Mañana es 12 de octubre. Ya saben lo que ocurrió ese día, y no parece una mala anécdota para empezar las Romanzas de hoy. Cristóbal Colón se hallaba entre la espada y la pared: a un lado, la gloria del Cipango y sus riquezas si seguían adelante con la navegación; al otro, la posibilidad de que la tripulación le rebanara el pescuezo en un descuido si las Indias no se avistaban pronto. Todo cambió cuando el almirante, que había prometido la suma de diez mil maravedís para quien otease tierra por primera vez, se percató de la aparición de unas luces en lontananza –fenómeno que los especialistas todavía no han sabido resolver hoy– y más tarde de la presencia de indicios más claros de cercanía terrestre. Quiso el azar que la primera persona que gritase ¡tierra! fuese un marino de Lepe, Rodrigo de Triana. Resultó ser aquella la isla de Guanahaní, en el actual archipiélago de las Bahamas, y resultó ser aquel momento la metáfora perfecta de una cultura que, apenas medio siglo más tarde, ya se difundía por todo el mundo, ya conocido en su completitud gracias a la hazaña. Rodrigo de Triana, por cierto, nunca cobró los diez mil maravedís.
¿Qué se celebra este 12 de octubre, más de cinco siglos después? Escucharán de todo en redes, tertulias y panfletos. Algunos dirán que no hay nada que celebrar, otros que se celebra un genocidio, otros que sólo se trata de un desfile para gloria de Franco, otros hablarán de razas, y sabe Dios cuántas otras teorías chuscas. Pero lo cierto, en opinión de este que les habla cada martes, es que este 12 de octubre debería celebrarse algo tan simple como la existencia de una cultura asociada a una lengua, en primer plano, y durante siglos al desarrollo de unos cuantos pueblos en torno a matices tan complejos como la religión, el derecho, la educación y, en definitiva, un modelo de sociedad que supuso un avance brutal en la historia de la civilización moderna. Debería ser la hispanidad moderna, la hispanidad de hoy, un rasgo cultural sin hiperbolismo identitario, una voluntad de entendimiento entre diversas naciones que comparten un mismo desarrollo civilizatorio a través de los siglos. La hispanidad debería ser un marco común para todos los países que hoy, más que nunca en toda la historia, gozan de un fecundo y rico trasvase entre ciudadanos de sus distintas regiones. Celebremos la historia nos cede ese marco, si me permiten el deseo.
En definitiva, y dado que esto no es más que una guía para aguantar la turra a la que nos someterán los de siempre cada año, me temo que este 12 de octubre sólo contamos con dos opciones. Si está usted de acuerdo con mi reivindicación, simplemente abra el Quijote por cualquier página, y piense en cómo el hidalgo debatía con todas sus contradicciones, siendo una de ellas, quizás las más alta e ineludible, quizá la más orgullosa y la más agónica, la de ser español. Y si no lo está, si quizá piensa, como se sugiere renglones arriba, en genocidios y en fascistas, entonces cierre la página de Zenda que ahora sujeta metafóricamente entre sus manos y abra de nuevo a Cervantes, esta vez La Gran Sultana, donde el alcalaíno deja clara esa identidad cultural única: «Español sois, sin duda! Y lo soy, lo he sido y lo seré mientras que viva, y aún después de ser muerto 80 siglos».
En México ya hace tiempo que se renombró como el «Día de la Raza». Tiene su gracia; ¡a poco no?. Por no hablar del ahuehuete de Cortés y su «Noche Triste», cuyo descendiente fue a parar a la glorieta de la palma, por ser española… de Canarias y no tanto. Está muerto, quiéranlo o no, digo: ¿sale?.
Pues no hay nada que celebrar , la civilización americana no requería de ningún «marco hispano » para alcanzar una evolución brillante como la de cualquier otra raza. Fué un genocidio y un robo ,no lo suavizemos como un
» intercambio » a la tan mentada invasión y atropello español.
La civilización americana no existía antes de España. Existía la inca, la maya, la araucana, etc. La primera civilización ‘americana’ es la de la América española.
