«A ti, oficinista, hombre de letras, persona sedentaria,
hombre de fortuna, ocioso, te digo…
¡Levántate!».
Guía para la salud y el entrenamiento masculinos (Nordica Libros), de Walt Whitman, está compuesto de consejos y reflexiones del poeta estadounidense; es la adaptación de una serie de columnas periodísticas de 1858 que él escribió con el seudónimo de Mose Velsor. Las columnas —tituladas La salud y el entrenamiento masculinos, con pistas informales sobre su condición— se publicaron en el relativamente desconocido periódico The New York Atlas, y durante más de ciento cincuenta años se ignoró que fueron escritas por Whitman. La serie se publicó después de que las dos primeras ediciones de su gran libro de poemas, Hojas de hierba, salieran a la luz sin pena ni gloria, y antes de que se publicara la mítica edición de 1860.
El poeta norteamericano Walt Whitman (West Hills, 1819 – Camden, 1892), pasó ocasionalmente por la escuela y pronto tuvo que empezar a trabajar, primero, y a pesar de su escasa formación académica, como maestro itinerante, y más tarde en una imprenta. Allí se despertó su afición por el periodismo, interés que le llevó a trabajar en varios diarios y revistas neoyorquinos. Whitman fue el primer poeta que experimentó las posibilidades del verso libre, sirviéndose para ello de un lenguaje sencillo y cercano a la prosa, a la vez que creaba una nueva mitología para la joven nación estadounidense.
Matthew Allen, el ilustrador de este libro, dice de sí mismo: «Soy un surfista y artista del sur de California. Comencé en Surfer Magazine y pasé un tiempo como director de arte allí mientras trabajaba en mi línea de ropa The Ryde. The Ryde ha venido y se ha ido, así que ahora paso mis días como artista, ilustrador y fotógrafo. Mi trabajo ha aparecido en numerosas publicaciones tanto impresas como en línea”.
Introducción
La salud masculina
¡La salud masculina! ¿No hay un cierto encanto, una magia fascinante en estas palabras? Nos imaginamos la cara que pondrán ante dicha expresión muchos jóvenes, fuertes, alertas y vigorosos, cuya mente siempre ha sentido, pero nunca ha verbalizado, la ambición de alcanzar la perfección de sus facultades corporales; que han comprendido que los otros bienes de la vida apenas serían tales, en comparación con un cuerpo perfecto y una sangre perfecta, sin ningún humor malsano, debilidad, impotencia, deficiencia o cosas malas en su interior, sino todo rebosante de vitalidad y ardor, todo marcado por la fuerza hercúlea, la agilidad, la tez despejada y los abundantes resultados (que siguen a dichas causas) de una voz risueña, un aire alegre de día y de noche, los ojos brillantes y un espíritu siempre contento. Para ese joven —para todos los que leen estas líneas—, permítasenos esbozar, con rápida pluma, algunos de los requisitos para ese estado de buena salud del que hablamos, un estado (y queremos que se entienda claramente) mucho más fácil de alcanzar de lo que se supone generalmente, y al que incluso muchos de los que llevan largo tiempo desgarrados por los malos hábitos o la enfermedad no han de renunciar, sino esforzarse por conseguirlo como algo sensato, probable y casi seguro de alcanzar aún.
1
El valor del entrenamiento
Lo que implica el entrenamiento
¡El entrenamiento!
En su pleno sentido, engloba
la ciencia entera de la excelencia,
la educación, la belleza y el vigor masculinos,
y no deja de tener estrechos vínculos
con la naturaleza moral e intelectual
El arte del entrenamiento
No hay cazador, guerrero, indio salvaje,
ni el colono más fuerte y ágil del Lejano
Oeste, que no vea sus cualidades
innatas muy aumentadas respecto a
cómo son originalmente con el debido
entrenamiento. Esto es el arte, cuyo ámbito
consiste en coger el germen o los dones
innatos y hacerlos florecer al máximo y de
la mejor manera.
El objetivo del entrenamiento
En el intenso entrenamiento para esta vida,
que en sí misma es una lucha continua
contra una forma u otra de adversario, el
objetivo debería ser moldear un carácter
sólido e inquebrantable para resistir los
largos y duros ataques que sufrirá, y salir
indemne de ellos, más que la capacidad de
realizar hazañas sorpresivas y brillantes,
las cuales suelen agotar las facultades
desplegadas sin hacer ningún bien
sustancial.
Sobre el coraje
Ninguna cantidad de cultura, intelecto
o riqueza podrá compensar jamás
a una comunidad por la falta de
músculo, capacidad o coraje varoniles.
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Autor: Walt Whitman. Ilustrador: Matthew Allen. Traductor: Íñigo Jáuregui. Título: Guía para la salud y el entrenamiento masculinos. Editorial: Nórdica. Venta: Amazon, Fnac y Casa del libro
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