El escritor francés Hervé Le Corre, autor de la novela Después de la guerra, un thriller histórico que se sitúa entre la II Guerra Mundial y la Guerra de Argelia, piensa que «el poscolonialismo sigue muy presente en Francia».
En Después de la guerra el autor quería «poner el foco en uno de los momentos más críticos de la historia reciente de Francia». Confiesa que siempre ha sentido «pasión» por este período histórico, en el que confluyen «la ocupación y colaboración en Francia durante la guerra, el holocausto, la manera cómo la policía francesa ayudaba a los nazis a deportar a los judíos«. Sobre este último punto, Le Corre subraya que intenta contar «cómo los nazis rompieron el núcleo humano de cada persona, cómo los deshumanizaron» y aunque se ha escrito sobre este sufrimiento y estos años, «son temas que siguen abiertos».
Incorporó a la novela la Guerra de Argelia «por una cuestión personal», pues tuvo dos tíos que fueron llamados a filas y que volvieron con un punto de vista distinto: «Uno era colonialista e imperialista, y el otro pasó su experiencia como si hubiera ido a unos campamentos un poco movidos, pero la tortura de los argelinos le era indiferente. Se fue a la guerra como un imbécil y volvió más imbécil todavía», resume Le Corre, que tiene la sensación de que «no hemos salido todavía de la Guerra de Argelia».
Para el autor de Perros y lobos, «el poscolonialismo sigue muy presente en Francia porque la sociedad francesa sigue siendo globalmente racista, sienten odio a otros colores de piel, pero también porque sigue siendo clara la discriminación». Le Corre quiso replantear estas cuestiones desde la ficción: «La ficción plantea más preguntas que respuestas; permite poner en perspectiva los problemas, la guerra sin más, cómo los hombres actúan y reaccionan, cómo los seres humanos han podido soportar ciertos sufrimientos y sobrevivir y reaccionar». A su juicio, en la ficción «el lector puede encontrar su espacio, planteándose sus preguntas y aportando sus propias respuestas».
El proceso de documentación para esta novela fue arduo, desde las condiciones de vida de los soldados que obtuvo de los numerosos testimonios de antiguos combatientes, hasta películas documentales, todo ello para «no mentir, no imaginar cosas que fueran puras tonterías».
El personaje de Darlac, indica el escritor galo, es «una mezcla de diversos personajes policiales que existieron, y uno de ellos, que fue jefe de la policía en Burdeos, estuvo relacionado con la delincuencia y los bajos fondos». Remarca que su novela está escrita desde el punto de vista de los franceses y no de los argelinos y añade: «Creo que el relato de ficción de la guerra de Argelia escrito por argelinos no existe y estaría bien que se escribiera».
En su próxima novela, Le Corre se saldrá de su zona de confort, pues ha comenzado a escribir «una distopía posapocalíptica ambientada en 2121, que será la historia de unos personajes errantes por una Francia inespecífica, despoblada por una pandemia y asolada por diferentes catástrofes, que se parece más a la Francia medieval».
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