El 1 de diciembre de 1874, Alfonso XII, con motivo de su reciente diecisiete cumpleaños, firmó —inspirado por el político liberal Cánovas del Castillo— el conocido como Manifiesto de Sandhurst, el primer paso para la restauración borbónica en España.
¿Qué defendía el Manifiesto de Sandhurst?
El príncipe Alfonso firmó el manifiesto mientras estaba estudiando en Inglaterra, en la la academia militar Sandhurst, que dio nombre al documento. Aunque esta misiva debía ser solo una educada respuesta a las felicitaciones por su cumpleaños, Antonio Cánovas del Castillo —político de la Unión Liberal, artífice de la restauración y principal valedor de Alfonso XII— decidió que tuviese más sustancia. El Manifiesto de Sandhurst abogaba por una monarquía constitucional que ayudase a superar el fracaso del Sexenio democrático y la dictadura de Francisco Serrano y Domínguez, a la vez que rechazaba el «carlismo» y el «federalismo».
«Afortunadamente la Monarquía hereditaria y constitucional posee en sus principios la necesaria flexibilidad y cuantas condiciones de acierto hacen falta para que todos los problemas que traiga su restablecimiento consigo sean resueltos de conformidad con los votos y la conveniencia de la nación».
¿Quién fue Alfonso XII?
Alfonso XII era hijo de Isabel II, reina de España entre 1833 y 1868. Su madre no lo tuvo fácil: para subir al trono tuvo que acabar con la tradición de la ley sálica —que impedía gobernar a las mujeres—, lo que la enfrentó con su tío, Carlos María Isidro de Borbón. Comenzó entonces la primera guerra entre «carlistas» e «isabelinos».
Isabel II y su marido Francisco de Asís tuvieron una docena de hijos, de los cuales unos cuantos murieron a las pocas semanas de su nacimiento. El príncipe de Asturias era solo un niño cuando su madre fue destronada por el triunfo de La Gloriosa, la revolución de 1868, antesala de la I República española. Desde el exilio, Alfonso proclamó su intención de restaurar la monarquía, pero esta vez con un parlamento. Solo un mes después del famoso Manifiesto de Sandhurst, en enero de 1875, regresó a España como rey. Durante su mandato se aprobó una nueva constitución y su principal papel fue el de curar heridas y tender puentes, labor que le valió el sobrenombre de «El pacificador». Alfonso XII fue un monarca muy popular al que la muerte le llegó en plena juventud. Con solo 27 años falleció de tuberculosis. Su segunda mujer —la primera, María de las Mercedes había muerto al poco de casarse—, María Cristina de Habsburgo-Lorena, asumió la regencia, ya que su hijo y heredero, Alfonso XIII, todavía no había nacido.
«Ni dejaré de ser buen español, ni como todos mis antepasados, buen católico, ni, como hombre del siglo, verdaderamente liberal».
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