El incongruente

Vivía en París en el momento en el que, después de haber leído parte de El incongruente, de Ramón Gómez de la Serna, por internet, y atraída por la posibilidad de hacer una adaptación, salí impaciente a la calle a buscar el libro (versión francesa), y me paseé por muchas de las librerías de segunda mano que tiene la ciudad, pues nuevo ya no se editaba. Parecía algo raro, desconocido, olvidado, lo que aumentaba aún más mi curiosidad, pero nada, no estaba en ninguna parte. Después de patear largos y recónditos callejones de París, regresé a casa, triste, pero con la esperanza de encontrarlo en alguna otra parte  antes de rendirme a comprarlo por Amazon.

Y así se produjo el milagro, algo Incongruente, pues a la mañana siguiente, tenía comida familiar en casa de los abuelos de mi pareja, que viven en una granja en un pueblecito  a las afueras de París. Junto a la casa, hay otra casita pegada al establo, que pertenecía a un tío de la familia, fallecido hacía ya varios años, un tipo peculiar y marginal, muy amante de los libros, hasta tal punto que miles de libros invaden cada rincón de la casa, de modo que se debe caminar sobre ellos para atravesar sus habitaciones, así que entrando en ella pensé: «¿Y si…?». Y así como quien busca un trébol de cuatro hojas en un campo, entré observando aquella inmensidad de libros, libros de todo tipo; de literatura, poesía, historia, filosofía, gramática china, matemáticas, mística… Parecían estar allí todos los libros del mundo.

Fotografía del desván realizada por Georges Quemener

Subí las escaleras hacia el desván, donde está la gran montaña de libros, iluminada por la luz blanca de invierno que dejaba entrar la ventana del tejado. Y allí sin siquiera buscarlo lo vi: recostado sobre la gran montaña estaba El incongruente.

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Autor: Rocío Gómez Mazuecos. Título: El incongruente. Editorial: Dolmen. Venta: Amazon