Toma, un juego… de manteles.
Toma, un pastel… de patata.
Desde pequeño el futuro Heavy del Bigotón tuvo sus más y sus menos con la polisemia, y aún recordaba la decepción que le supuso ver ese gato que, según su padre, era capaz de levantar coches. Con la pubertad, época en la vida que significa el despertar a tantos instintos, la cosa no tenía visos de mejorar…
Te quiero… como a un hermano.
Vente a casa y probamos a hacer un griego… tengo una yogurtera (1)
En una de sus canciones más famosas, ‘Crystal Clear’ (o ‘Las cosas claras y el chocolate espeso’, tal como se tituló en una edición para el mercado hispanohablante y que grabó con El Puma, pensando que era un trasunto venezolano de la banda Pantera), carga contra toda esa gente que te envuelve en la telaraña de sus palabras y, diciendo una cosa, te está diciendo otra. Pese a no ser ni siquiera citada, cierta clase política se tomó esa letra como un ataque personal: por algo debía de ser.
(1) Pese a la decepción que le supuso en ese momento, la yogurtera se convirtió en uno de sus electrodomésticos favoritos, e incluso jugó un papel importante en su carrera, como ya comentamos en un capítulo anterior.
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