Holly son dos líneas de acción convergentes que se cruzan con gran simpleza, inevitable y limpiamente. En el centro de ellas la investigadora Holly Gibney, heredera del imperio figurado del desaparecido detective Bill Hodges (y a partir de ahora de uno económico real) y de la que su creador Stephen King confiesa abiertamente haberse enamorado.
La nueva novela del rey del terror insiste en la veta de procedimental negro descubierta en Mr. Mercedes, novela en la que Holly Gibney se dio a conocer como personaje secundario. Una mujer madura difícil de calificar, maltratada de manera furtiva, aquejada de un trastorno obsesivo compulsivo y una timidez enfermiza que el paso de las historias ha ido mitigando de manera heroica. Un probable y quizá innecesario guiño del autor, que va revelando una visión del mundo progresivamente afable, a una mayor representación de otros colectivos.
Por el camino Holly ha formado piña con el fallecido Bill Hodges y los Robinson, dos hermanos de color cuya incipiente carrera como literatos va dirigiendo la aventura hacia derroteros sobradamente conocidos por el autor de Maine. King parece haber creado aquí su novela más política y al cabo de la calle en un largo tiempo, al menos en su acepción más evidente y directa: evidentemente descontento con el trumpismo, Holly tiene lugar durante el ataque de la variante Delta del coronavirus en Estados Unidos. Mascarilla, vacunas, paranoia y negacionismo son el escenario rampante de una trama de provectos (y diabólicamente divertidos) asesinos en serie.
Aquí es donde entra el King de siempre, aquel cuya sensibilidad para el horror infiltrado en escenarios cotidianos guía la sencilla investigación hacia un desenlace de humor negro, sangre y cierta sensación de catarsis social y reivindicación de su antisocial detective. El matrimonio Harris, intelectuales furtivamente racistas con muchos secretos en el armario, suponen una aportación tan buena como la propia Holly a la galería de personajes tradicionales del autor.
Algo reiterativa en sus posiciones políticas, Holly es una novela que parece haberle salido a King de las tripas. Sin ser su mejor relato, su activismo y visión de la convulsa política y sociedad estadounidense de los últimos años están volcadas con pureza y visceralidad, con un afán de reflejar estos caníbales (jeje) tiempos presentes. Se trata, también, de una historia muy bien contada, con una inmediatez superior a sus últimas novelas (que habrá que saber apreciar) y endiabladamente entretenida. King sabe rodear de un aura de realidad cotidiana y vida a sus personajes y no hace falta estar ante su novela más memorable para disfrutar la aventura con ellos.
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Autor: Stephen King. Título: Holly. Traducción: Carlos Milla Soler. Editorial: Plaza & Janés. Venta: Todostuslibros.
El título de tu artículo es un poco espòiler para la gente que se haya leído la novela, ¿No crees?
Lógicamente quería decir que NO se hayan leído el libro
Excelente libro