El escritor Fernando Aramburu ahonda en su nueva novela, El niño, en el accidente ocurrido en 1980 en Ortuella (Vizcaya), donde fallecieron cincuenta menores por una explosión de gas propano en un colegio.
«La tragedia de Ortuella ha ocupado desde que se produjo un lugar preferente en mi memoria. He perdido la cuenta de las veces que di vueltas a la idea de abordar aquel terrible suceso con ayuda de la literatura», señala Aramburu (San Sebastián, 1959). El autor de Patria (2016) encontró en la novela el género adecuado para finalmente construir este relato, «siempre desde un respeto que constituyese un homenaje a las personas afectadas. Lo que he hecho ha sido reflejar aquel infortunio colectivo en un puñado de personajes. Cada uno de ellos lo vive a su manera. Cada uno desarrolla su particular estrategia vital para superarlo, si es que tal cosa es posible», explica el autor.
El hijo cuenta la historia de Nicasio, un jubilado que va los jueves al cementerio de Ortuella a visitar la tumba de su nieto, uno de los fallecidos en la explosión que se produjo en un colegio de esa localidad. La vida del abuelo, el testimonio de la madre y las consecuencias den la familia permiten descubrir lo que ocurrió hace más de 40 años y cómo afectó a las vidas de muchas personas.
El hijo pertenece a la serie «Gentes vascas», de la que Aramburu ya ha publicado tres libros: Los peces de la amargura (2006), Años lentos (2012) e Hijos de la fábula (2023).
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Gracias Pérez Reverte, por ofrecer un lugar donde comentar sobre literatura, gracias por tus libros a los que soy adicta entre otros autores y gracias sobre todo por dar espacio a noveles como yo, cuya dificultad para dar luz se hace patente por doquier. Me refiero a la hora de publicar, dar a conocer las obras inéditas, de las que tengo varias novelas, relatos y poesía.