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Genealogía imaginaria

Genealogía imaginaria

Solo quienes crecen sin padre pueden experimentar lo que esa ausencia supone. Una oquedad saturada de incógnitas que tal vez con el tiempo se acaban disipando; para otros, una herida incapaz de sanar, una úlcera dolorosa y palpitante. Valeria ignora la procedencia del cromosoma «Y» que programó sus células, y en ese vacío fermenta el ansia de saber, un afán que la lleva a emprender una obsesiva indagación hasta la ciudad donde localiza un leve rastro de su desconocido padre. Valeria es la protagonista y una de las voces de Llegarás a Danmara (Novela/Berenice, 2024) el debú narrativo del madrileño Alberto Guirao ganador de la última edición del Premio Fundación Antonio Gala, cuya elaborada prosa delata sus antecedentes poéticos. Ha publicado tres poemarios —Ulises X (Hiperión, 2020), Los días mejor pensados (2016) y Ascensores (2010)— por los que obtuvo, entre otros premios, el València Nova de Poesía y el Premio Nacional Félix Grande. Es profesor de Lengua y Literatura en un instituto público y dirige un taller de poesía en la Fundación Centro de Poesía José Hierro de Getafe.

"Localiza por casualidad en la hemeroteca en la que trabaja la firma de su presunto padre en una revistilla literaria y se traslada de inmediato a la ciudad donde ha sido editada, Danmara"

La madre de Valeria en su lecho de muerte decide revelarle el gran secreto familiar, la identidad de ese padre fantasma. De una cajita metálica, una especie de pitillera roja saca una foto con un nombre en el reverso: Giuliano Emiliozzi. «Que ese hombre sea mi padre parece un chiste de mal gusto, el último de mi madre, un intento desesperado de darme alguna esperanza». Un hilo muy fino del que tirar pero al que Valeria se aferra con ávida desesperación. Y un golpe de suerte. Localiza por casualidad en la hemeroteca en la que trabaja la firma  de su presunto padre en una revistilla literaria y se traslada de inmediato a la ciudad donde ha sido editada, Danmara, un lugar imaginario inspirado en Trieste donde nació Ugo Borsatti, autor de la fotografía que ilustra la portada. «Ahora sé que hay ideas clandestinas que crecen en la mente sin nuestro consentimiento y, de repente, se transforman en compromisos ineludibles», reflexiona Valeria. «La búsqueda de Giuliano fue sin duda una de ellas (…) Aunque entonces pensé que me dedicaría a seguir el rastro de un hombre, en este momento comprendo que mi verdadera misión fue desenterrar en las viejas voces de la ciudad aquello que en el hombre ya había sido destruido».

Y así, Valeria se sumerge en tarea aparentemente imposible de reconstruir el molde paterno a partir de lo que parecen cenizas. «Nada más llegar a Danmara aprecié un aroma que no logré identificar. Ahora sé de qué se trataba: aquel aire funerario de lo que algún día habríamos querido ser». Con la ayuda de un funcionario del catastro, Roberto, con quien entabla una relación sentimental, va poniendo nombres y apellidos a un pasado que le fue expoliado, las ramas más lejanas e inalcanzables del árbol genealógico familiar. Ambra Emiliozzi viuda, madre de cuatro hijos: Mario, Marta, su hemana gemela Olga y Giuliano el benjamín. El jardinero de la casa donde residieron, el hospital San Antonio donde ingresaron al abuelo, una destartalada buhardilla que oculta un tesoro…  Pieza a pieza, Valeria va montando un endeble rompecabezas, una tabla de Ouija en la que charlan los vivos con los muertos, en la que brota el borroso rostro de su progenitor.

"Guirao escribió sin prisas su primera novela. Tomándose su tiempo marcado solo por el ritmo que le imponía el desafío de convertirse plenamente en narrador"

La ciudad extraña participa del relato como un personaje más, aunque ella no la perciba como un entorno acogedor ni agradable, porque «ni siquiera el sol de mediodía se molesta en aparecer para esas gentes blancuzcas, peces de acuario que rehúyen la luz, que tienen la piel dúctil y húmeda en los recovecos de su fisonomía que huelen a desagüe y cuentan percebes por lunares»…

Casi al final del libro, una ráfaga de viento despeja el aire enrarecido que impregna el relato en una nebulosa entre los real y lo soñado, y estamos en Zagreb, en una residencia de ancianos donde Valeria mantiene una serie de encuentros con su presunto padre a lo largo de nueve jornadas incluida una simbólica visita al Museo de las Relaciones Rotas (Museum of Broken Relationships).

Guirao escribió sin prisas su primera novela. Tomándose su tiempo marcado solo por el ritmo que le imponía el desafío de convertirse plenamente en narrador, de afinar y engrasar sus armas. Comenzó a escribirla, en 2013, en Córdoba siendo becario de la Fundación Antonio Gala y la culminó, en 2018, en la Residencia de Estudiantes de Madrid: dos lugares repletos de  simbolismo literario. En esa voluntad de medirse contra sí mismo y explorar sus posibilidades, ofrece un ejercicio de ventriloquía. Combina la voz inquisitiva de Valeria con la ingenua y poética de su propio padre, a través de los fragmentos del  cuaderno que este escribe de niño, cuyo contenido refleja su caracter tímido, sensible, introvertido, y el gran amor que siente por su abuelo enfermo, y por Olinca, una niña solitaria como él con la que juega a veces. Y aparece una tercera y potente voz, la de Gabriela, enfermera del hospital San Antonio que es la del saber mágico del pueblo y que proyecta luz sobre otra zona del escenario.

"Llegarás a Danmara exige una lectura desapresurada y serpenteante que obliga a veces a regresar al punto de partida para cotejar nuevas pistas"

Guirao no se lo pone fácil al lector. Apela a su intuición, a su capacidad para disfrutar la simple belleza del lenguaje confiando en que esa brújula le permitirá no extraviarse en el intrincado laberinto de voces y versiones diversas que conforma la historia impregnada de una atmósfera brumosa. Más allá del argumento, que a un lector impaciente le parecerá, tal vez moroso,  alambicado, el autor muestra la sensibilidad de los auténticos narradores capaces de expresar, no solo lo vivido por ellos, sino también lo imaginado. «Durante el paso de la madurez a la senectud, una transita por ciertos escarnios, anuncios de la extinción: escalones más elevados de la cuenta, el servicial recibimiento del farmacéutico, ese aviso hediondo del propio cansancio o los percances (si no la muerte) que azotan a los coetáneo», dice Julia Szigeti uno de los personajes que guía a Valeria en su búsqueda. «Invierto esfuerzos en una mitología personal, en la épica garantía de mi jubilación. Tú también tendrás tu mitología personal», profetiza.

Llegarás a Danmara exige una lectura desapresurada y serpenteante que obliga a veces a regresar al punto de partida para cotejar nuevas pistas. Lo importante no es la anécdota, sino la palabra, la forma limpia y precisa de construir un artefacto literario. A la postre, la búsqueda del padre es un pretexto para indagar en la propia identidad, en la confederación de identidades que albergamos y se entrelazan en nuestro interior. He aquí la primera travesía de un escritor que, en una pirueta de genealogía imaginaria ha arribado a esa ciudad mítica llamada Literatura.

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Autor: Alberto Guirao. Título: Llegarás a Danmara. Editorial: Berenice. Venta: Todostuslibros.

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