Estoy horrorizado. Mira que llevamos años escuchando consignas del tipo «Los robots nos quitarán el trabajo» o «Eso que tú haces, lo realizará cualquier tecnología en la mitad de tiempo» y la verdad, esto siempre sonaba a cuentos de la abuela que jamás iban a acabar de darse, sin embargo, —te lo confieso— ahora sí estoy empezando a tener miedo.
Pero no. Nada más lejos de la realidad.
Nunca pensé que vería una entrega/rendición absoluta y sin condiciones por parte de la sociedad. O, al menos, de los más jóvenes, que son los que más chillan y se hacen ver.
Hace unos días andaba haciendo scrolling cuando me saltó el vídeo de un chico que aseguraba haber creado un negocio con la escritura gracias a la inteligencia artificial. Claro, eso me llamó la atención. El pseudoemprendedor relataba que mandaba escribir ebooks a una IA y que después eso lo subía a Amazon como autopublicación. Actividad que le ocupaba poco tiempo y que le reportaba unos pingües beneficios nada desdeñables, pues publicaba ebooks como churros.
Eso, como ya te puedes suponer, me dejó congelado. ¿En qué momento el acto de escribir perdió valor? Es decir, ya no espero que hoy en día se aplauda el espíritu de sacrificio, pero qué menos que conservar un poco el respeto a la escritura y a lo que supone un libro, ¿no?
Con todo, traté de consolarme. En fin, era una persona, sin más, un caso que quise creer aislado, y pensé: bueno, si ese chico ha logrado encontrar una manera de sacarse un sobresueldo, pues mira, chapó por él. Un escritor jamás caería en eso.
Craso error.
Últimamente las redes están invadidas por publicaciones de supuestos escritores que no dejan de comentar lo bien que les ha venido el uso de la inteligencia artificial. Es cierto, no tienen la osadía de decir que es la tecnología la responsable de sus libros —al menos eso— pero sí se vanaglorian con frases del tipo: «Cuando estoy bloqueado y no sé cómo continuar con mi novela, le pido a la IA que me redacte un párrafo, y así tengo una idea nueva de cómo seguir con la historia».
Y esto es lo que me causa verdadero pavor. Son escritores que ya no disfrutan de lo que supone escribir, solo les gusta la pose de ser escritores.
Cualquiera que haya escrito un libro puede haber sentido momentos de bloqueo, de no saber cómo continuar con la trama, no sentirse inspirado… es parte del oficio. Son baches por los que se ha de transitar y que a la postre sienta bien haber superado; hay otros modos de salir de esos socavones creativos sin recurrir a la tecnología. Al final, uno de los mayores premios en un proceso de escritura es la euforia de cuando se te ocurre una pieza clave para la historia.
Lo triste de ver a estos autores haciendo uso de la inteligencia artificial para sus libros y recomendar a los demás que lo hagan es que no ven que dicha tecnología está evolucionando a pasos agigantados y que puede hacer que nos hallemos ante un futuro a corto plazo sin escritores.
El negocio editorial seguirá (si es que alguien lee dentro de unos años), pues habrá libros, claro, pero no habrá gente que se dedique a escribirlos, solo inteligencias artificiales “creativas”. Cuando una IA pueda parir una novela mínimamente correcta, ¿qué editorial seguirá contando con autores? Sé que parece distópico —y créeme, soy el primero que quiere equivocarse—, pero lo veo realmente posible. El negocio será redondo: una inteligencia artificial siempre va a ser más barata que un humano y nunca se va a poner enferma, se va a divorciar o va a tener crisis creativas.
Tal vez no sea una locura declarar el oficio de escribir en vías de extinción.
Quién sabe, quizá deba ser así, puede que este fervor que siento y que me ha llevado a escupir estas frases no sea más que la pataleta infantil de un viejoven que tiene miedo del futuro. Pero es que amo la literatura, y me es inconcebible una literatura sin un ser humano que la salpimiente.
Quien escribe lo hace porque siente y tiene sentido en una realidad. El campesino siempre siembra aunque la tecnología vaya en aparente desarrollo y siempre está en comunicación con su naturaleza.
Por suerte, a día de hoy, la IA no crea literatura, sólo textos que pueden resultar amenos para lectores no muy cultos o avezados; carece del ingenio, de la perspicacia y la capacidad de innovación de un ser humano.
Estoy de acuerdo en que un escritor «de verdad» ama profundamente su oficio y siente respeto por él. Un escritor profesional nunca deja de aprender, de estudiar y experimentar con el único objetivo de crecer y mejorar su arte. Se supone que cualquiera puede escribir, pero hacerlo realmente bien es todo un arte.
Totalmente de acuerdo, me da pánico. Al final, y no solo en la escritura, hay dos factores: uno, sobramos la mitad, sea cual sea nuestro campo, y dos, el oficio de pensar, se va a la “mierda”, perdón por la expresión. Y una reflexión, final, ojalá nos equivoquemos y la IA en el futuro sea menos importante que las personas.
