La tarde del 27 de enero de 1945 fue especialmente fría, como si el duro invierno intentara terminar con la vida de los 7.600 prisioneros que habían logrado escapar de las marchas de la muerte y las últimas matanzas realizadas en Auschwitz antes de que los verdugos nazis escaparan a toda prisa. Aquel día permanecería para siempre como la fecha elegida para el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Victimas del Holocausto.
El olvido es siempre más peligroso que el exceso de memoria. Nos acercamos a un precipicio de odio y confrontación del que únicamente pueden salvarnos los recuerdos del pasado, las voces de los millones de víctimas de la Segunda Guerra Mundial, entre las que se encontraban algunos miles de españoles, pero también los refugiados republicanos que cruzaron la frontera por temor a ser masacrados y las víctimas de todas las guerras, especialmente los niños.
La historia de la guardería de Henriëtte Pimentel, una judía sefardí, la mujer que salvó a más de seiscientos niños en Ámsterdam durante la ocupación nazi, puede parecernos otro de los muchos actos heroicos, que al menos nos muestran un rayo de esperanza en el ser humano, pero su ejemplo debe servirnos además de inspiración y paradigma.
Mi familia y yo visitamos Ámsterdam en el verano del 2019, antes de que la pandemia nos sacudiera y cambiara para siempre nuestra forma de vida. Entramos en la escuela de pedagogía protestante desde la que Johan van Hulst sacaba a los niños de la guardería y que hoy es un museo dedicado al Holocausto. Salimos al patio trasero y desde allí me asomé por la pequeña tapia que daba al viejo jardín en el que Pimentel se afanó en salvar tantas vidas: un sitio que parecía tan común se había convertido en un santuario de esperanza.
Al día siguiente fuimos en coche hasta el campo de Westerbork, un campo de tránsito creado por los propios neerlandeses para atender a los miles de judíos que intentaban escapar de Alemania, pero que los nazis usaron para encerrar a los disidentes y semitas del país. Mientras caminábamos sobre la planicie rodeada de hermosos bosques me pregunté: ¿algo así podría suceder en la actualidad? La respuesta que acudió a mi mente fue inquietante. En Europa y Estados Unidos se están sembrando de nuevo las semillas del odio, el ultranacionalismo, el racismo y el antisemitismo. Nos encontramos al borde de un abismo, que únicamente podemos evitar educando en valores a las nuevas generaciones.
Hoy, más que nunca, las palabras de Albert Camus ponen en evidencia el peligro que nos acecha: “¿no creen ustedes que todos somos responsables de la falta de valores? Y que si todos nosotros, que procedemos del nietzscheísmo, del nihilismo o del realismo histórico, confesáramos públicamente que nos hemos equivocado, que existen valores morales y que en lo sucesivo haremos lo que sea necesario para fundarlos e ilustrarlos, ¿esto podría ser el comienzo de una esperanza?[1]”.
La literatura puede salvarnos a todos, es la mentira que dice la verdad, como señaló Juan Rulfo, y aunque algunos se quejen de que hay muchos libros sobre el Holocausto, en el fondo no se dan cuenta de que cada una de las vidas destruidas y despojadas de su humanidad nos pide que nos atrevamos a contar su historia y a no olvidarlos. Nadie muere definitivamente mientras sea recordado y amado. La memoria es el mejor arma contra la barbarie.
—————————————
[1] Albert Camus, Cuaderno V, Carnets
—————————————
Autor: Mario Escobar. Título: La casa de los niños. Editorial: Ediciones B. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
-
Aguafuertes sudacas: A mis queridos críticos
/abril 22, 2025/Decía, entonces, sucede que, harta ya de estar harta de escribir seriedades importantes que a nadie importan, hoy, señoras, he resuelto hacerme crítica de arte (todos de pie). Sí. Crítica. O para que suene más rococó diremos reseñista. Primero, porque escribo como el culo (imprescindible virtud para desempeñar tal oficio); segundo, porque descubrí que no sirvo para otra cosa; y tercero, me di cuenta de que el arte de verdad no está en pintar, componer, escribir, sino en lograr que la gente te tome en serio cuando hablas de lo que pintan, componen o escriben los demás. Ahora, entre nosotros,…
-
James Belich: “La peste llevó a una hegemonía global de los europeos”
/abril 22, 2025/Cuando James Belich tecleó “Imperialismo asiático moderno en Europa” para referirse a los otomanos, la frase quedó subrayada en su documento de Word como un posible error. El procesador de texto de Windows no estaba de acuerdo con la afirmación del director del Centro Oxford de Historia Global; para Microsoft, los asiáticos no tenían la capacidad para hacer imperios modernos y menos aún en Europa. La empresa de Bill Gates se declaraba eurocentrista.
-
Disparos desde el caballo blanco
/abril 22, 2025/Lejos de la costa estaba el crimen sin resolver, una pared ensangrentada o el boxeador caído en desgracia, la ciudad con sus mendigos y sus ratas: prodigios que ya eran viejos cuando Petronio escribía sobre ellos. Por supuesto, merodear por esos lugares no convertía milagrosamente a ningún mal juntaletras en un buen escritor, pero un buen escritor siempre lograba desbordar la mera prosa periodística cuando se alejaba de los topos habituales y se perdía por esos arrabales de la vida que nadie más tenía el deseo de pisar. Veinte años antes de que empezáramos a oír recurrentemente aquella memorable frase…
-
Zenda recomienda: Maestros de la felicidad, de Rafael Narbona
/abril 22, 2025/La propia editorial apunta, a propósito del libro: “La razón me reveló que la tristeza es un desperdicio y que la inteligencia siempre tiende a la alegría. El pesimismo no es más que una perspectiva parcial y frente a él, el amor cura e invita al optimismo. Esto es lo que quiero compartir contigo: que el ser humano puede elegir, que no es una marioneta en manos de la fatalidad, que es posible encontrar esperanza, que el dolor psíquico puede superarse y que el optimismo no es signo de ingenuidad, sino un ejercicio de lucidez. La filosofía es la herramienta que nos ayuda a vivir mejor“….
Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: