Jostein Gaarder escribe este libro dedicado a sus seis nietos, con un trazo epistolar y un tono futurista. Es una carta abierta, con la esperanza de que, a finales del siglo XXI, ellos puedan completar las preguntas para las que solamente el futuro tendrá respuestas. En 18 breves capítulos bosqueja los aspectos más esenciales de la vida de los humanos en el planeta Tierra: ¿cómo nos relacionamos con el medio ambiente?, si lo cuidamos o lo degradamos, si existirá conexión con otras formas de vida, si las selvas y los animales salvajes vivirán a final del presente siglo.
Él cree que a finales de este siglo XXI se perfilará la existencia o el declive del planeta y por ello insta a sus nietos a tomar conciencia de la importancia de preservar el medio ambiente que, en esencia, es el soporte de nuestra propia vida, por ello les invita a continuar el libro de su abuelo usando el método de la mayéutica socrática. Les deja preguntas cuyas respuestas aún no están escritas y él no llegará a conocer, salvo que viva otros 70 años más, algo imposible hasta la fecha. En el desarrollo del libro deja patente que nunca conocerá las respuestas a sus preguntas, pero como buen escritor de textos sobre filosofía para niños y adolescentes, les hace tomar conciencia de los aspectos más importantes de la vida.
Recuerda matices esenciales de su niñez y adolescencia para reflexionar sobre la vida: “Yo era naturaleza”, de niño se preguntó “¿Cómo era posible pensar?”.
“Nada se libraba de la limitación del cerebro”.
“¡Hay tantas neuronas en el cerebro de un ser humano como estrellas en la Vía Láctea!”.
“Las ideas sobre lo sobrenatural nunca nos abandonarán del todo porque somos humanos”.
Gaarder reflexiona sobre la biología de la vida, la interacción con el medio natural, dejando patente cómo “la cantidad de CO2 en la atmósfera va en aumento, lo que provocará que en pocos años habrá partes del planeta que podrán volverse inhabitables debido al sobrecalentamiento. Hemos roto el ciclo de la vida” y el efecto invernadero se ha acelerado más en el último siglo que en toda la historia de la Tierra; con ello las especies desaparecen a ritmos agigantados, haciendo los políticos oídos sordos a la evidencia, incluso negándola de forma necia. Vivimos en lo que Gaarder llama “falacia circular”, que sirve para enriquecer a unos pocos y de paso destrozar el planeta, destrozar el único que tenemos para vivir, porque a pesar de que reflexiona sobre la telepatía, la astronomía, la astrología, la alimentación mundial, la inteligencia artificial; valores como la justicia, los derechos, la naturaleza virgen, los sistemas sociales, queda reflejado que “cada uno de nosotros estamos en una breve visita en el mundo, y dejamos atrás algunas efímeras huellas”.
En este libro es más importante lo que no desarrolla que las propias reflexiones sobre las que escribe. Por ello dice Gaarder:
“Creía entender lo que querían decir”.
“Llegamos a esta tierra desnudos y sin equipaje”.
“Nada se libraba de la limitación del cerebro”.
“Los físicos no son del todo capaces de explicar por qué, pero el tiempo solo señala hacia adelante”.
“Hoy la situación es diferente. La gente puede creer en lo que le dé la gana”.
“No había teléfonos móviles. Éramos pájaros libres. Aquello también era maravilloso. Vivíamos más en el presente”.
“¡No, ya no me atrevo a haceros más preguntas!
Casi me alegro de no poder oír vuestras respuestas”, y todo se resume en que convivimos aquí solo unos segundos cósmicos.
Gaarder comenta una situación que nunca me había planteado, ¿Los escritores, leen sus propios libros? Pues no, pero él lo hizo con su libro estrella, El mundo de Sofía y, ¿qué descubrió? Que no se había hecho la pregunta clave: ¿Cómo podemos preservar la civilización de la humanidad, y la base misma de la vida en nuestro planeta?
El pesimismo no es más que otra palabra para justificar la pereza, o renunciar a la responsabilidad que tenemos con las generaciones futuras.
Nuestra época no es más importante que los tiempos venideros. Si nos olvidamos de pensar en nuestros descendientes, ellos nunca se olvidarán de nosotros. Salvar los océanos y las selvas es el reto del futuro, porque sin planeta no hay futuro y en cualquier momento, el mundo puede volver a caer en el caos. El misterio del universo seguirá dominando nuestra consciencia, pero el planeta Tierra, grita a diario: ¡Basta ya!
Cultivemos el arte de saber vivir.
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Autor: Jostein Gaarder. Título: Somos nosotros los que estamos aquí ahora. “Una filosofía de la vida”. Traducción: Kirsti Baggethun y Asunción Lorenzo. Editorial: Siruela. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
Javier Feito Se está convirtiendo en el hombre renacentista actual, y al igual que decían de Da Vinci, no se sabe de dónde saca el tiempo para tanta actividad.
Interesante libro, sobretodo para adolescentes.
¿Para adolescentes? Lo debería leer todo el mundo. Porque el mundo no es solo de los adolescentes, es de todos. Greta es un lider, no importa la edad. Cuántos políticos carecen de la madurez necesaria para prescindir de viajar en Falcon o en Super-Puma y llegan al poder sin haber salido de la adolescencia. De hecho, tenemos un gobierno de adolescentes descerebrados.