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El Heavy del Bigotón y el Club de los 27

El Heavy del Bigotón y el Club de los 27

Soy consciente de que, tal y como me ha señalado mi lector beta, estas viñetas pueden generar cierto rechazo: no todos los lectores sintonizan con el humor negro, y habrá quien considere de mal gusto caricaturizar tan trágicas escenas, pero si afrontamos una biografía del Heavy del Bigotón no podemos abstraernos del hecho de que en muchas de sus letras la muerte es tratada con humor. Pocas dudas tengo de que su querencia por este tipo de comicidad proviene de su tragicómico primer contacto con la Parca y, por tanto, de su bisabuelo.

A continuación, un brevísimo compendio de algunas muestras de su obra, donde las dos máscaras del teatro, la comedia y el drama, se funden en una:

—“Niño, trae p’acá la bicha, que seguro no pasa ná, trae p’aca la bicha, que es de sangre fría, trae p’acá la bicha, que vamos a calentarla con esta rumbita”. Esta canción, «La bicha», dedicada a la tragedia de Laocoonte y sus hijos, es una auténtica rareza en la carrera del Heavy, que para demostrar su versatilidad como guitarrista la compuso e interpretó al alimón con El Noi de Perafort en el segundo álbum de este: Olimpo y olé.

—“Dime con quien Andes y te diré a quién te comes” es un breve tema instrumental en el que nuestro protagonista se luce con la ocarina y que, por problemas de derechos, J. A. Bayona no pudo utilizar para la banda sonora de La Sociedad de la Nieve.

—»Mussolini and the Hangman Game», un animado tema que aparece en Rock Nights, Disco Days, LP con el que el Heavy quiso triunfar en las pistas de baile. Los que frecuentaran las discotecas a finales de los 70 aún recordarán su animada coreografía, para la que se necesitaba un trozo de cuerda y la fuerza suficiente como para ponerse del revés y andar con las manos.

—»The Last Words of the Challenger Crew» está dedicada al accidente del transbordador espacial Challenger. Aunque en su momento la canción pasó sin pena ni gloria, su estribillo, donde un coro canta Deja que conduzca ella, provocó, años después, su cancelación y, por tanto, que aumentara el interés por escucharla. Hoy en día se pagan fortunas por el single.

Podría seguir poniendo más ejemplos, y posiblemente habrá próximas entregas, pero ahora haré caso a mi lector beta, que siempre me dice que procure redactar textos más breves, que ya está harto de eternidades. A ver qué opina de este: voy a sacar la ouija, espero que no comunique.

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