Para hacer pie en la certeza de que este texto irá de menos a más podría comenzar diciendo que la explicación de Mira que eres requiere 141 páginas, las que tiene el libro. Pero tampoco. Si ahora lo leyera párrafo a párrafo, dejando constancia a pie de página de la intención, no pasaría de replicar los centenares de tachones y reescrituras originales: un libro distinto, luego vano empeño.
Sentado que lo que haya entre la obra y el lector no me concierne, y que el cariño y admiración al coordinador de Zenda son más consistentes que mis principios, diré que Mira que eres es una biografía donde lo que menos importa es el biografiado. Es, por poner un ejemplo visual, como si yo convirtiera al lector en el muñequito de Google Maps (¡perdón!) y lo depositara en medio de la novela con la aspiración (sí, ya sé que me paso dos pueblos) de que sospeche, recele, se convenza de que, lectura a través, no se acerca al biografiado.
El lector abre el libro y se encuentra al final de una carta, sus cuatro últimas líneas, la firma y una larga posdata donde enseguida aprecia que el remitente da por sentado que el lector ha leído la carta. Es un sobreentendido que me ayuda a mover el suelo del citado lector, una práctica bellaca, sí, pero no domino la técnica literaria lo suficiente para hacerlo mejor. Sin abandonar esta posdata, y por citar otra de las abundantes argucias que gamberrean por el texto, el remitente no delata su sexo. Esto es muy sencillo, basta esquivar tres o cuatro adjetivos (en lugar de escribir estaba sentado/a, escribo me senté, y así). No aspiro a que se diga: fíjate, el narrador, que es a la vez protagonista, no tiene sexo. No, me interesa la ambigüedad inconsciente, y también llamar la atención sobre la importancia del tiempo en la voluntad de la novela (Pierre Menard, autor del Quijote, sublime cuento de Borges. Aquí está todo dicho). Si fecháramos esta posdata hace 30 años, al mostrarse escenas de alcoba, y uno de ellos ser hombre, la inmensa mayoría de nosotros habríamos dado por hecho que el remitente es una mujer. Hoy, por fortuna, la inmensa mayoría habrá adelgazado ostensiblemente.
Estas capas ocultas, profundas, que ni siquiera llegan a rozarse con la subjetividad, son importantes… solo para mí. Si el lector las necesita, si de algún modo pueden ayudarle, beneficiar su lectura, yo habré fracasado.
Mi consejo (a estas alturas me puedo permitir una última osadía, no queda nada que perder) es que el lector se abandone, enrede, que se pelee con el texto, y que no haga ni puñetero caso de lo que digo (o sí: que olvide las convenciones. Si un personaje abre la puerta, dice “Tú tampoco mides 1.83”, y desaparece, que no espere su regreso para explicar por qué acierta con esa precisión la altura de alguien que ha llamado a la puerta y a quien no conoce, y, seguido, se la niega con un adverbio cargado de intención). Lo mucho que haya habido de importante para mí, los recursos de los que me haya valido para armar el libro, una vez impreso, en manos del lector, se volatiliza.
Lo dicho, lo que haya entre el libro y su lector… no me concierne.
—————————————
Autor: Luis Rodríguez. Título: Mira que eres. Editorial: Candaya. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
-
Sobre el futuro
/febrero 23, 2025/Cuando vi Hijos de los hombres en su estreno, corría el año 2006, quedé impresionado. Por aquel plano secuencia en el que la cámara viajaba entre los escombros y la metralla de un campo de deportados. Por esa atmósfera agónica que brotaba de “un mundo vacío de fertilidad, en sus últimas temblorosas piernas”. Por ese humanismo cristiano, el viaje de la Virgen y el Niño hacia la salvación, que Alfonso Cuarón supo contraponer a la época de Guantánamo y Abu Ghraib. El buen cine es mejor cuando no se esconde del conflicto. Sin embargo, lo que más me turbó fue…
-
¡Por fin! ¡Por fin América ha descubierto a un poeta!
/febrero 23, 2025/Esas lápidas no tienen edad, porque el hombre se viene repitiendo, con mayores o menores ropajes, desde el principio de los tiempos. Bien lo sabe Luis Mateo Díez, quien, como Edgar Lee Master, creció en una ciudad pequeña, interior y orillada; así que no es de extrañar que firme unos folios en la presente edición de Galaxia Gutenberg. Recordemos que el último premio Cervantes fue uno de los impulsores de la revista Claraboya y autor de un libro de poemas, Señales de humo (1972), en la colección “Provincia” que dirigía desde León Antonio Gamoneda y que dio cobijo a este…
-
Julián Casanova, historiador: “Franco era un dictador dependiente”
/febrero 23, 2025/“Franco era un dictador dependiente”, ha dicho en una entrevista con Efe, “primero de los fascismos, también de Gran Bretaña, que le marcaba el ritmo, y después de Estados Unidos, vendiendo una parte de la soberanía a través de las bases”. Casanova asume que haya quien piense que esta es una biografía para “subirse al carro” del cincuentenario de Franco; él la considera “la culminación” de su trayectoria, de la que forman parte títulos como República y guerra civil (2007) o España partida en dos: Breve historia de la guerra civil española (2011). “El ruido me preocupa”, concede, “y sobre…
-
Darío Adanti: “El peronismo existe porque fracasaron la izquierda y los liberales”
/febrero 23, 2025/Darío Adanti (Buenos Aires, 1971) hizo un máster autodidacta en peronismo cuando, ya viviendo en la Madre Patria, una legión de españoles, después de recurrir al chiste del perro argento que ladra “este, ¡guau!”, le preguntaba qué narices era “eso del peronismo, que sólo lo entendéis vosotros”. Hace quince años, publicó con Rapa Carballo un fanzine llamado Los viernes peronistas, en el que participaron firmas de ambas orillas del Atlántico.
Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: