El escritor israelí Yishai Sarid, autor de la novela «El monstruo de la memoria», ha mostrado su preocupación por cómo se está conmemorando el 75 aniversario de la liberación del campo de Auschwitz, al entender que se convierte el Holocausto en una suerte de «recuerdo inmutable».
Abogado y periodista, que en su juventud perteneció al cuerpo de inteligencia de su país, el novelista ha sentenciado que es «engañosa» la frase de que el campo de Auschwitz fue liberado, porque: «lo que fue es conquistado por las tropas soviéticas, pero en ningún caso podemos decir que el millón de víctimas que allí murieron fuesen liberadas, no tuvieron ningún final feliz».
A partir de esta consideración, ha agregado: «lo que hemos visto en estos actos conmemorativos es como una voluntad de congelar el Holocausto en la Historia, de convertirlo en una suerte de recuerdo consagrado e inmutable, y eso es preocupante, y lo veo en mi país, donde los jóvenes saben lo que es, pero lo ven como algo ajeno».
«Si insistimos —ha continuado— en conservarlo como detrás de la vitrina de un museo, como algo que no se puede interpelar, o con lo que no se puede interactuar, me pregunto cuál será el futuro de la memoria de todo ello».
Precisamente, en su novela «El monstruo de la memoria», publicada en castellano por Sigilo y en catalán por Club Editor, el autor de Tel Aviv crea a un personaje protagonista, que es un joven historiador, que hace de guía por los campos nazis de Polonia, especialmente para adolescentes israelíes, acompañados por sus profesores de secundaria.
Para muchos de estos estudiantes, el homenaje a los campos se reduce a hacerse unas selfies y a retratarse en estos lugares envueltos con la bandera israelí, lo que lleva a este guía a intentar convertirse en un «guardián del recuerdo» y a acabar preguntándose: «¿En qué momento se convierte la memoria histórica en un monstruo?».
A su juicio, con esta novela lo que ha hecho es «arrancar tiritas y vendas y airear lo que son las heridas del Holocausto, con un narrador historiador, que acaba obsesionado por todos los detalles de lo que allí ocurrió, asimismo, fascinado, como me pasó a mi, por las atrocidades cometidas».
Con el libro interpela al lector sobre qué hubiera hecho él en una situación parecida si, por ejemplo, siendo polaco, en medio del campo, un día recibiese la visita de un niño lleno de piojos pidiendo alojamiento, tras haber escapado de los nazis, y sabiendo que si eras descubierto escondiéndolo podías perder la vida, junto con el resto de la familia.
Sarid, hijo de un diputado y ministro del gobierno israelí, y crítico con la «cultura de la memoria israelí«, advierte, por otra parte, sobre el auge del antisemitismo en Alemania en la actualidad.
«Me pregunto —ha indicado— ¿cómo podemos permitir que esto vuelva a pasar, que no se haga nada para evitarlo, después de haber visto las consecuencias de la guerra, la violencia, el antisemitismo y el racismo?».
A su juicio, en otros lugares de Europa también está pasando y «es muy preocupante que una vez más los partidos extremistas se sirvan del sistema democrático para llegar al poder y después perjudicar a la democracia y a los derechos humanos».
En cuanto a Israel, ha mantenido que lo que ocurre con respecto al Holocausto «no solo forma parte de nuestra historia, sino de nuestra psicología, es un trauma que no se ha curado y nos afecta de muchas maneras. Mucha gente envía a sus niños de excursión con una fiambrera más que llena, porque no queremos vernos nunca más indefensos, sin suficiente comida».
«Siempre tenemos la idea —añade— de que uno debe ser fuerte y confiar en sí mismo. Yo hago estas novelas porque son el tema que más me interpela».
El escritor, además de presentar la obra en la capital catalana, es el invitado del CCCB y el Instituto Francés en el acto que se celebrará mañana con el título «Auschwitz y después».
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