante los disturbios de la Comuna en París en 1871. A continuación reproduzco El corazón robado, de Arthur Rimbaud.
El corazón robado, de Arthur Rimbaud
Mi triste corazón babea a popa,
mi corazón lleno de caporal:
le escupen chorros de sopa,
mi triste corazón babea a popa:
entre las burlas de la tropa
que suelta una risa general,
mi triste corazón babea a popa,
mi corazón lleno de caporal.
Itifálicos y soldadescos,
sus insultos lo han depravado.
Por la tarde dibujan frescos
itifálicos y soldadescos.
Oleajes abracadabrantescos
que mi corazón sea salvado.
Itifálicos y soldadescos,
¡sus insultos lo han depravado!
Cuando los soldados hayan acabado,
¿cómo actuar, oh corazón robado?
Se oirán estribillos báquicos
cuando los soldados hayan acabado.
Tendré ataques estomáquicos
si mi triste corazón es humillado:
cuando los soldados hayan acabado,
¿cómo actuar, oh corazón robado?
Este poema es tan ambiguo que se ha hablado de que sufrió una violación de un grupo de militares, de risas esquizofrénicas que recuerdan al poema Albatros de Baudelaire o el propio ambiente estresante de la guerra.
Su profesor Izambard rompió su amistad pensando que se estaba riendo de él o echándole en cara el haberle abandonado tras empujarle a las aventuras en búsqueda de la poesía. El tono de esta poesía era difícil de escuchar en aquella época.