Finaliza la Batalla de Stalingrado

¿Cómo fue la Batalla de Stalingrado?

La Batalla de Stalingrado comenzó el 23 de agosto de 1942. Los primeros compases de la II Guerra Mundial estuvieron marcados por la vigencia del Pacto de no agresión Ribbentrop-Mólotov entre dos de las grandes potencias europeas, la Alemania nazi y la Unión Soviética. Hitler y Stalin aprovecharon este acuerdo para repartirse Polonia y avanzar hasta otros territorios limítrofes. Pero Hitler decidió en 1941 acabar con la tregua y puso en marcha la invasión de la URSS, un gran error estratégico que cambió el curso de la contienda. La Operación Barbarroja estaba diseñada como una guerra relámpago que preveía terminar con las defensas soviéticas en un tiempo récord, pero la realidad fue muy distinta. Los acorazados alemanes no consiguieron abarcar una extensión de terreno tan grande, aunque los principales problemas fueron la enconada resistencia del ejército rojo y de los civiles rusos y el frío, el mismo arma mortífera que liquidó a los ejércitos napoleónicos un siglo antes.

Si el asedio de Leningrado fue terrible y sangriento, la Batalla de Stalingrado no le fue a la zaga. Los altos mandos del ejército germano habían diseñado una operación militar conocida con el nombre de Blau, una intervención en tres fases que comenzó por el despliegue de efectivos a través del río Don, para primero tomar Rostov y luego dirigirse hacia el Cáucaso para adueñarse de sus pozos petrolíferos. En el camino de los tanques alemanes estaba la ciudad de Stalingrado —actual Volgogrado, que tuvo ese nombre en honor al dictador desde 1925 hasta 1961—. Aunque los primeros bombardeos dejaron la ciudad destruida, los alemanes no fueron capaces de acabar con las unidades del ejército rojo que se hicieron fuertes en la orilla este del Volga, el río que dividía en dos mitades la ciudad. Zhúkov, el lugarteniente de Stalin, lo tenía claro: hasta «el último hombre» debía encargarse de la defensa de Stalingrado.

¿Qué consecuencias tuvo la Batalla de Stalingrado?

En noviembre de 1942, una gran contraofensiva soviética dejó a las tropas alemanes sitiadas —los soldados llamaron a este cerco «Der Kessel», el caldero—, sin provisiones y con el gélido invierno a las puertas. Pero el Führer seguía empeñado en tomar Stalingrado y se negó a retirar a sus fuerzas. Durante los meses siguientes, los 250.000 soldados que formaban el contingente germano sufrieron grandes penalidades, hasta que el general Friedrich Paulus aceptó la rendición, desobedeciendo las órdenes de Hitler. Unos 10.000 militares no obedecieron la consigna y siguieron luchando hasta marzo; otros 100.000 fueron condenados a «la marcha de la muerte» hacia la frontera austriaca —la mayoría pereció por el hambre, las enfermedades y el frío—; y el resto acabaron prisioneros en diversos campos de concentración. Después de la Batalla de Stalingrado nada volvió a ser igual para las tropas nazis. La Wehrmacht dejó de ser la representante de los grandes triunfos alemanes después de la debacle en el Frente Oriental. Este fue un punto de inflexión, un gran paso hacia la derrota de Hitler en la II Guerra Mundial.

Otras efemérides históricas del 2 de febrero

El día 2 de febrero de 850 fue coronado Ordoño I en el Reino de Asturias.

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El día 2 de febrero de 1536 el explorador español Pedro de Mendoza fundó el Puerto de Nuestra Señora María del Buen Aire donde actualmente está la capital de Argentina, Buenos Aires.

El día 2 de febrero de 1921 ser produjeron una serie de manifestaciones en Alemania para protestar por las reparaciones de guerra estipuladas en el Tratado de Versalles.