Ninguna de las diversas civilizaciones que se ubicaban en América habían sido capaces de superar el neolítico. Por no tener no tenían ni la rueda. Otro tema a discutir es si eso es o no es positivo o negativo. La tecnología del resto del mundo era indudablemente superior. Tarde o temprano, más temprano que tarde, cualquier país hubiera hecho la conquista si no lo hubiese hecho España. Lo que hay que solucionar es ese odio irracional hacia España, totalmente injustificado. Dirijan el odio hacia sus colonizadores yanquis, a partir del XIX, que les esclavizaron económicamente. Si hay cosas absurdas en este mundo es el odio a través del tiempo, a través de 500 años contra gentes que nada han tenido que ver con la conquista. ¿O es que están ustedes todavía en la Edad Media y consideran que las culpas se heredan? ¡Qué barbaridad!
Desde niño he creído que era un facha, porque así me han llamado por sentirme español en una región donde los profesores son de la secta nacionalista, por ser católico y creer en la familia (sin adjetivos), por abrir la puerta a las mujeres y salir en defensa de los débiles, lo cual hice con gusto aunque me costara un disgusto. A medida que me hacía mayor y me iba asentando sobre razones sólidas, me fui dando cuenta de que no era un facha, simplemente era un tipo física y mentalmente sano. ¡Viva España, América, Asia y África hispanas! y feliz día de la Hispanidad.
Defectos en la conquista, muchos, como todo lo humano. Pero los resultados están ahí: hermanamiento, idioma y culttura comunes, mestizaje, religión y bonhomía étnica latina. Si los conquistadores hubieran sido los anglosajones, nada de eso existiría y el genocidio, el de verdad, hubiera sido épico. Y los actuales habitantes de España y Portugal no somos responsables de nada de lo ocurrido, bueno o malo. Las culpas no se heredan… ni las virtudes tampoco.
La verdad es que mi indignación ha crecido al leer ciertos comentarios. Y callarse, con una determinada edad en la que se va de vuelta de todo… Nací aquí; soy español y hablo castellano; me educaron en el convencimiento de la hispanidad y de un hermanamiento cultural con muchas gentes y en el amor hacia un continente hermano. Y así se nos ha educado a los de nuestra generación. Ninguno de mis antepasados, que yo conozca, estuvieron en la conquista ni participaron de ella, ni tampoco luego más tarde. Y van ahora y me dicen que soy culpable de no sé que cosas y de no sé que atropellos y genocidios y que debemos ponernos de rodillas y pedir perdón por no se sabe qué. Absurdo. La educación en el odio nunca es positiva sino reprobable.
La Leyenda Negra sigue siendo un negocio y una falacia interesada. Parece dirigida contra España, pero sobre todo perjudica a Hispanoamérica y la neutraliza como gran espacio cultural y económico, según el viejo principio imperialista de ‘dividir para gobernar’ o, más correctamente, según el principio masónico de ‘solve et coagula’. Una América balcanizada es una América débil y fácilmente dominable por los innumerables métodos de gobierno indirecto. Hispanoamérica es un gigante que no levanta cabeza por sus crisis de personalidad, heredadas de las hipotecas firmadas por las élites criollas que hicieron la ‘independencia’. Bolívar y San Martín ya se dieron cuenta en su día de que habían trabajado para los ingleses. Después de esto, tan evidente, aún hay gente ridícula, descendientes de españoles, que cree que la solución es ponerse plumas en la cabeza y cancelar cinco siglos.
Desde el XIX están en manos anglosajonas. Y desde entonces existe un interés especial en esos maquiavélicos especímenes en reafirmar la Leyenda Negra y denigrar lo hispano. pero, nada, que sigan dejándose abrazar por el abrazo del oso. Los anglosajones los han esclavizado, pero, como decían mis ancestros: «sarna con gusto no pica». Sabiduría polupar hispana que se dice.
Sí, señor. Y los de aquí llevamos el mismo camino, con las mismas élites zopencas y vendepatrias, la inflación, la deuda externa y el besamanos a los que mandan en el mundo (o eso creen ellos).
El problema nace de los políticos… La división y el odio de un pueblo es el caldo de cultivo para su propia subsistencia…. Como alguien escribió, esta historia no es de blancos o negros, colores me refiero no personas, sino de grises que no dan réditos politicos…