El dinero. Esa cosa inmaterial que nutre lo material. Esa inmundicia tan codiciada. El dinero. Siempre falta cuando damos con libros como el que propone Oliver Keens, periodista y DJ a partes desiguales (más periodista, desde luego). En los tiempos en los que fue editor de las secciones de música y ocio nocturno de la publicación Time Out London, además de colaborador de The Times, The Independent, y participante en medios audiovisuales como BBC News o Radio 4, este peregrino festivalero decidió ir tomando buena nota de lo que se encontraba en cada uno de esos eventos y dar cuenta de ello en un cuaderno que ahora edita a modo de guía espiritual para melómanos recalcitrantes y demás seres sensibles a lo que sucede cuando se junta un escenario y sus gentes durante varios días.
Falta el dinero, decía, pero no para hacerse con el libro, editado con gusto y esmero, repleto de fotografías festivas, con un esquema que se repite en cada uno de los eventos seleccionados para la ocasión (lugar, inicio, estado actual, artistas destacados, fama y hermanamiento con otros festivales semejantes), sino porque uno desearía marcarlos en un mapamundi y lanzarse a recorrerlos a ritmo de la música que mejor se ajuste a nuestras querencias. Los apéndices finales socorrerán al dubitativo: festivales por país, por mes de celebración y por género al que se dedican, además de un riguroso índice onomástico que vale como agenda de artistas, promotores y palabras clave. Qué gusto y qué pobres nos sentimos al mismo tiempo, más si cabe en esta vida que hoy nos ha tocado en suerte. Pero la música también es una pandemia que todo lo cura, más si se comparte y se vive a flor de piel junto a tantos seres anónimos que persiguen el flechazo de la emoción que alimentan macroaltavoces destinados a propagar ondas de alegría universal.
En esa selección, el rock gana por goleada, seguido del indie y el pop, sin olvidar la electrónica en todas sus extensiones y variantes; lejos quedan los festivales de jazz, blues y músicas de raíz (signifique eso lo que signifique), aunque tal vez lo mejor sea abrir el libro por una página y dejar volar la imaginación. Descubriremos acaso que estuvimos en alguno de estos festivales, fuimos felices y vivimos para contarlo. Es lo que ha hecho Oliver Keens. Ha viajado por nosotros y ha regresado cargado de emociones que pedían ser contadas. Nadie dijo que recorrer el mundo en tales circunstancias resultaba inocuo, pero si ha de hacerse como lo ha hecho Keens, el riesgo merece la pena. Como bien dice, “se trata de experiencias en cautividad. Se hace vida en ellos y hay poca posibilidad de escapar. Son conciertos que duran días y días. Te envuelven como ninguna otra manifestación artística o cultural, y de ahí que sean semilleros perfectos para cultivar memorias maravillosas”. Vayan ahorrando.
Autor: Oliver Keens. Título: Festivales: Guía de un melómano sobre los festivales que debes conocer. Traducción: María C. Barbado Mújica. Editorial: Anaya. Venta: Todostuslibros y Amazon.
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