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En los bordes de la creación

En los bordes de la creación

De los relatos breves que componen este libro ha dicho el poeta Ferrer Lerín que son “piezas muy bien tratadas, resbaladizas, difíciles de situar para quien exija tomar partido en esa estrecha pugna entre realidad y ficción”. Eso es lo que ha dicho Lerín, y en este making of veremos lo que dice el propio autor de su Blurb (Chamán).

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Escribí este libro con la intención de revertir la tendencia actual en la literatura, apabullante, totalizadora, de presentar novelas extremadamente largas, o de cuentos, demasiado extensos, obligados, tal vez, los autores, por las necesidades económicas de las grandes editoriales, que, mediante sus agentes literarios, tienden a rellenar páginas y páginas para que el producto salga rentable.

En la época de la ultratecnología, de las redes sociales, el lector (o lo que quiera que eso sea, pues tiene un componente intelectual la figura del lector) no posee el tiempo material para leer, si acaso para desenrollar el papiro digital en busca de su dosis diaria de aburrimiento. Es difícil no caer en la misma tentación de voyeur digital, saltar de página en página atendiendo a falsos contenidos que otros hacen para que todos se sientan integrados en un sistema que nos atonta y nos vuelve mediocres, acríticos y, a la postre, consumidores inocentes de unas redes sociales que poco tienen de sociales y mucho de redes.

"Relatos que desafían la estética actual de dejar todo muy claro, para que no haya dudas en la literatura y, sin embargo, considero que la literatura es, precisamente, dudar. Incertidumbre"

No pretendo con Blurb salvar a nadie de nada (de hecho, la consigna era pasármelo bien escribiéndolo), la literatura no te salva de nada, en absoluto. No obstante, sí intenté crear, en mi manera de producir narrativa, una alteración: no tratar de escribir un cuento con moraleja. Nada hay más obsoleto en lo literario, no dar consejos a otros autores ni a los posibles lectores, así que me propuse una colección de relatos en donde la extensión no fuese mayor a una o dos páginas por relato, y que, además, no hubiese un hilo conector, ni unas partes estructuradas en torno  a un tema particular. Solo intenté unir una serie de relatos que no estuviesen relacionados entre sí, es decir, a la supuesta manera deshilvanada de los relatos breves, las pequeñas narrativas, que encontramos en internet, pero aquí, como mucho, reunidos en torno al asombro, sin algoritmo, a situaciones cotidianas que rozan lo extraño, como el caso del relato en que un hombre construye maquetas hasta destruirse a sí mismo, o ese relato ficticio de un investigador que cuenta la historia del idioma nunavik, y cómo debes pronunciar sus palabras sin pronunciarlas:

«Es un idioma compuesto por silencios, de hecho, los silencios entre palabras se alargan  exasperantes. (Una vez un hablante anciano se durmió entre sus chasqueos articulatorios, y al ser despertado por el entrevistador, afirmó estar pronunciando un término que era “abismo marino”, la “palabra” con más silencios de la lengua quaqtaq, le llevó más de 35 minutos pronunciarla, articularla, e incluía el sueño en ella)»

Relatos que desafían la estética actual de dejar todo muy claro, para que no haya dudas en la literatura, y, sin embargo, considero que la literatura es, precisamente, dudar. Incertidumbre.

"Blurb es una crítica a la industria editorial, al engaño publicitario, a la mediocridad de ciertas obras y autores que ven en el relleno del ego del escritor la única recompensa por publicar un libro que nacerá muerto"

El nombre Blurb procede del lenguaje editorial. Es un término usado en la industria editorial anglosajona, el blurb es esa frase publicitaria de alguien de la propia editorial que dice algo encomiable de ese libro, por obligación, o el dictamen de un crítico recogido de un periódico que hable de las excelencias de cualquier libro o de tal autor, uno de los tantos que se publican al día y que llenan la industria de títulos que todos olvidaremos tan rápido como esas stories de las grandes plataformas. El blurb es la confluencia de la más baja clase de la literatura, mezclada con la publicidad más feroz que se pasea por las manos y por los ojos de los potenciales lectores en la portada de un libro.

Blurb: sub-sub-sub género.

Así, este libro, Blurb, es una crítica a la industria editorial, al engaño publicitario, a la mediocridad de ciertas obras y autores que ven en el relleno del ego del escritor la única recompensa por publicar un libro que nacerá muerto en un perpetuum mobile que crea y destruye libros.

De ahí el relato «Parásito Autósito», esos hermanos gemelos en donde uno no vive para que el otro sí, pero a cambio el parásito se le queda pegado durante toda su vida al abdomen, sin que pueda ser separado, ese que contempla cerca del corazón del hermano la maldad humana.

