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Galgos: luchas de poder y lujo añejo

Galgos: luchas de poder y lujo añejo

Inspirada en dinastías familiares españolas y a la zaga del éxito de Succession, el 18 de enero llega a Movistar+ Galgos, un drama empresarial y familiar que se desmarca de sus predecesoras anglosajonas al retratar a un tipo de familia «muy ibérica», según sus directores, Félix Viscarret y Nely Reguera.

Con un reparto encabezado por Adriana Ozores y el argentino Óscar Martínez, la serie se centra en los conflictos e intrigas de la familia Somarriba, al frente del Grupo Galgo, un gigante alimenticio que, al llegar a su tercera generación, comienza a resquebrajarse.

«Hay una doble crisis», explica a EFE Viscarret, «una es interna, de organización de la empresa familiar y otra es externa y tiene que ver con los cambios en los hábitos de consumo de la sociedad (…), se han hecho ricos vendiendo un tipo de productos —bollería industrial— que a día de hoy ninguno de ellos consumiría».

La comparación con Succession, la serie de mayor éxito de crítica y premios de los últimos años, es inevitable pero sus autores se afanan en marcar las diferencias. El equipo de guionistas, formado por Pablo Remón, Lucía Carballal, Clara Roquet y Francisco Kosterlitz, se inspiró en «una serie de familias que salen en el Hola», según Viscarret.

«Sagas familiares ha habido muchas», subraya. «Nosotros nos acercamos a la familia Somarriba desde un punto de vista más empático, más cercano, entendiendo un poquito más de cerca a sus personajes».

El lujo está ahí, de fondo, pero sin tener un gran protagonismo porque es así, según el director, como lo sienten esas familias. «El estatus está ahí por naturaleza, no son nuevos ricos, que le pueden dar mucho más valor al poder adquisitivo, cuando hablamos de lujo añejo nos referimos a eso, es algo que das por hecho».

Nelly Reguera hace hincapié en que Galgos es una serie de personajes. «Los guiones eran muy ricos y una de las muchas cosas que nos gustaron fue la complejidad de esos personajes, nada obvios, y los actores también estaban fascinados y se implicaron mucho«.

Rodada en más de 80 localizaciones de Madrid, Cantabria y Bruselas (Bélgica), el reparto cuenta también con Patricia López Arnaiz, Marcel Borrás, María Pedraza y Jorge Usón —como hijos de la pareja que forman Ozores y Martínez—, Francesco Carril y Luis Bermejo.

Aunque asomarse a espiar los comportamientos de la clase alta siempre es un atractivo para el público, para Martínez lo que engancha de verdad son «los vínculos afectivos, las contradicciones, los conflictos y las cuestiones que tienen que ver con la vanidad y con las pasiones humanas dentro de una misma familia».

Ozores confiesa no reconocerse a sí misma en esa Carmina Somarribas, la matriarca del clan, que siempre había estado en un discreto segundo plano hasta que las tornas giran y decide dar un paso al frente. «La verdad es que no sé bien qué he hecho o qué han hecho conmigo», dice.

«Es un viaje el que hace esta mujer que en ningún momento se había planteado tomar las riendas, como tantas otras mujeres de esa edad, pero a partir de un momento lo hace y es bonito ver esa transformación», añade.

A lo largo de seis capítulos los personajes se ven obligados a hacer constantes malabares en una ansiosa lucha por mantener el poder. A las disputas internas se suma la crisis del sector, la presión de las marcas blancas, la amenaza de nuevas normativas que buscan una alimentación más sana y el posible cierre de la fábrica más antigua del grupo.

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