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Evolución por partes

Evolución por partes

Somos muy de la editorial Pasado & Presente, como alguna vez ha habido ocasión de comentar en estas páginas. Su catálogo nos parece un muestrario de todo lo que puede desear el lector actual —siglo XXI, sociedad altamente tecnologizada, información rebosante—, que también quiere tener de vez en cuando entre sus manos algo distinto a una novela negra: divulgación científica de altura, historia crítica, economía política… Todo lo que viene sacando Pasado & Presente & Pontón interesa; nos llama cualquier novedad que ponen en los anaqueles de las librerías. Eso se llama experiencia y refinado criterio editorial.

Luego pasa, claro, que tienes el libro que te ha producido ese amor a primera vista, lo abres y… no en todos los casos las expectativas se cumplen. Sin querer decir en esta ocasión nada parecido, cierto es que, como en la vida misma, siempre hay algún pero (y a ello volveremos luego).

"Poner a la humanidad en su sitio con sencillez y a la vez con rotundidad, sin medias tintas, siempre es pertinente en este mundo"

Este ensayo de Alice Roberts nos ofrece un tema de lo más sugestivo, planteado de forma bien fundamentada y narrado con una prosa clara. Divulgación de calidad. Un libro que merece mucho la pena porque, más allá de la exposición científica que lo sustenta y justifica, tiene una moraleja que nunca sobra repetir: los seres humanos —usted, yo, y la mayoría de los lectores de esta columna— ni somos el culmen de la evolución ni nos diferenciamos de los otros animales más que en aspectos meramente cuantitativos. Poner a la humanidad en su sitio con sencillez y a la vez con rotundidad, sin medias tintas, siempre es pertinente en este mundo que, casi tres milenios después de la alborada de la razón, no consigue desprenderse del misticismo y la superstición religiosa.

Para que el lector se haga una idea del planteamiento, imagínese el despiece de una persona: cabeza, manos, piernas, pulmones, órganos sexuales, corazón… Pues partiendo de toda esta casquería (aquí encajaría bien ese gastado chiste de Jack el Destripador: Vamos por partes), la autora nos cuenta la génesis y el progreso evolutivo de cada una. En un capítulo tipo, nos enteramos de cómo apareció el órgano en tal o cual momento de la evolución, de su desarrollo y distintas variaciones cuando las ramas del árbol de la vida se van separando; y, en fin, de las causas por las que ahora es como es y sirve para lo que sirve.

"Utilizar increíble como sinónimo de impresionante debería estar proscrito de los libros de ciencia"

Avisamos de que el libro merecía algún pero. Permítasenos dos, de poca monta. El primero, cómo no, la extensión. No sabemos por qué, pero últimamente los libros de ciencia tienden a ser prolijos; en la mayor parte de los casos, por remontarse a los mismísimos fundamentos —por otra parte, archisabidos— de cualquiera de los asuntos de los que tratan. Aquí no es tanto el caso, pero creemos que la construcción del discurso podría haberse logrado con menos detalles, apasionantes para el biólogo, pero excesivos para los que no somos especialistas. El segundo es el propio título, impreciso (dos negaciones son una afirmación: increíble improbabilidad equivale a creíble probabilidad), y no por culpa de la traducción, que es lineal. Desde el prólogo se hace ver que la autora es muy efusiva y vehemente en sus expresiones y eso en este tipo de obras nunca queda bien. Utilizar increíble como sinónimo de impresionante debería estar proscrito de los libros de ciencia.

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Título: La increíble improbabilidad del ser. La evolución y cómo hemos llegado a ser humanos. Autora: Alice Roberts. Editorial: Pasado & Presente, 2018. Venta: Amazon, Fnac y Casa del libro

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