El Heavy del Bigotón y las gotas de lluvia

Cuando el Heavy del Bigotón empezó su carrera, no era la música la que estaba en la nube, sino los propios músicos. Un poco como la lechera del cuento, pero donde ésta vendía su cántaro lleno de leche, el músico actuaba en un garito de mala muerte; donde la lechera, con la venta, compraba unos huevos de los que nacerían los correspondientes pollitos, el cantante conocía a un cazatalentos que había asistido a su concierto; donde la fantasiosa niña, tras vender los pollos, compraba otra vaca con la que tener aún más leche, el artista firmaba con un importante sello discográfico; si la protagonista del cuento fantaseaba con protagonizar las portadas de revistas dedicadas a los jóvenes emprendedores, el músico lo hacía con giras multitudinarias y números uno; y donde la muchacha tropezaba, rompiéndose el cántaro y con él todos sus sueños, el músico de aquella época bien podía tropezar con el servicio militar, algo que truncó tantas carreras de tantos jóvenes en ascensión. Nuestro protagonista, gracias a su miopía y sus pies planos, pudo librarse del secuestro legal y sobre ello compuso su canción “Demasiado viejo para el rock’n’roll, demasiado joven para morir, y demasiado inútil para desfilar”