El pasado 11 de enero, en el Real Casino de Madrid, se presentó la Fundación Arte e Historia Ferrer-Dalmau. Rafael Orbe Corsini, patrono de la Fundación y presidente del Casino, abrió el acto y a continuación tomó la palabra Arturo Pérez-Reverte, académico y patrono de la Fundación, quien comenzó contando que en 2018 acompañó a Augusto Ferrer-Dalmau a un viaje a Moscú con motivo del homenaje que el Ministerio de Defensa ruso organizaba al artista al colgar en un museo uno de sus cuadros. El embajador de Rusia les facilitó una visita al taller Grekov, dijo el académico, quien continuó: “Tenía pensado iniciar mi intervención afirmando que Rusia es la culpable, aunque decidí que más correcto sería decir que todo empezó en Moscú”, bromeó. “Lo que vimos, en nuestro recorrido por el taller, fundado hace ochenta y cinco años, fue un templo en donde se dotó de espacio y medios a los mejores artistas soviéticos, para que pudieran trabajar en obras de temática histórica. En la actualidad, el taller Grekov, dependiente del Ministerio de Defensa, recibe encargos de cualquier institución pública o privada, empresa o millonetis que desee tener material histórico, para colocar en cualquier sitio”, siguió contando Pérez-Reverte. “En el taller Grekov trabajan una serie de artistas de prestigio que van realizando proyectos de arte histórico. En ese momento, Augusto [Ferrer-Dalmau], me dijo que tenía claro que lo que estaba viendo debería implantarse en España. Cuando regresamos empezó a darle vueltas a la idea y sus amigos le animamos a que llevase adelante el proyecto, recomendando que fuese independiente, sin amparo político e institucional, para evitar la contaminación que puede traer la política. Hoy nos encontramos ante la prueba palpable de que has conseguido poner en marcha una institución novedosa en España que perdurará y nos sobrevivirá. Aquí se formarán jóvenes talentos en pintura histórica y esta fundación dejará una huella cultural extraordinaria. Gracias al embajador ruso, aquí presente, por hacer posible que conociésemos el taller, y a ti, Augusto, gracias por tu descubrimiento en Moscú”.
Antonio Esteban López, director ejecutivo de la fundación y general de división, presentó a continuación el patronato, a los patronos y los proyectos que se acometerán, y anunció los dos primeros, ya en marcha: un conjunto escultórico, obra de Salvador Amaya sobre bocetos realizados por Augusto Ferrer-Dalmau, que será un homenaje a los Tercios, “soldados sobre los que se sostuvo la gloria militar del imperio en el Siglo de Oro”. El segundo proyecto es la creación de un máster de pintura histórica en la Universidad Antonio de Nebrija, en donde los alumnos estudiarán pintura figurativa y realista, analizando el hecho histórico al objeto de hacer un dossier que contemple la figuración, paisaje, ambientación, forma de vestir, etc., y que represente la imagen histórica como si hubiese sido posible hacer una fotografía en el preciso momento en que ocurrió, y plasmar después esa instantánea en un lienzo. Terminó su intervención con una referencia a una publicación de Pérez-Reverte en la revista XL Semanal, de fecha anterior a su viaje a Rusia con Ferrer-Dalmau, en donde recomendaba a los viajeros que van a Moscú, que no se pierdan el taller Grekov, sitio imposible de encontrar en España.
Augusto Ferrer-Dalmau, patrono fundador, clausuró el acto reconociendo que era el momento más emocionante de su carrera profesional. “Mi sueño de poder dejar un legado, desde este momento se empieza a cumplir”, y uno de sus deseos es impartir en el máster la asignatura de “Creación de un cuadro partiendo desde cero”, convencido de que al trasmitir sus enseñanzas a los alumnos también aprenderá de ellos. La idea de Ferrer-Dalmau es formar una gran familia de artistas que se apoyen en los trabajos de documentación que realizan investigadores y autores, y por eso uno de los patronos será Antonio Pérez Henares, en representación de la Asociación de Escritores con la Historia, cuyos miembros aportarán asesoramiento histórico. Ferrer-Dalmau vaticina a los futuros alumnos “que les espera mucho trabajo; les tocará picar piedra, sufrir, trabajar duro, muy duro, divertirse durante un año aprendiendo a pintar un cuadro de historia”.
El proyecto de la Fundación va más allá al utilizar conceptos multidisciplinares, que permitirán que haya más artistas que con sus obras compartan la visión de Ferrer-Dalmau: “cuadros que abran ventanas a la historia”. En resumen, un compromiso para unir arte, talento, historia, esfuerzo, convivencia, cultura y formación, podría ser la esencia y el lema de la Fundación Arte e Historia Ferrer-Dalmau, un proyecto que nace con una eminente vocación cultural, sin ánimo de lucro y cuyo fin principal será promover la divulgación y puesta en valor de los recursos históricos, artísticos y culturales, dentro de dos líneas básicas de acción: la «actividad docente» y la «actividad formativa».
Enhorabuena, Ramón, por la cobertura y tan preciso artículo sobre una iniciativa tan noble como necesaria. Mi enhorabuena y mi agradecimiento.