Soy un inculto. Mis influencias literarias son mi síndrome de Asperger y mi TOC. La escritura simplemente enfoca mi motor y mi sistema operativo insano en algo constructivo en vez de algo autodestructivo. Nunca me ha gustado leer y siempre he sido un adicto a observar, pensar y rumiar. Cuando leo una frase de un libro ajeno se me ocurren tres ideas que a menudo no tienen nada que ver con la frase leída. Por eso los pocos libros que he leído tienen más notas a lápiz de mi puño y letra que texto de imprenta.
La idea central de la novela se me ocurrió cuando empecé a escribir hace 20 años. No encontraba un lugar silencioso y tranquilo donde poder hacerlo y un día fantaseé con la idea de vivir en la celda de una cárcel de máxima seguridad, aislado de todo sonido e incordio humano, para poder teclear y teclear sin medida. Donde, además, no tendría que tomar ninguna decisión respecto a las tropecientas mil opciones disponibles y las innumerables encrucijadas vitales. A los aspis siempre nos han gustado las reglas, las normas claras, los límites precisos, los horarios estables, el orden, la rutina y la ausencia de grandes sorpresas e imprevistos.
¿Qué ocurriría si te hubieran educado para ser libre y tú libremente eligieras la ausencia total de libertad y que te lo ordenaran todo?
Aunque un making of suele referirse a la realización de la obra en sí misma, no puedo evitar nombrar al director Rodrigo Cortés y a la editora Berenice Galaz (una rara avis con una audacia y humanidad en peligro de extinción), pues un libro no existe, no se hace, si no se publica. Sin embargo, a riesgo de parecer incorrecto o poco elegante, debo precisar, dando rienda suelta a mi desadaptativa y suicida transparencia, que podría haber surgido otro editor valiente (poquísimos, todo sea dicho, solo se me ocurre Ángeles López, otra gran excepción), pero rodrigos corteses solo tenemos uno. Esta novela no se habría publicado en editorial alguna de no ser por Rodrigo Cortés. Sin más matices, grises o vueltas de hoja. Sin su cabezonería, insistencia, apoyo psicológico, sin su mentalidad libre de todo credo y sin su talento como encantador de serpientes, habría sido imposible sacar la cabeza en esta interminable época femislámica y neofranquista y su censura velada, sus cancelaciones chillonas y su diarrea de panfletos prefabricados en serie para evangelizar a las masas en las religiones laicas imperantes. En mis 44 años no creo que haya habido un momento más desagradable para vivir nuestra racionalidad y nuestra preferencia innata por la ciencia, la evidencia y la lógica que los tiempos que corren.
Escape es una fuga a la luz del día, con una sonrisa pétrea en la cara y de frente contra el religioso liberticida, pero no para luchar contra él, sino para inmolar nuestra libertad por nuestra cuenta y fundirnos en un fuerte abrazo. Como suicidarse segundos antes de que alguien vaya a asesinarte.
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Autor: Enrique Rubio. Título: Escape. Editorial: La Esfera de los Libros. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
Época neofranquista? Ya quisiera yo poder fumar en clase, entrar a la oficina del paro sin cita previa, comprar un billete de cercanías en taquilla, comprar vivienda sin empeñarme de por vida, irme a pasar unos días fuera sin miedo a que me okupen la casa, conocer a los policías por su nombre, vender los tomates de mi huerta sin tener que ser empresario y pagar impuestos como tal, salir a las tres de la noche con las terrazas de los bares llenas y poder dejar ir a los niños sólos en la calle.