El triste desenlace del pueblo Innu en Canadá y el declive del ancestral legado ambiental

El periodista y escritor canadiense ha participado en Madrid en la Feria del Libro para concienciar de la mano de su obra traducida a una docena de idiomas, incluido el español, de la relevancia de la naturaleza como clave indiscutible de la supervivencia del planeta.

Kukum, de Tiempo de Papel Ediciones, es una historia básicamente de amor, aunque con un trasfondo triste por el desenlace de los miembros de la ancestral tribu Innu, a causa del impacto de un falso sentido del desarrollo de la civilización actual, con graves consecuencias para el planeta, según explica a EFE el autor del libro.

Desde 1876 existe en Quebec (Canadá), de donde procede el autor, una controvertida ley que insta a los indios a adoptar un modo de vida occidental y que ha sido modificada muchas veces.

Con más de 150.000 ejemplares vendidos del libro galardonado con el premio literario France-Québec y finalista del Jacques Lacarrière, el escritor intenta mostrar el estilo de vida y organización social de unos personajes que dan testimonio del poder de la literatura para facilitar la comprensión y el respeto de otro tipo de culturas.

El libro relata cómo los Innu pasaron de la autonomía en medio de la naturaleza a la dependencia de un nuevo mundo que los abruma en relación con el progreso, y que estaría detrás de muchos de los problemas sociales que sufren ahora los miembros de estas comunidades tan vinculadas al medio ambiente, según el autor.

«Sin respeto al medio ambiente» el planeta no podrá sobrevivir, ha explicado el escritor, para quien la forma de ver la vida en la comunidad Innu es completamente distinta a la de la sociedad actual.

Ha explicado a EFE que, para esta tribu, «el mundo es un círculo, en donde toda especie es igual que el resto; unas se necesitan a las otras para sobrevivir». En la filosofía Innu a los animales solo se les mata para comer, y se aprovecha todo de ellos, con un respeto absoluto.

A nivel educativo, el escritor ha reprobado la enseñanza de las escuelas convencionales en las que se promulga que, «en la pirámide de la vida», arriba están los humanos, y por debajo los mamíferos, los reptiles, etcétera, y tras ello el contexto de una civilización centrada únicamente en lo económico que «no podrá mantenerse a largo plazo» en esos términos.

Ha advertido por otra parte, del deterioro ambiental actual de los bosques canadienses; ha explicado que la gente de fuera sigue creyendo erróneamente que se mantienen las antiguas grandes extensiones forestales pero apenas existen ya, y son cada vez más frecuentes los megaincendios.

Pese a todo esto, el escritor dice que aún confía en que las cosas cambien, especialmente gracias a la actitud de las nuevas generaciones cuya mente en general parece «más abierta» que la del resto.