Ligeramente impertinente y definitivamente romántica, ¡García! se erige como la mejor versión de la serie de plataformeo y streaming patrio apta para consumo universal. Basada en el cómic de Santiago García y Luis Bustos, los seis capítulos dirigidos por Eugenio Mira son un cóctel de acción que juega con lo retro tanto como con la sátira política española solo para finalmente convertirse en algo mejor que la suma de sus partes: un demostración de la fuerza del relato mítico erigido, en esta ocasión, sobre los seriales de James Bond e Indiana Jones; un contenedor ficcional de las cenizas de la dictadura y la democracia que prende a golpe de tebeo de la editorial Bruguera y la epopeya Marvel.
Las aventuras de un superespía franquista, García (Francisco Ortiz), abandonado a su suerte por sus superiores y despertado en una España actual que no reconoce, pero presa todavía de conspiraciones políticas familiares, cobra forma en una serie de aventuras y comedia de una ambición sin igual. Los seis capítulos de la primera temporada, creados por los guionistas Carlos de Pando y Sara Antuña, poseen la frescura de una comedia que explota la química ligera de sus personajes, pero Eugenio Mira, en calidad de director de todos los episodios, aplica una mirada unitaria, cinematográfica y genuinamente épica que no menoscaba la verosimilitud con la sátira y que no hace sino crecer hasta un desenlace ambicioso.
¡García! es gracias a eso una serie despojada casi de morralla dramática, de subtramas destinadas a engordar la duración de los capítulos, con un primer y sexto episodios de un tamaño cinematográficos y donde el pulp, el cómic y el retrato social se dan la mano con una frescura y sentido del entretenimiento palpables. En este nuevo enfrentamiento entre fachas y rojos no hay rencor alguno, hay lugar para el afecto, se propone un ejercicio retro despojado de nostalgia y apoyado en el poder hipnótico de la imagen en el que los villanos necesitan de dignidad y cuyo contenido crítico se basa en reconocer un espacio de convivencia que, de una manera novedosa, insiste en el corte y confección de un héroe español sin ningún tipo de disculpas y prejuicios. En ocasiones uno se da cuenta de que los últimos diez años de actualidad sociopolítica española han sido, en sí mismos, un cómic satírico.
¡García! apela por eso al sentido del humor, coquetea con la parodia a través de sus personajes secundarios, pero, como el Kingsman de Matthew Vaughn, poco a poco va creando mitología con el ADN español y un espectáculo de vocación universal. Pequeño libro de historia de España en clave Star Wars (la música de Chuki Namamera, alias del propio Eugenio Mira, es clave para interpretar la jugada), la serie se va tomando en serio a sí misma en su condición de obra lúdica, técnicamente refinada y carente de todo cinismo. Tebeo de guerra, novela de espías de aeropuerto y sátira política en clave colección Olé se dan cita en un producto temerario y clásico en su búsqueda de iconos: de su vigoroso prólogo naíf en blanco y negro llegamos a ese Descendimiento de dos personajes capaz de hacer enrojecer de envidia al de Zack Snyder.
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Apuesto a que fachas son aquellos que no son rojos, y por supuesto los malos.