Autora difícil de catalogar, dueña de un humor mordaz y una mirada profundamente tierna, cabalgó entre la poesía y la narrativa como si la frontera entre ambas fuese perfectamente dúctil. A continuación reproduzco En los bosques de Pennsylvania, un poema de Gloria Fuertes.
En los bosques de Pennsylvania, de Gloria Fuertes
Cuando un árbol gigante se suicida,
harto de estar ya seco y no dar pájaros,
sin esperar al hombre que le tale,
sin esperar al viento,
lanza su última música sin hojas
sinfónica explosión donde hubo nidos,
crujen todos sus huecos de madera,
caen dos gotas de savia todavía
cuando estalla su tallo por el aire,
ruedan sus toneladas por el monte,
lloran los lobos y los ciervos tiemblan,
van a su encuentro las ardillas todas,
presintiendo que es algo de belleza que muere.
Gracias a Gloria Fuertes, muchos nos aficionamos a la poesía. Como la vieja juglaría, sus poemas amenazaban y divertían. Yo tenía de niño muchos de sus libros, que ahora leen mis hijos, en los que aprendíamos sus versos de memoria para reír al recitarlos. No se le ha considerado como merece, porque quisiera ver qué poetas ‘serios’ han conseguido iniciar en la poesía a tantos niños como ella. Ella amaba a los niños, y el cariño era mutuo; eso no lo puede decir cualquiera.
Hermoso!!