“Pedí tu ayuda
No te negaste
Te diste a la fuga
Te escaqueaste
Así que nunca me pidas sal
Sal, sal, sal
No me pidas sal
Sal, sal, sal”
Canción: “Never Ask Me for Salt”
Álbum: Rock Nights, Disco Days (1978)
De pequeño, el Heavy del Bigotón creía que los todos los famosos se conocían entre sí: sólo así se explicaba el por qué cuando un actor entraba a un plató televisivo saludaba con tanta confianza al presentador, o cómo éste conocía tantos aspectos de la vida y obra de su entrevistado. Desconocía por aquel entonces la existencia de los documentalistas, quienes, por encargarse de rastrear en la biografía de las celebridades, chocarían en tantas ocasiones con las ansias de privacidad del Bigotón. Pero no adelantemos acontecimientos que posiblemente se traten en posteriores capítulos: volvamos a los tiempos en que nuestro protagonista creía que todos los personajes populares se conocían por el mero hecho de serlo, etapa que se acabó al mudarse cerca del domicilio de Barry Gibb y, al ir a saludarlo, el líder de Bee Gees malinterpretó la situación y, colocando unas monedas en su mano extendida, le dijo que se buscara un trabajo, que era joven para ir por ahí pidiendo.
¡Quid pro rock!