Lo primero que llama la atención en esta obra, Entre, es el libérrimo uso del lenguaje y de los elementos gramaticales. Christine Brooke-Rose (1923-2012) fue una lingüista británica conocida sobre todo por sus obras experimentales. Esta fue publicada en 1968 y en cuanto se comienza la lectura uno recuerda a varios autores que pusieron el lenguaje a fermentar, construyeron frases maravillosas o idearon saltos narrativos de riesgo, como James Joyce, George Perec o Aliocha Coll. Aquí la materia con la que tratamos son las palabras, los idiomas, esa herramienta con la que deberíamos entendernos, y no con las imágenes, que raramente se producen en la mente del lector. La atención requerida es muy activa, con cambios de idioma constantes, que obligan a no perder comba y al traductor a hacer una reinterpretación muy meritoria del texto original. Aunque da la sensación de que la técnica utilizada es semejante a la del surrealismo, cuando el texto no estaba ahí previamente, sino que va surgiendo a medida que se escribe, la pretensión de crear una sensación de desamparo es patente y se va imponiendo a medida que acumulamos páginas leídas.
No estamos frente a una novela en la que exista una evolución, un desarrollo. Lo que se describe es, más bien, una situación, que se prolongará a lo largo de toda una vida laboral, la de una mujer dedicada a la traducción simultánea en distintos puntos del globo terráqueo. La variación es constante, tanto como para generar una cierta monotonía, resultado de la acumulación de instantes que no cesan de cruzarse. La cartografía que nos dibuja es disparatada y la autora se ve obligada a hacer del avión el símbolo de una forma de vivir, pues es el lugar donde pasa la protagonista una muy significativa parte del tiempo: «templos de movimiento inmóvil», llega a llamar a estas ballenas que vuelan y que van siendo el hilo que teje una época de la que extraemos un galimatías, una sensación de desorden. Pero este desorden no es gratuito, busca transmitir la idea de incertidumbre, dejarnos con el cerebro hueco a la búsqueda de qué será lo que venga a continuación. En buena medida, nos está hablando de la entropía, en el sentido de crear un sistema de medida del desorden, de moléculas que para acabar siendo comprensibles deberían congelarse. Pero aquí se impone, de forma contundente, el movimiento. Vamos saltando de un lugar a otro sin desplazamiento, o con un desplazamiento inmóvil, sin itinerario que registrar. Hay destinos, pero estos van confundiéndose, nos van galvanizando el entendimiento. La impresión es que asistimos a un flujo de conciencia, pues de flujo de conciencia estamos hablando, de una persona cuyo cerebro a lo que más se parece es a un paisaje de edificios bombardeados.
Uno se pregunta qué tipo de mundo globalizado se estaba construyendo entonces, y se da cuenta de que ahora lo tiene casi entero metido en el teléfono inteligente, y siente, entonces, temor. Porque este monólogo interior todavía podía tener una justificación existencialista, dado que trata de la construcción de una identidad, mientras que nosotros llevamos la identidad en el bolsillo. Y ahí no cabe el lenguaje, ni la estructura, ni la relación del lenguaje y la estructura con la realidad: aquí sólo cabe el bombardeo de estímulos, contra el que ya en 1968 Christine Brooke-Rose nos advertía: nuestra narradora, recreadora, sufre en la memoria, como si estuviera construyendo una que no puede controlar, que sea ella la que domine la identidad o no permita que esta cuaje en condiciones.
Debemos señalar, por último, que en el inglés original esta obra se escribió sin hacer uso del verbo to be, y que en la edición actual se ha respetado, pues no aparecen los verbos ser y estar. No es un juego gratuito: hablamos de lo esencial, de pasar por la superficie apenas arañando, sin ensuciarnos las manos ni someternos a las risas.
—————————————
Autora: Christine Brooke-Rose. Título: Entre. Traducción: J. Casri. Editorial: Piel de Zapa. Venta: Todos tus libros.
-
Vivir, viajar, escribir
/abril 24, 2025/A Marco Ottaiano Tanto me gusta viajar que mientras lo hago no echo de menos escribir, no necesito hacerlo, seguramente porque ya tengo la sensación de estar llenándome por dentro, llenándome para escribir. Como le oí una vez al escritor José Calvo Poyato se puede escribir sin escribir, y yo creo que cuando viajamos ya escribimos, interiormente, y cuando leemos también lo hacemos. De otro modo. Nos estamos preparando claramente para hacerlo. A mí me preguntan mucho cuánto tiempo escribo al día, y yo siempre digo que escribir es la fase final de un proceso, un proceso en el que…
-
Una antología reúne todos los poemas, cuadernos, un guion y las canciones de Jim Morrison
/abril 24, 2025/El libro ha sido editado, según ha explicado Libros del Kultrum, en colaboración con el Estate of Jim Morrison y desarrollado a partir de las directrices que el propio líder de The Doors esbozó en Plan for Book, un documento que se incluye entre las reliquias exhumadas póstumamente de los cuadernos de Morrison. La edición bilingüe de esta antología recopila en un solo volumen la obra del artista en sus diversas vertientes como creador, que hasta ahora estaba dispersa. El volumen se acompaña de una miscelánea de 160 fotografías que incluyen extractos de sus veintiocho cuadernos, escritos todos de su…
-
Escribir desde el margen
/abril 24, 2025/Una mirada sobre la lengua, la exclusión simbólica y la posibilidad de seguir escribiendo sin permiso. Ni siquiera desde un lugar claro. Algunos lo hacen desde una fisura. Una zona intermedia, sin linaje ni blindaje institucional. Sin la promesa de pertenecer. Sin una ciudad que respalde ni un canon que nombre. Escribir desde el margen no es un acto de heroísmo. Es una consecuencia. A veces biográfica. A veces política. A veces simplemente geográfica. Hay territorios que no son centro de nada. Ni cultural, ni literario, ni simbólico. En sus mapas, el idioma se quiebra, la identidad se difumina y…
-
Un problema que nos compete a todos: Adolescence
/abril 24, 2025/Ante los quince minutos de fama warholianos que actualmente se disputan desde el formato audiovisual los distintos programas, surgen constantes propuestas perdedoras y victoriosas que normalmente sucumben al pozo del olvido; sólo algunas permanecerán en la memoria de quienes las visionan, por su indiscutible calidad. Una de las series que actualmente está obteniendo gran éxito de público es Adolescence. Creada para Netflix por Jack Thorne y Stephen Graham, está dirigida por Philip Barantini. Un reconocimiento que ha obtenido gracias al boca a boca y no precisamente a la publicidad desplegada, que ha brillado por su ausencia. Sus creadores han tenido…
Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: