Decía Arturo González-Campos en uno de sus podcasts que en su barrio vivía “El Banano”. Durante su infancia, recuerda, fue atracado por semejante personaje, al igual que todos los de su quinta. “El Banano” atracaba sentado. En la calle, desde un banco, hacía cualquier gesto y el joven Arturo acudía a darle lo poco que llevara en los bolsillos. El miedo y el poder son un maridaje infalible. La fama de “El Banano”, pero a otra escala, es la que debieron gestionar Barbanegra y otros piratas temidos, pues solo con las historias atroces que se contaban sobre ellos era suficiente para rendir a un barco de inocentes marineros sin que opusieran resistencia. Lo mismo con los negreros, capaces de cruzar el Atlántico en un barco con la bodega atestada de esclavos africanos sin que ninguno osara montar una revuelta en busca de la libertad (al menos en la mayoría de los barcos esclavistas). El miedo y el poder, menudo maridaje.
De entrada, hay que tener en cuenta que Peckham ha escrito una historia del mundo a través del miedo. Y con esa premisa se puede correr el riesgo de ver en nuestros temores la causa de todos los grandes cambios del pasado humano. ¿Por qué la Cristiandad se rompió entre católicos y protestantes? Por miedo. ¿Por qué funcionó tan bien la esclavitud durante siglos? Por miedo. Dicho así suena frívolo, pero en cuanto uno profundiza en las explicaciones de Peckham le encuentra más sentido del que cabría esperar. El autor nos avisa de que está “interesado en lo que el miedo ha significado para los individuos y las sociedades en el pasado, así como en la manera en que los acontecimientos han modelado nuestro pensamiento acerca del miedo y sus usos”.
Basa su discurso histórico en dos argumentos principales. Por un lado, piensa que la producción de diferentes clases de miedo posibilita diferentes regímenes políticos, tanto a la hora de auparlos como para desafiarlos y derrocarlos. Y, además, defiende que es un error asumir que las libertades modernas se han conquistado mediante la abolición del miedo en la vida política. Es decir, el poder y el miedo han ido de la mano y no se han soltado nunca.
La historia alternativa de Peckham inicia con la peste negra, pues Europa sufrió una catástrofe de tal calibre que contribuyó a que el miedo fuera una herramienta aprovechada por los movimientos reformistas y los Estados centralizadores. Desde entonces hasta la pandemia del Coronavirus, Peckham analiza los miedos que han movido la historia. Uno de los casos más recientes lo denomina “ecopánico”. Está claro que el cambio climático es una de las grandes preocupaciones del momento, lo cual dice mucho de la capacidad del ser humano para temer algo abstracto y con consecuencias a tan largo plazo.
Represión y coerción, revolución y libertad, el miedo ha servido como catalizador en la historia y parece una constante tenida en cuenta a la hora de tomar nuestras decisiones. Es por ello que una de las primeras inquietudes humanas sobre la inteligencia artificial ha sido preguntarnos si puede acabar con nosotros. Es por ello que el miedo se utiliza cada día como herramienta desde los parlamentos a los bancos de las calles.
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Autor: Robert Peckham. Título: Miedo: una historia alternativa del mundo. Traducción: Pablo Hermida Lazcano. Editorial: Paidós. Venta: Todos tus libros.
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