“Celebrar la buena literatura”, ese ha sido el objetivo del Hay Festival desde que en 1988 empezara su andadura en la pequeña población rural de Hay-on-Wye, en Gales, donde en aquel año un grupo de amigos comenzó a reunirse para compartir y debatir sus gustos literarios, musicales y artísticos. Nadie diría entonces que aquellas reuniones devendrían en el magnífico espectáculo literario en que se han convertido hoy, al hilo de una buena gestión que desde 1996 ha llevado su membrete no solo a España e Italia, sino hasta las azules y cálidas aguas del Caribe colombiano y más allá, a Brasil, Perú y México, donde lleva casi una década organizándose. Este año, el Hay Festival mexicano tendrá lugar por tercera vez en Querétaro, del 6 al 9 de septiembre, y según cuenta Cristina Fuentes La Roche, su directora para América Latina, la temática se centrará en asuntos como los avances de la ciencia y la tecnología en el siglo XXI, el activismo de género, los retos del periodismo de investigación y el trabajo por el respeto de los derechos humanos. Aunque Fuentes La Roche ha reconocido que el Hay Festival tiene un corazón “muy literario”, este año llega con poderosa batería científica, encabezada por el doctor en ciencias especializado en biología evolutiva Antonio Lazcano (México), el matemático Marcus du Sautoy (Reino Unido), el doctor en Genética y Biología Celular Miguel Pita (España) y el zoólogo y antropólogo Agustín Fuentes (Estados Unidos), quienes darán un nuevo toque al encuentro, que contará, en la parte estrictamente literaria, con escritores como los españoles Juan José Millás, Agustín Fernández Mallo, Vicente Molina Foix, Lucía Lijtmaer, Manuel Vilas o Sergio del Molino; los argentinos Elsa Osorio, Patricio Pron, Pedro Mairal y Viviana Rivero; los chilenos Alejandro Zambra y Rafael Gumucio; los ingleses Jeanette Winterson y David Kennan, o los mexicanos Margo Glantz, Hugo Hiriart, Mónica Lavín o Claudina Domingo. En total asistirán 150 invitados procedentes de 16 países, quienes participarán en un centenar de eventos que culminarán con una lectura de la poeta Patti Smith y un concierto de Celso Piña. Pura dinamita.
De unos años a esta parte en México está de moda recuperar viejos héroes y villanos para ofrecer nuevas interpretaciones de los hechos por los que han pasado a la Historia. Bajo estas nuevas luces, revolucionarios como Pancho Villa o Emiliano Zapata, dictadores como Porfirio Díaz, políticos como Francisco I. Madero o generalísimos como Lázaro Cárdenas, han recibido nuevos tratamientos que los hacen aparecer no tan malos ni tan buenos como contaban los libros en los que millones de mexicanos nos educamos. Digna labor, si no fuera porque algunas de esas revisitaciones exudan a la legua el tufo ideológico particular de sus autores. El nuevo libro del editor y escritor José Luis Trueba Lara, Moctezuma (Océano) no quiere verse en esa tesitura y plantea que el emperador azteca nacido en 1466 y muerto en 1520 fue algo más que el traidor que entregó el poder a los invasores españoles o el cobarde que tembló ante las profecías de sus sacerdotes, como muchos consideran, y trata de arrojar un poco más de luz sobre el personaje, que presenta como un superviviente, un hombre solitario, un guerrero entregado que perdió Tenochtitlán porque no supo entender la política de los conquistadores, aunque haya sido más fácil hacerlo aparecer en la parte oscura de la historia, donde ha vivido desde que en el siglo XIX los historiadores lo clasificaron como un fanático y prefirieron a Cuauhtémoc, el último rey azteca. Ante esta imagen deformada de Moctezuma, Trueba Lara acepta el reto no de reivindicarlo en esta novela, porque como bien sabe el autor, la buena literatura no reivindica a nadie, y trata más bien de ofrecer un retrato del emperador con sus luces y sombras, como se le veía en el siglo XVI. Es decir, sin camuflajes.
EDUARDO DEL RÍO, RIUS, PADRE DE LOS MONEROS MEXICANOS
El 8 de agosto se cumplirá un año del fallecimiento de Eduardo del Río, Rius para sus cuates y para la enorme legión de lectores a quienes cultivó a lo largo de su prolífica carrera como dibujante y caricaturista. Auténtico pedagogo de masas y uno de principales mentores de los actuales caricaturistas mexicanos, Rius (1934-2017) confeccionó, entre sus más de cien títulos dedicados a la política, la historia, la religión, la sociología y los temas más diversos (fútbol, sexo, drogas y rocanrol incluidos), un único libro para el público infantil: el Atlas para niñas y niños, en el que enfrentó el reto de hacer un humor comprensible para estos exigentes lectores. En esta obra, publicada hace diez años y que ahora reedita Lumen a manera de homenaje al creador de las míticas historietas Los Supermachos y Los Agachados, la geografía, la ecología y el medio ambiente, así como conceptos de astronomía y antropología, son los temas que aborda y mediante los cuales narra de manera amena y divertida la evolución de la humanidad. Una obra iniciática, apta para todos los públicos, que sin duda los chiquillos agradecerán.
LIBROS POR DOQUIER EN MÉXICO
¿De veras los miles de libros que el nuevo Gobierno mexicano está regalando y regalará serán leídos por sus receptores? Es la pregunta que se hacen los más suspicaces respecto a la política cultural que quieren emprender las autoridades culturales que van a tomar el relevo en la materia. Lo cierto es que se anuncia una forma muy diferente de gestionar la cultura. Y todos esperan que así sea y que funcione. Por el bien de México. Habrá que estar atentos.
Foto de portada: web del Hay Festival
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