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Eusebio Poncela: «La política es como el sexo: hay que estar abierto a todo»

Eusebio Poncela: «La política es como el sexo: hay que estar abierto a todo»

Actor, pintor y guionista español, Eusebio Poncela es, sobre todo, una rara avis que siempre se ha sentido orgulloso de serlo. Vital, cabezota, sensible, claro y sincero, la «antihipocresía» total y casi feliz a sus setenta y tantos años —más de 50 de carrera—, el madrileño ha asegurado en una entrevista con EFE que aún «está empezando».

«Estoy empezando a todo, te lo digo de verdad. Soy feliz los tres segundos que dura la felicidad —y mejor que sea así, porque es algo muy intenso— pero sobre todo, soy un hombre que disfruta de la vida, que lo siente todo, y estoy empezando a ser inteligente, a ser buen actor, a ser buena persona y todo lo tengo que demostrar, porque —eso sí— soy un exhibicionista profundo».

Poncela recibe el premio honorífico de la 27 edición del festival LesGaiCineMad a toda una vida dedicada a la interpretación con títulos como La ley del deseo (1987) de Pedro Almodovar o Arrebato (1979), de Ivan Zulueta.

Su carácter, su fama de no callar ‘ni debajo del agua’ y sus trabajos para el cine de autor más comprometido y atípico (aparte de su inolvidable Carlos Deza de la serie Los gozos y las sombras) lo han convertido en uno de los actores más representativos los primeros años de la democracia española.

Su último trabajo es de protagonista en El beso de la mujer araña, de Manuel Puig, en la versión teatral de Carlota Ferrer (empieza ya la gira), y se le puede ver como Dino en la serie Merlí. Sapere aude. Le están escribiendo otro personaje trans para teatro y pronto —sin más datos—, hará una película.

Se ríe al saber que los periodistas de cine españoles (AICE) conceden un premio Arrebato a la película más feroz, atrevida, rompedora e incomprendida de la temporada. «Todo tiene que ver con Iván y conmigo», concede, aunque reconoce que lleva años sin ir al cine y sin saber «nada del mundo».

Vive en un pueblo de la sierra madrileña, muy a gusto y tranquilo, y ha recuperado su otro amor artístico, que es la pintura. No le gustan las series de ahora —tampoco hacerlas— y cuando ha podido, ha elegido interpretar papeles que abordaran la diversidad sexual. «Algunas han sido punteras y seguirán siéndolo cuando yo esté criando malvas», se ríe.

Y si con su trabajo ha conseguido ayudar «a una sola persona», dice, «ya habrá estado muy bien». Ahora, «que me recuerden o no, a mí me chupa un huevo», resume, gráfico.

SEXO

«Nunca me he considerado diferente a nada, si acaso, por mi personalidad, pero no por la cosa de cintura para abajo. He estado lleno de ira y de rabia porque mi comportamiento sexual fuera una anomalía, yo, que soy anómalo en tantas otras cuestiones, en esa, para nada. Y aunque yo no soy cariñoso, me ha molestado mucho que otras personas que demostraban cariño a sus parejas en la calle fueran apaleadas o vistas como algo depravado. He sentido la injusticia, no la diferencia», afirma.

«He tenido siempre claro, desde pequeño, lo que me pasaba con el sexo; yo decía que no sólo era bisexual, sino trisexual, y me tiraban piedras, las ha recibido —apunta— desde muchos frentes», también por su adicción a las drogas, a la heroína, superada ya hace decenas de años.

POLÍTICA

«¿Qué es ser de izquierdas? la política es como el sexo: hay que estar abierto a todo, las tendencias políticas o sociales, no detesto a la derecha porque sí, depende, depende… Aunque ahora hay unos energúmenos terroríficos. Pero hay que ser más sutil y más respetuoso con todas las tendencias, que es lo que deberían hacer ellos», opina. Y reconoce que pensar así le quita «bastante ira, me deja más relajadito»

«Yo no veo noticias, pero cuando las veo, sobre todo en la Comunidad de Madrid…pero bueno, no entremos ahí —se frena—. Mi padre era socialista, y yo quise entrar en el PCE cuando era jovencito pero los comunistas no quieren gays, entonces, ya no sé. Lo que me gusta es la libertad y estar tranquilo».

CARRERA

«El cliché por una vez, es verdad, yo le debo mucho a mi trabajo, haber podido investigar otras vidas, porque el de actor es un oficio de investigación, el trabajo lo hace solo uno en su casa, luego vienen los ensayos con otros compañeros y el equipo», señala.

Afirma que él, que empezó «con series de verdad», ahora nota que la calidad de los guiones «deja que desear porque se estiran como chicle, por eso —confiesa— me da bastante pereza acercarme a las series, por más que sea un boom«.

ALMODÓVAR

No ha visto Dolor y gloria, la cinta más personal de Pedro Almodóvar en la que muchos coinciden en verle reflejado en el papel de Asier Etexeandia. «Para mí es un tren que pasó hace ya mucho mucho tiempo», afirma.

«Claro, al ser Pedro tan famoso me preguntan y yo hablo, pero después de La ley de deseo, ya. Me han dicho que en Dolor y gloria se deja ver que Pedro está de acuerdo en que yo lo hice bien, pero han pasado treinta años«.

«Yo tengo una vida muy complicada, ecléctica, entretenida y pintoresca como para pensar en nada más. Está bien que hiciéramos esas películas, que él es un gran artista, ojo», zanja.

Pero es que Poncela no ve sus películas, ni las de Almodóvar ni las demás, porque es «obsesivo compulsivo». «Ya me reí en su momento, y ya. Soy un ser bastante peculiar».

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Josey Wales
Josey Wales
2 años hace

Pues ábrete a lo que quieras, pero no déis el coñazo a los que sabemos qué queremos. De verdad, que no me importa vuestra vida de alcoba. Ya tenéis un día para decirnos lo malos y opresores que somos los de la mayoría. El resto del año, por favor, dejadnos que os tratemos como personas y no nos sigáis recordando que sois una minoría oprimida y atormentada por nuestra culpa, nuestra culpa, nuestra gran culpa.