¿Cómo un joven norteamericano puede terminar en el ejército del ISIS? ¿Cuánto miedo sentimos hacia los que son diferentes a nosotros? ¿Qué es más fuerte, el miedo o el amor? Una chica italiana se casa con un norteamericano de familia italiana y se va a vivir a Nueva York. Ese viaje es una liberación del pequeño futuro que le esperaba, pero al otro lado del Atlántico descubre una sociedad muy cerrada a lo distinto, dividida en grupos que levantan muros contra los otros. Se hace profesora de universidad y allí conoce a un alumno de raza negra y musulmán que será su amante. Con el tiempo, él acaba en el ISIS y el lector puede entender por qué
Zenda reproduce las primeras páginas de Gótico americano, deArianna Farinelli.
Los habitantes de la ciudad de Nínive eran idólatras y vivían de una forma disoluta. Entonces Alá decidió enviarles a su profeta Yunus para inducirlos a que se convirtieran, pero los habitantes de Nínive no quisieron escucharlo. Por mucho que Yunus tratara de convencerles de la futilidad de su idolatría y de la bondad de las leyes de Alá, ellos seguían haciendo caso omiso. Yunus les advirtió de que, si continuaban adorando a dioses falsos, Alá los castigaría. En lugar de temer el castigo de Alá, ellos le respondieron que no les amedrentaban sus amenazas. Por lo que el profeta, airado, decidió abandonarlos a su suerte y se fue de Nínive por temor a que el castigo de Alá no tardara en llegar. Dice el Corán: acuérdate de cuando Yunus se fue airado pensando que Alá no lo castigaría. ¡Cuántas desgracias le sucedieron!
Nada más salir Yunus de la ciudad, el cielo cambió de color y pareció arder. Al verlo, los habitantes de Nínive empezaron a asustarse. Conocían muy bien el destino que le había tocado en suerte al pueblo de Ād, Thamūd y Noé. Poco a poco, la fe tocó sus corazones. Entonces subieron a la montaña y empezaron a implorar la misericordia y el perdón de Alá. Sus lamentos resonaban por todo el lugar. Viendo que su arrepentimiento era sincero, Alá renunció a su castigo y les envió su bendición. La tormenta que los amenazaba se alejó y los habitantes de Nínive oraron por el regreso de Yunus.
Mientras tanto, Yunus había subido a una pequeña embarcación y navegado todo el día en aguas tranquilas junto a otros pasajeros. Al anochecer, de pronto, el mar cambió. Una terrible tempestad se abatió sobre la barca, amenazando con hacerla pedazos. Detrás de ella una gran ballena hendía el agua con la boca. Alá le había ordenado que emergiera del fondo del mar y la siguiera. Viendo que la tempestad no amainaba, el capitán ordenó a la tripulación que soltara lastre. Arrojaron al mar todo el equipaje, pero no bastó. Entonces decidieron aligerar el peso tirando por la borda a uno de los pasajeros. Pensaban que así aplacarían la ira de los dioses. «Echaremos a suertes quién será arrojado al mar», dijo el capitán.
Aunque Yunus no creía en las supersticiones, se vio obligado a participar en el sorteo y precisamente le tocó a él. El capitán y su tripulación no querían tirarlo al mar, pues sabían que era el más justo de todos ellos. Entonces decidieron echarlo a suertes una segunda vez y después una tercera, pero siempre le tocaba a él. Así pues, la decisión estaba tomada: Yunus debía ser arrojado al mar. El profeta subió al puente de la embarcación y vio la tempestad abatirse furiosa a su alrededor. Estaba oscuro. Una niebla negra ocultaba las estrellas. En ese momento comprendió que la mano de Alá estaba en todo aquello que estaba sucediendo. Yunus había abandonado sin su permiso la misión que le había encomendado. De modo que, aceptando la decisión de Alá e invocando su nombre, se arrojó al mar embravecido y desapareció en medio de las olas. En ese momento llegó la ballena y se lo tragó. Sus dientes se cerraron sobre él como los barrotes de una cárcel y después desapareció en los abismos. Tres capas de oscuridad superpuestas lo envolvieron: la oscuridad del estómago de la ballena, la oscuridad del mar y la oscuridad de la noche.
Al principio, Yunus pensó que estaba muerto, pero después se dio cuenta de que podía moverse. Entonces se acordó de Alá e invocó su nombre. «La ilah illa anta subhanaka inni kuntu mina’z-zalimin. No hay otro Dios fuera de Ti, gloria a Ti. He sido un inicuo». Yunus siguió repitiendo esta invocación a Alá. Al oír sus oraciones, la ballena comprendió que se había tragado al profeta. También Alá oyó las invocaciones de Yunus y vio su arrepentimiento sincero. Entonces ordenó a la ballena que volviera a emerger a la superficie.
El profeta salió despedido fuera del vientre de la ballena yarribó a una isla remota. Se había salvado, pero sufría. Su cuerpo estaba cubierto de los ácidos del estómago de la ballena y, cuando el sol se alzó en el horizonte, comenzó a arderle la piel. Yunus siguió repitiendo sus invocaciones. Alá hizo crecer entonces una planta de calabaza para resguardarlo del sol y aliviar su dolor. Dijo a Yunus que, de no haber sido por sus plegarias, habría permanecido en el vientre de la ballena hasta el día del juicio final. Yunus regresó a Nínive y fue recibido con alegría por su gente, y juntos dieron gracias a Dios por su misericordia. El profeta Mohamed ha dicho: «Nadie debería decir nunca que es mejor que Yunus».
Está cansada y querría quedarse sola, pero vuelve a sentarse en el borde de la cama. Minerva duerme ya tumbada de lado, con el pelo negro revuelto sobre la almohada, como serpientes en la cesta de un encantador. El libro que estaba leyendo ha debido de escurrírsele de las manos y se ha quedado abierto en una página al azar, hacia la mitad.
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Autor: Arianna Farinelli. Título: Gótico americano. Editorial: DeConatus. Venta: Todostuslibros y Amazon
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