«No obstante, no puedo imaginar lo que Parásito vería toda su vida, 66 años, dentro de su hermano, si vería los pecados de su corazón, la inmensidad del alma del hombre, o si, tal vez, ellos comprobarían que Parásito estaba vivo, pues su existencia había sido siempre mínima, tan párvula, cuando Autósito murió y fue enterrado y aún veía que la bondad humana no estaba en ningún lugar.

Ambos dejaron cuatro semihijos normales.»

No en vano el libro lleva una cita del filósofo Guy Debord donde afirma que lo que antes era vivido como la realidad, en la actualidad se vive como un espectáculo: nuestras caras pegadas a la pantalla de un ordenador o de un móvil, el cual permite que pertenezcamos a esa sociedad burguesa (sic), que ha sustituido la ultracorrección por el deseo inacabable de mostrar lo que tiene, pero con la apariencia de pertenencia a una clase social líquida.

El ser humano ha perdido su capacidad de disponer de su tiempo, preocupado principalmente en ver lo que otros publican para compararse a ese ideal estandarizado por compañías diseñadas por un capitalismo salvaje, en donde solo nos queda ser masa consumidora. Nada es real ya.

"En ocasiones, la gente prefiere vivir de espaldas a todo esto, no darse cuenta, echar una siesta que dura años y llevar adelante un simulacro de vida"

Por ello escribí el relato «Antepasados», en donde nuestra vida se entiende como una sucesión de instantes televisados, grabados y expuestos, siguiendo la estela de El show de Truman (Peter Weir, 1998), pero con la diferencia de que ahora son miles de plataformas digitales las que pueden emitir tu mediocridad sin descanso, pero igualmente como un producto de donde las grandes empresas sacan información para convertirte en un consumidor compulsivo. Si en El show de Truman el protagonista tiene la capacidad de escapar de ese gran decorado que es nuestra vida, en el mundo actual hay tantas redes y agujeros tapados que es imposible siquiera el hecho de pensar en escapar con la falacia de que un día conseguiré algo más preciado que la libertad, ser famoso o rico, como mensaje repetido por las narrativas de la modernidad más estúpida.

En ocasiones la gente prefiere vivir de espaldas a todo esto, no darse cuenta, echar una siesta que dura años y llevar adelante un simulacro de vida, lo que produce tedio, así como en «La hermosa pareja», donde una pareja de enamorados se casan, sin importar que el novio esté muerto. Se conocieron hace muchos años en un lugar de la costa y sus familias se cayeron bien, logrando casarlos en edad adulta e incluso teniendo descendencia, sin importar un ápice que él, muerto, engendrase a su hijo con oposiciones ya sacadas a notario.

«Comenzaron su noviazgo entre recatadas bromas en la playa, el tipo de bromas que se puede hacer con un muerto. Cefalonio estaba muerto desde el nacimiento, pero la familia lo había aceptado bien y hacía vida normal con su único hijo; a veces, Señorita, se quejaba del fuerte olor que despedía su prometido, pero eso eran cosas de la edad juvenil, le decían sus padres a su única hija. Ya te acostumbrarás, nena.»

Vivir de memoria, a pesar de lo bizarro de muchas de las situaciones que nos plantea la nueva sociedad del espectáculo, como esas oficinas burocráticas, donde, para hacer papeleo, debes pedir cita previa, y una vez allí te dicen que debes haber pedido cita previa para la cita previa, pero habiendo llamado previamente a un teléfono que nadie atiende, el bucle perfecto para la inoperancia.

«Para ello es necesario/a: huella dáctilo/facial, el pulgar mimbre, el bálano del pene. 

Otrora: subsecuente. Bis. Dos. Plus.

Segundo, se le responde que U, puede fraccionarla, o puede tomar el caso 1, acepta la cancelación de la deuda no previamente abonada, para lo cual debe remitir un escrito y confidencializar que está de acuerdo en no fraccionarla, sí recibirla y que se le condene esa necesidad primera por una condonación posterior.»

Somos productos del tedio. La burocracia, eso ya lo sabía Kafka, es una forma totalitaria de control del Estado.

Blurb también habla de la memoria, la memoria y los recuerdos, y cómo van a ser sustituidos por una memoria digital que nos cobrará por acceder a ellos, todos esos instantes de los que hablaba el  replicante Rutger Hauer en Blade Runner. Eso se ve en «Virgen de la Paz, nº 5», donde el protagonista vuelve a su casa de la infancia y vio a personas extrañas viviendo en ella, a pesar de que se podía ver a sí mismo jugueteando en el jardín con sus hermanos. De todo eso no quedará ninguna memoria porque no ha sido mostrado en las redes sociales, y solo queda lo escrito para vencer el paso del tiempo.

