El poder de las palabras

Benet, así es como se llama este niño huérfano de once años, no tiene una familia a la que acudir cuando los frailes salen del monasterio, y esto le convierte en testigo de excepción de cómo se reclama como propiedad del pueblo un lugar que hoy sigue siendo motivo de visitar y peregrinaciones. Pero más allá de eso también es una historia sobre el crecimiento del protagonista, que se presenta al lector como un niño lleno de preguntas y que muestra un proceso de madurez acelerado por las circunstancias que le tocan vivir. Bajo su mirada el lector descubre la evacuación del monasterio reconvertido en hospital militar capaz de mantener su esencia frente a ambos bandos en el que tampoco se olvida de señalar, se mantuvieron trabajos de imprenta de obras reconocidas y es a lo largo de toda la novela se percibe un homenaje a las letras, a la palabra y a una memoria que el autor ha rescatado del olvido.

Gironell hace malabares para mantener la inocencia infantil en una historia para adultos con guiños a novelas de aventuras que invitan al lector a sonreír incluso en tiempos de guerra. Montserrat se descubre como la gran revelación, un lugar mágico en el que no faltan tesoros, incluso de forma literal, capaz de sobrevivir y mantener su misterio y esa esencia casi mágica que hace que parezca vivir en su propio universo. Aun así nos presenta los acuerdos y concesiones que el comisario de la Generalitat tuvo que hacer para evitar que el lugar corriera la misma suerte que otros tantos, dejando que sea el lector quien juzgue, o no, el precio a pagar por mantener al cristo o la Moreneta. Todo esto, y más teniendo en cuenta que seguimos siendo guiados por las vivencias del joven Benet, podría tener aires de cuento si no fuera porque Gironell deja entrar y salir en su historia a personajes relevantes para que no olvidemos que su relato no es enteramente ficción. Lo que sucede es que quedan muchas vidas que contar, muchos secretos y muchos lugares que, como el monasterio de Monserrat, son custodios de grandes historias en sus bibliotecas, pero también en cada una de las piedras que los levantan. De hecho, no es la primera vez que el escritor se traslada a Montserrat, ya que en El arqueólogo muchos conocimos a Ubach como protagonista de otra novela en la que la realidad se mueve a ritmo de ficción haciendo suyo ese viejo dicho que dice que en muchas ocasiones incluso llega a superarla por lo imaginativos que pueden ser los caminos de la vida.

La montaña del tesoro es una historia desconocida escondida en un lugar a la vista de todos, que ilustra además una de las cubiertas más bonitas que he visto durante el pasado año.

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Autor: Martí Gironell. Título: La montaña del tesoro. Editorial: Destino. Venta: Todostuslibros.