Deus ex machina es una locución latina que significa el dios “que baja” de la máquina. Proviene del teatro griego y romano. Se utilizaba cuando un artificio mecánico introducía en el escenario a un actor que interpretaba a una deidad que resolvía una situación del guion de la obra de una forma heterodoxa.
Caleb (Domhnall Gleeson), es un joven genio de la informática que trabaja en un empresa tecnológica puntera, cuyo producto estrella es un motor de búsqueda de internet. El dueño de la empresa, Nathan, interpretado por Oscar Isaac, convocó un concurso para sus trabajadores dotado con un original premio: pasar una semana conviviendo con él en su casa, que es a la vez el laboratorio en el cual desarrolla sus innovadores experimentos sobre inteligencia artificial. Caleb es el afortunado, o el elegido, quién sabe.
El entusiasmo inicial del premiado se transforma en asombro al llegar al paradisíaco entorno natural en el que vive su jefe. El único medio de transporte en el que se accede es el helicóptero y ni tan siquiera este le puede dejar muy cerca de la vivienda. Este impacto se verá incrementado al conocerlo personalmente.
Nathan es un genio extravagante. Ha creado un androide femenino. El proyecto consiste en que Caleb aplique el test de Turing a Ava (Alicia Vikander), es decir, que compruebe si es capaz de tener un comportamiento similar al de un ser humano.
Todo el desarrollo de Ex Machina se sustenta en estos tres personajes, y en un cuarto con menor relevancia, la asistenta de Nathan. Es probable que sea esto lo que primero llame la atención. Si decimos a nuestros alumnos que vamos a ver una película de ciencia ficción se esperarán acción sin descanso, máquinas futuristas y sensacionales efectos especiales. Nada de esto ocurre y, sin embargo, con toda probabilidad les interesará si se les prepara con anterioridad debidamente.
¿Quién de ellos, y de nosotros, no ha tenido alguna experiencia con la inteligencia artificial (IA)? Porque ¿qué es sino la IA, cuando al terminar una serie en una plataforma audiovisual nos recomienda otros productos con la misma temática? ¿Quién no ha experimentado mantener una conversación trivial acerca de que hay que comprar comida para la mascota y, a partir de ese momento, toda la publicidad recibida en sus dispositivos electrónicos se refiere a diferentes marcas de este producto?
La IA está mucho más extendida en nuestra vida cotidiana de lo que pensamos. En las redes sociales se nos indican temas de nuestra preferencia en virtud de nuestro historial de seguimiento. Los asistentes de voz Alexa y Siri son otro ejemplo. Más lejanos parecen los vehículos de conducción automática, aunque cada vez estén más próximos.
La rapidez con la que vivimos en el mundo virtual nos aboca a seguir la dinámica. No nos da tiempo para reflexionar. Precisamente esto es lo que debemos evitar en la escuela, y ralentizar el ritmo habitual de la vida que llevamos, y preguntar, entre otras cuestiones, ¿en qué nos afecta la IA? ¿Estamos más vigilados de lo que pensamos? ¿Qué experiencias personales han vivido los alumnos con la IA? ¿Podemos realmente evitar ser influenciados por ella?
A menos que vivamos en una zona del planeta aislada sin conexión a internet, tenemos muy complicado permanecer ajenos al poder de las máquinas. Sin embargo, deberíamos concienciarnos sobre cómo penetran en nuestras vidas para así afrontarlo y tomar decisiones libremente.
Otro gran asunto que plantea la película es si la IA podrá evolucionar tanto que ya no se pueda distinguir entre un humano y un androide. Este mismo planteamiento se ha realizado en varias ocasiones, por ejemplo, en una película mítica de ciencia ficción: Blade Runner. No obstante, la originalidad de Ex Machina es la sencillez de la trama, a la vez que plantea cuestiones realmente complejas como esta que acabo de mencionar.
Según he anticipado al inicio del artículo, la misión de Caleb consiste en determinar el parecido que Ava pueda tener con un ser humano. O sea, hasta qué punto de perfección ha llegado su creador. Para ello tienen conversaciones diarias, las cuales van siendo más íntimas, como las que puedan tener dos personas que se quieren. Cuanto mayor grado de libertad tenga la androide, el trabajo realizado por Nathan estará más logrado. ¿Se podrá alcanzar tal efectividad en las máquinas que ellas sean las que tengan libre albedrío y nosotros, los humanos, los que nos comportemos según sus designios?
El éxito del director de Ex Machina, Alex Garland, consistió en plantear unos temas complejos con una aparente sencillez y una estética muy atractiva que centra la atención del espectador desde el inicio. Es una película futurista, pero que conecta fácilmente con la realidad que viven nuestros alumnos a diario en el mundo que habitan a través de los teléfonos móviles. No será complejo llamar su atención y provocar su reflexión en todas las cuestiones que plantea, todas ellas muy interesantes y que si no las llevamos a las aulas nunca serán motivo de reflexión.
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FICHA TÉCNICA
Título original: Ex Machina (2014). Título: Ex Machina. Director y guionista: Alex Garland. Protagonistas: Alicia Vikander, Domhnall Gleeson, Oscar Isaac y Sonoya Mizumo. Plataforma: Amazon Prime Video.
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