Suelo utilizar las mañanas para ver los periódicos en papel y dos o tres digitales. Uno de estos días me topé, en uno de los digitales, con una noticia deportiva que me llamó la atención por la torpeza exhibida en la redacción de sus titulares. Decía: “La Liga de Tebas hace aguas: en la que menos goles se marca de los cinco grandes europeas”.
Conviene andar con cuidado, porque si no hay cerca un corrector humano, se deja pasar el tiempo y esos errores consentidos se convierten en la semilla de la que luego saldrá un “periodista especialista en deportes”.
En la segunda lectura del titular, la cosa cambia a peor. Se escribe: “La Liga de Tebas hace aguas”. Estas aguas, en plural, son las aguas de toda la vida de Dios en el ser humano: las aguas menores y las mayores. Las menores se refieren a la necesidad de orinar y las mayores a la de expeler heces por el bien del cuerpo. Si no se hacen aguas mayores o menores, la cosa se pone fea. Lo escatológico nada tiene que ver con lo futbolístico. No confundan al personal los especialistas en la materia, que de sobra saben que el manneken pis, de Bruselas, está haciendo aguas menores.
Si la Liga de Tebas hace aguas, como dice el titular, lo aconsejable es que quien esté cerca salga corriendo de sus inmediaciones para no sufrir salpicaduras molestas, sean las mayores o sean las menores las aguas que haga la Liga de Tebas.
En la jerga de la marinería española existe la expresión “hacer agua” referida al problema de una embarcación que “hace agua” por un defecto o desgaste del calafate, o carpintero de ribera especialista en estos menesteres, que hace tiempo que no le echa un vistazo al fondo de la embarcación. La misma expresión, “hacer agua”, se usa para abastecerse de agua potable para uso de los navegantes que tienen que continuar una travesía. “Hacer aguada” solía ser la expresión de los viejos marineros. Por ejemplo, la carabela La Pinta, de Martín Alonso Pinzón, cuando regresó del viaje del descubrimiento en 1493 arribó a Galicia, y en el puerto de Bayona la Real “hizo aguada” para reemprender la marcha en busca de los Reyes Católicos, a quienes quería dar la buena nueva antes de que llegara Colón. Dicho pozo se conserva aún.
Después de los dos puntos escritos en un texto suele venir la explicación. Y en este titular, el autor lo explica así: “En la que menos goles se marcan de los cinco grandes europeas”. Hubiera resuelto la papeleta poniendo delante el verbo «ser», escribiendo de una manera semejante a esta: “Es en la que menos goles se marcan de las cinco grandes ligas europeas”. “Los cinco grandes europeas” es un bonito estropicio, aunque los futboleros lo entendemos perfectamente bien, dada nuestra preparación y el seguimiento que hacemos de las ligas europeas, donde juegan grandes futbolistas que ya no encuentran acomodo en la Liga Española. Aquellos futbolistas a los que les queda poco para que empiecen a tener problemas de “aguas menores” por culpa de la próstata.
¿Cómo terminamos la lectura de un artículo que se anunciaba con tan pintorescas maneras? No lo terminamos, lo siento, no volverá a ocurrir, porque la primera frase ya nos echó para atrás. Decía: “La Liga EA Sport hace aguas ofensivamente desde el inicio”. Si es ofensiva desde el inicio, es que el autor sabe qué es “hacer aguas mayores y menores”. ¿O no?
Qué difícil es escribir de fútbol, señor Director.
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