La última entrega de la serie policíaca protagonizada por la inspectora de homicidios Manuela Mauri sigue explorando el lado más humano de su protagonista. La pareja de escritores formada por Lorenzo Silva y Noemí Trujillo presentó a la inspectora hace cinco años en Si esto es una mujer, en un momento en el que se encontraba de baja y requerían su reincorporación por un caso y ahora, en La Innombrable, la inspectora recuerda cuando se le diagnosticó un cáncer, mostrando la humanidad de quien teme a esta palabra y continúa con su vida mientras van cayendo días pesados como juicios. Esto hace que Mauri se siente en el otro extremo del detective habitual, marcado por excentricidades desconocidas para los lectores. En este libro se habla de la superación, los cambios, el duelo y los miedos familiares; de esas decisiones que forman parte de la vida de todos y que se toman empujados a seguir hacia delante.
Y por otro lado tenemos el caso policial, con el que una vez más se adentran en las sombras de la sociedad actual: la prostitución y las drogas cuando implican a menores. Cloacas de una sociedad moderna que defiende lo contrario con vehemencia, pero a la que sigue pareciendo incomodar mirar estos espacios oscuros en los que suceden tragedias. En la novela, una menor llamada Susana toma la voz en las primeras páginas para decir que ha muerto. Su muerte lleva la marca del comercio sexual y las drogas, pero el verdadero horror viene cuando su camino no ha sido forzado por un secuestro, no existe la excusa del monstruo que la obliga a golpe de amenaza. Si una de las misiones de la novela negra es la denuncia social, en La Innombrable el grito es que nadie se dio cuenta de lo que hacían tres adolescentes: tres familias distintas no vieron los cambios, no notaron nada hasta que les estalló en la cara. Hasta que Mauri llamó a su puerta para decir a las familias que sus hijas estaban metidas en una red de prostitución no se habían dado cuenta de nada. Y ahora una de ellas ha aparecido muerta. Este es el punto de arranque para una novela en la que hay buenos y malos, pero también ese margen que tanto Lorenzo Silva como Noemí Trujillo han cultivado a lo largo de sus carreras y que está formado por situaciones complejas en las que la línea se traspasa y los principios caen en el saco de las debilidades: No es por dinero —dice uno de los personajes de la novela—, es la soledad. Eso no le justifica porque no hay espacio para las justificaciones en una historia en la que los consumidores de la prostitución forman parte de la narrativa para poner en tela de juicio la supuesta moral de la sociedad respecto a este tema. La inspectora siente el caso como algo personal, como madre de un hijo de la misma edad que la víctima pero, sobre todo, como mujer.
Si sumamos todos estos elementos, nos encontramos con ingredientes más que interesantes para componer una nueva entrega de esta saga escrita a cuatro manos, que mantiene el pulso de la historia más allá de la propia trama para mostrarnos a su protagonista desde el lado más humano, que es precisamente el que hace que mute en alguien feroz que ahora muestra sus cicatrices porque hay casos y vivencias que dejan marcas, sean visibles o no.
Una novela que se disfruta con ese punto de incomodidad que dejan las novelas bien construidas.
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Autores: Lorenzo Silva y Noemí Trujillo. Título: La Innombrable. Editorial: Destino. Venta: Todos tus libros.
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