Hombres y mujeres anónimos discuten sobre el amor de Magdalena y Jesús.
El espíritu nuevo, un cuento de Leopoldo Lugones
En un barrio mal afamado de Jafa, cierto discípulo anónimo de Jesús disputaba con las cortesanas.
—La Magdalena se ha enamorado del rabí —dijo una.
—Su amor es divino —replicó el hombre.
—¿Divino?… ¿Me negarás que adora sus cabellos blondos, sus ojos profundos, su sangre real, su saber misterioso, su dominio sobre las gentes; su belleza, en fin?
—No cabe duda; pero lo ama sin esperanza, y por esto es divino su amor.
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