«Cuando volví había una mujer mayor que bien podría haber sido mi antepasada. Miraba hacia afuera desde la puerta de la entrada abierta, su bastón entre las piernas donde apoyaba las manos. Un hombre sin camisa, barrigudo, tal vez su hijo, pero sin duda, no mi antepasado, hacía tareas por la casa. El largo zaguán que llevaba a unos escalones que conducían a un salón donde recuerdo que madre nos lavaba en un barreño en días de mucho frío.»

La escritura y la lectura han quedado marginadas por la masa consumidora de un espectáculo jibarizado en cómodas pantallas, las cuales le facilitan el trabajo al raudo consumo del espectáculo de la vida, cada vez más carente de sentido, en esa inercia de mercado, en el que somos activos, mercancías intercambiables, datos en un algoritmo, biotecnología ósea.

«Madre ya me ha dicho dónde están mis muertos, no está mal del todo, hay pinos frondosos y sombra en verano. El agua del río no queda lejos. Sé el lugar y la calle del camposanto. Mi abuelo descansa junto a los restos de sus padres a los que nunca conocí, pero tanto les debo, enfrente, en otro nicho, mi abuela, ambos separados, pero observándose siempre. De ella recuerdo tan solo su cara de tristeza enterrada, su mecedora moviéndose porque ayudaba a mitigar el dolor y los besos con lunar peludo de sus labios lacios.

La muerte no estará cuando la busque»

También refleja la preocupación por el lenguaje y el ansia del escritor por dejar de escribir siempre lo mismo con una frase perfecta que refleje todo lo que quiere decir tanto él como los posibles lectores.

«Pensar en la frase perfecta en el sitio perfecto, donde la sintaxis no destroce la trama; pensar en la frase perfecta en el sitio perfecto donde la trama salte por encima de la sintaxis y no verse impedida por el desarrollo de la historia; pensar en una oración redonda, definitiva, subordinada, que desarrolle el nudo de la trama para acabar toda historia, sin importar la temática o el género, una oración en la que todo esté incluido, en la que todo esté dicho y explicado justo al final de todo, y que defina de manera absoluta cada operación, cada giro, que sea un giro en sí misma esa oración perfecta de una fonética perfecta, que lo dicho se corresponda exactamente con la trama y con lo que quería decir el protagonista, que lo exprese […]»

Obsesión por el lenguaje que puede verse en «Nora», un relato que es una oración infinita, inacabada, solo por los límites de la página:

«Los habitantes de la gehena reconocidos delicuescentes infernales acuden a la puerta primera del templo catedral mientras Nora miraba embriagada los cuernos retorcidos de diablos pétreos de escoradas miradas retumbando los pies en el centro de la escena apisonados por descalzos dedos largos y sufrientes Nora no sabía delimitar el movimiento y que sin duda procedía del calor del piso incendiado mientras los brazos se retorcían simiescos y lampiños vahídos y déspotas en mínimo espacio apenas dintel de puerta de entrada al edificio catedral oh el suelo ya el suelo representaba la eterna mirada del destino el suelo representaba la libre configuración del destino en los pasos del hombre Nora iba contando las capillas practicadas cada una como un espacio fraccionado al tiempo detenido en los pilares […]»

Nada importa porque ya no hay lectores, solo espectadores.

Leerán ellos lo que se les diga que lean.

Personajes históricos como Virginia Woolf, Vita Sackville, Violeta Trefusis, Zavis Kalandra, Foujita, Robert Desnos, Rilke, se pasean por estas páginas reflexionando sobre el paso del tiempo y con la foto de fondo de Koudelka, del famoso reloj de pulsera en la plaza de San Wenceslao en Praga, antes de la revolución de terciopelo, que los rusos soviéticos aplastaron de forma tan efectiva.

«La última foto de Robert Desnos es sobrecogedora: demacrado, triste, abandonado. Uno de los mejores poetas franceses del siglo XX como un perro tirado en Terezyn, el campo de concentración donde el serbio bosnio Gavrilo Princip pasó sus últimos días, porque Terezyn ya era una cárcel desde tiempos de la I Guerra Mundial, que el propio Princip ya había ayudado a detonar, matando de un tiro al archiduque Franz Ferdinand y a su esposa Sofía Chotek, eso son casualidades de la historia que se empeña en no saber nada de las correspondencias.”

Los límites entre la realidad y la creación.

Blurb investiga en la realidad y en todas las posibilidades de la realidad, que se traducen, casi siempre, en literatura, en formas de ficción. El relatar siempre miente.

Lean Blurb.

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Autor: Joaquín Fabrellas. Título: Blurb. Editorial: Chamán. Venta: Todos tus libros.

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