El historiador Borja de Riquer descubre las poco conocidas facetas como «mecenas, hombre de negocios internacional y bon vivant« en la más amplia biografía dedicada al político catalán Francesc Cambó, en la que afloran «sus luces y sombras y sus contradicciones entre su correspondencia y sus memorias.
Lamenta Riquer que «muchas biografías han creído las memorias», entre ellas la conocida de Jesús Pabón, y no han ido a «las fuentes auténticas», en este caso las cartas: «Correspondencia en la que los políticos acostumbraban a decir la verdad, como cuando Cambó pone verdes a compañeros ministros, algo que no sale en las memorias». Entre sus aportaciones, ha explicado este martes el historiador, es su papel en la Guerra Civil: «El 18 julio de 1936 Cambó escribe desde su yate en el Adriático como primera reacción a Joan Ventosa que «una militarada sería extemporánea, improcedente y peligrosísima. Interesa que continúe el gobierno del Frente Popular y que se desprestigie y llegue la alternancia de poder».
En sus memorias desaparece esta tesis y, en cambio, argumenta que «apoya a Franco como mal menor al fracasar el golpe y desencadenarse un proceso revolucionario».
Riquer se ocupa del Cambó mecenas como instrumento político, que impulsa la publicación de la colección Bernat Metge, 400 títulos traducidos al catalán de clásicos griegos y latinos, y reúne una colección de cuadros para cubrir los huecos de los museos españoles, con obras del Trescientos y el Cuatrocientos. «Llega a comprar en 1929 una colección entera, por valor de unos 100 millones de euros actuales, que le obliga a pedir un crédito a un banco suizo, y la subasta en julio, antes del crack bursátil, y obteniendo amplios beneficios».
Político hábil, bien relacionado con los bancos, a los que también asesora, en 1920 —relata Riquer— se le presenta «la oportunidad de convertirse en presidente de una gran multinacional, Compañía Hispano Americana de Electricidad (CHADE), quinta empresa eléctrica del mundo», con la que se convierte en multimillonario, lo que le permite ser mecenas pero también hombre de negocios.
Según el historiador, sus inversiones inmobiliarias en el área barcelonesa demuestran su habilidad. Además de comprar cuatro parcelas en la Vía Layetana, donde instaló su domicilio, siendo «el primer burgués de Barcelona que no vive en el principal, sino en el ático y el sobreático, con 800 metros cuadrados por planta, también invirtió en los años 20 en una finca de cinco hectáreas a las afueras de la ciudad, por donde se prolongó la Diagonal, que vendió en los años 40, multiplicando por 100 el coste inicial.
Entre las sombras, el autor se ocupa de la corrupción de la CHADE. Tras el golpe militar en Argentina de 1943, los militares ocuparon la sede y encontraron pruebas de esa corrupción, pero la comisión investigadora se disolvió un mes después tras mediar el vicepresidente del gobierno, Juan Domingo Perón, a quien Cambó financió su campaña electoral en 1946 con unos 50.000 dólares de entonces, unos 4 a 7 millones de euros actuales.
La biografía arroja luz también sobre la vida íntima de Cambó, «un hombre con casas espléndidas, unas relaciones especiales con algunos amigos, que es definido como soberbio, muy exigente y antipático, pero también como un seductor, que llevó una vida de lujo, que en los años 20 navegó con su yate Catalonia por el Mediterráneo y el Nilo hasta la primera catarata».
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