Un verso escrito hace más de cuarenta años, publicado en algo parecido a una revista literaria, no es diferente de cualquier otro, ni más valioso, es uno más entre los cientos de miles que se escriben con idea y destreza, y que después son triturados por la máquina del tiempo. Desaparecen, ni siquiera el autor los reconoce como propios, así ocurre con casi todos los poemas y las novelas, que se escriben para la nada y para nadie. Las librerías son cementerios temporales y una estantería doméstica siempre acabará siendo un nicho.
Escribe José Jurado un ensayo titulado Soldados y padres. De guerra, memoria y poesía, donde el rescate de un verso se convierte en hallazgo de antropólogo y proeza. Ese verso es de Julio Llamazares, que yo tampoco sabía que escribía poemas, pero con veinte años quién no los ha escrito: “Sé que, una noche amoratada, te creció un fusil entre las manos”. La primera persona es el poeta, la segunda es el padre y la tercera es la guerra civil. Llamazares habla con un chaval que fue soldado forzoso y acumula, con la síntesis de la buena poesía, todo lo que después se explica en un ensayo de doscientas cincuenta páginas: que en aquella guerra hubo demasiados chicos luchando sin ganas y sin saber.
Soldados y padres es un trabajo riguroso de exégesis y también, a su manera, una novela bélica. Nueve novelas, en realidad. El autor persigue a nueve escritores, entre los que están Margarit, Trapiello y Llamazares, que pelearon contra lo que hicieron sus padres, quizá para perdonarlos. Qué hacer si tu padre fue un fascista y tú, de joven, habrías deseado la muerte de todos ellos; cómo entender la devoción por Virgilio, por Cristo y por el carlismo en una misma figura, en la que quisieras transmutarte. Del pasmo de Margarit (“Como el país entero, / te habías convertido en un fascista”) a la filiación de Miguel D’Ors (“con el cetme en la mano, monte arriba, (…) el Crucifijo al cuello”).
José Jurado arranca su reflexión a partir de los conceptos de memoria heredada y posmemoria. La memoria de la memoria. No histórica ni democrática, sino familiar. La memoria como herencia natural de tus padres, los que se metieron en el barro y pasaron frío y verdadero miedo, y a quienes les creció ese fusil entre las manos, sin ninguna gloria. Los nueve poetas de esta investigación, pormenorizada y ágil, se enfrentaron al recuerdo del padre soldado y escribieron sobre ellos como quien va al terapeuta. Primero fue el poema, después vino este ensayo con el que entender lo que entendieron, y al fin llegamos nosotros, los lectores, para ver si de una maldita vez le damos sentido a una historia que empezó en el 36 y que no termina de terminarse.
Habiendo leído tanta mala poesía como yo he leído, y tanta poesía de nada y tanta poesía hueca e intimísima, tanta poesía de falsa bandera, es una recompensa gigante dar con un libro donde los buenos versos se recuperan, se estudian y se justifican (a izquierda y derecha), sacándolos del olvido y de la fosa. Aunque sea para enterrarlos de nuevo, pero ya con los huesos ordenados y en su sitio.
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Autor: José Jurado Morales. Título: Soldados y padres. De guerra, memoria y poesía. Editorial: Fundación José Manuel Lara. (Premio Manuel Alvar de Estudios Humanísticos 2021). Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
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