No me quieran engañar. Este artículo lo ha escrito la IA. Tiene ese planteamiento algo maniqueo, simplista e ingenuo y le falta lo propiamente humano: creatividad e imaginación. Confío en que las próximas resistencias a la IA se la encarguen a un escritor humano. Quizás preocupándose de quė clase de literatura que se publica hoy es tan fácilmente reproducible por la máquina. Esa sí es una responsabilidad nuestra
.
Concuerdo. El «artículo» es tan superficial y soso que logra lo contrario a lo que en teoría pretende. Una lastima ver qué la mayoría de los comentarios son positivos, lo mismo ocurre con la IA. La mayoría como rebaño la consideran algo bueno y no el fin del sapiens de nuestra especie.
Muy necesario romper el hielo y empezar a poner cartas sobre la mesa en este asunto. Es muy acertada esta reflexión y deberíamos compartir más debate sobre este tema, porque a la velocidad a la que avanzan las tecnologías, tal vez un día seamos los humanos y nuestros oficios irrelevantes, y estemos nosotros al servicio de estas inteligencias artificiales, cuando debería ser al revés.
Agradezco la ironía que para dejar mi comentario deba informar que “no soy un robot”. Si soy honesta, siempre miré el futuro desde la arrogancia. Pensaba que lo único en el “universo” que no podía ganar a la “velocidad de la Luz” era la imaginación humana. Espero que mi imaginación en este punto aún esté en lo cierto, pero como indicas, si el artista ha decidido entregarle su corazón a la IA, en otras palabras “le ha vendido el alma al diablo” sólo para generar más libros (más y más y más) como un producto meramente desechable, ahí es donde mi corazón se parte y más aún cuando existe un público que lo avala. En el mundo de las ventas, un negocio existe porque existe un público que lo consume. Ahora bien, tal vez este tema da para mucho (lo seguiría discutiendo por horas) pero siguiendo tus palabras, también está la paradoja de que vivimos en la era de la inmediatez, donde nuestra concentración es cada vez más escasa y lo que cae en este dilema precisamente es la lectura y quien crea sus palabras.
Creo que una de los mayores problemas es que va hacer que la calidad de la literatura se reduzca, ya que la producción fordista de literatura barata (que, por ahora, es lo único que la IA sabe hacer) va a llegar a tal nivel que se va a volver la norma. Esto va a hacer que la gente acabe acostumbrándose a este estilo basura y vacío, conformándose con literatura simple.
Toni, el horror es válido. Amazon se llenará de libros obvios y eso empobrecerá la calidad de los lectores. Los escritores seguiremos adelante trabajando por la pasión de la verdadera literatura. En todo caso, muy buena columna.
Los grandes autores humanos seguirán existiendo, y apoyándose en la IA crearán cosas maravillosas que aún no somos capaces de prever.
La IA automatizará la mediocridad.
A todos nos parece muy bien que haya ebanistas, pero el mueble del cuarto de los niños lo compramos en IKEA porque en cuanto esté viejo, lo tiramos.
El agricultor, como dice @Leo Acosta, sigue sembrando, pero lo hace apoyado en la tecnología.
El mundo, como dice @Facundo Macías, ya está lleno de libros. El número de ejemplares que vende el libro habitual de Amazon es 2. Dos ejemplares vendidos de cada libro. El del autor y el de su madre, supongo. La literatura mediocre (en el mejor sentido) ya está aquí.
Los grandes escritores humanos seguirán existiendo, aunque con la IA se redefinirá qué es ser «escritor humano». Ellos crearán cosas maravillosas que aún no somos capaces de prever.
Y un humano apoy´ándose en la IA, le ganará a la IA sola a cualquier actividad.
Teniendo en cuenta que la inteligencia artificial solo es capaz de proponer soluciones antes vistas o combinación de las mismas, no es previsible que pueda generar propuestas originales. Yo he experimentado con esta tecnología y es bastante patética porque siempre va a parar a lugares comunes, situaciones pueriles de tan poco originales , y en todo caso, nada que pueda sorprender a alguien que esté acostumbrado a rodearse de autores con personalidad y originalidad. Resumiendo, estas tecnologías están basadas en ordenar organizar información ya creada, nunca te van a ofrecer nada que realmente sea sorprendente interesante o en su caso emocionante, así que mejor no tener miedo y hacer cosas potentes.
El dia que la IA se pueda enamorar, cruzar un rio a nado, tener un hijo o ganar una batalla a caballo de un triste jamelgo……ese dia habría muerto la literatura. Hasta entonces, que viva la literatura !!
Qué Chillón salió. Resulta que le llama chillones a los demás hasta que le agreden algo que realmente le interesa. Tal vez así deje de llamar chillones a otros y sea más empático el escritorcillo. Cuando algo te interesa sí está bien chillarle, pero si no, esta bien descalificar a otros.